Gastrosexuales, los hombres que excitan cocinando

Si no ponemos algo de nuestra parte, el acto más atractivo puede convertirse en mecánico y rutinario, y acaba aburriendo. Sucede con la comida y con el sexo, y entre ambos hay muchos puntos en común. La conjunción de ambos factores puede provocar la tormenta perfecta. Así lo entiende la psicóloga, sexóloga y creadora gastronómica, Mónica Novas Dios.

Y como para definir un concepto y acotar su significado resulta útil utilizar un término concreto, esta grovense llama gastrosexología a la fusión entre la psicología, la sexología y la gastronomía.

Expone en su artículo Mónica Novas que ”podemos relacionar directamente este simbolismo del delantal con los preliminares sexuales, una preparación para las fases del orgasmo y uno de los caminos hacia el clímax”. En una cafetería de Vilagarcía, agrega que ”tiene un componente fetichista” como sucede con otros uniformes de trabajo: de policía, bombero o enfermera.

Cuando los hombres quienes cocinan, y además demuestran destreza, su cotización sube muchos enteros. ”Ver a alguien habilidoso mientras cocina produce excitación, porque eso permite deducir que también lo puede ser en otras facetas”, argumenta.

”Es el concepto del hombre gastrosexual, que antes era metrosexual. Así como se solía decir que las mujeres los conquistaban por el estómago, ahora son ellos los que se están metiendo en los fogones, y a las mujeres les gusta que les digan “tu tranquila que te voy a preparar algo” y que las complazcan, aunque no solo en la cocina”, puntualiza.

Amasar la harina, trocear los alimentos, moler el café, batir la nata, preparar una tarta. La estancia se llena de aromas, y el trabajo conjunto predispone a compartir nuevas sensaciones entre quienes lo hacen, indica Mónica Novas.

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