0 of 1
Lleva el mismo nombre que su madre y su talento lo ha enfocado a la elaboración de grandes fragancias. Sus creaciones los portan muchas mujeres y ahora son sinónimo de distinción. La hija de la reconocida diseñadora ha forjado ya su propia carrera y ha colocado a Carolina Herrera dentro de un lugar muy especial en el mundo de los aromas.
¿Cuándo empezaste a trabajar con las esencias?
– Fue por casualidad. En 1996, mi mamá deseaba hacer un nuevo perfume, ya que sólo tenía uno y quería que le diéramos ideas. Y como de las cuatro hijas yo era la única que estaba en casa, entonces me llamó y empezamos a trabajar. De ahí, me incorporé y ya llevo 14 años en esto.
¿Cómo concibes un aroma?
– Siempre comenzamos con un guión. Hacemos una especie de historia alrededor de esa “persona” para que todo sea más fácil, cómo es, de dónde viene, cómo vive, el lugar, y de ahí surge un olor y le damos vida a algo tan intangible.
¿Cuánto tiempo tardas en hacer un perfume?
– Como un año, realmente no tengo el cuaderno de inspiraciones, nunca hay una concreta, sino que todo va saliendo poco a poco.
¿Cuáles son tus aromas preferidos?
– Eso ha ido cambiando. Cuando inicié me gustaban los aromas cítricos y ahora me agradan las flores. Siento que con el tiempo he evolucionado. Actualmente el olor que me encanta es el jazmín, que es el favorito de mi mamá, así que se lo he robado.
¿Qué sientes cuando ves que las mujeres llevan tus creaciones?
– Cuando salgo a la calle, no dejo de asombrarme. Hay tantas mujeres que los usan, me da muchísimo gusto y me parece increíble todavía, porque es algo que yo creo con mimo y cuidado.
¿Y cómo es la respuesta de los caballeros?
– A los hombres también les gustan y los compran para sus mujeres. Muchos de ellos me dicen, “se lo voy a regalar a mi esposa, porque me recuerda el primer día que nos conocimos” y esas historias personales me fascinan.