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Por: Sandra Bada
Es muy común que al ir al cine la película te decepcione porque no hubo trama, suspenso, buenos actores o simplemente ya no saben que inventar o como transmitir el contexto de un libro a una película.
“John Carter” es el caso y sin entrar en críticas cinematográficas, puedo decir que sólo algo pudo salvar mi decepción; Taylor Kitsch. ¡Dios mío! Entre marcianos feos con cuatro brazos, lenguajes raros y una mascota con inspiración de bulldog con pez globo, destacaba un corpulento y marcado cuerpo que me sacó suspiros y fue el equilibrio visual entre los habitantes de marte y la realidad.
De verdad, fue lo único bueno de la película y como seguro te pasará, mejor me adelanto a presentarte al guapo canadiense de 31 años para que no tengas que pasar por dos horas y media de aburrición. Conócelo porque será de tus hombre favoritos.