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El incidente se mantuvo en secreto hasta ahora ya que el Museo Británico, lugar donde ocurrío el suceso, no había querido hacerlo público hasta restaurar la escultura. Este miércoles la historia finalmente se dio a conocer con una publicación que reconstruyó los hechos en The Art Newspaper.
En diciembre del año pasado un mesero que servía en un evento privado del museo, se encontraba demasiado cerca de la Venus de Townley, una de las esculturas romanas más importantes del lugar. El camarero se agacho para un arreglo y al levantarse choco con la estatua la cual estaba en un pedestal bajo e hizo que esta perdiera su dedo pulgar al recibir el impacto. Afortunadamente el dedo quedo intacto para poder ser restaurado.
El museo dijo que el incidente fue tomado en serio y que los responsables de lo sucedido fueron reprendidos. La portavoz del museo declaró que «la preservación de nuestra colección es de importancia fundamental. Nuestros conservadores expertos han podido restaurar perfectamente la obra”.
La portavoz también informó que se han tomado medidas para evitar que se repitan accidentes como este y además el personal imlicado en este tipo de eventos han sido entrenados para ofrecer la mejor protección de las obras.
En 2012 otro visitante tuvó un incidente con la misma estatua, y en esa ocasión se dañó una de sus manos, la cual también tuvo que ser restaurada.
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