México se mantiene como el segundo país del mundo con más personas obesas –solo por detrás de Estados Unidos– por ello las autoridades federales buscan reducir esta cifra con una ofensiva declarada a la comida chatarra.
De acuerdo a una revisión a la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT), la procuraduría aumentó los operativos digitales y físicos para detectar comida y bebidas engañosas, que cuente con conservadores y productos que pudieran afectar la salud de los mexicanos.
Según sus indicadores trimestrales, la Profeco no solo endureció los candados para los productos que se ofertan en tiendas, supermercados y online, sino también endureció los parámetros generales para alertar sobre los posibles riesgos que conllevan su consumo, ya que, refieren, estos pueden provocar obesidad, daños a corto y mediano plazo, así como alteraciones al estado del animo.
El apartado ‘Vigilancia y el cumplimiento de la Ley Federal de Protección al Consumidor por parte de los proveedores’ precisa que se mantiene un monitoreo constante por parte de las autoridades para catalogar a productos que se venden, es se traduce en un incremento de 200% en las labores que realizaba la autoridad, comparada con años anteriores.
Hasta el momento, a un año de la implementación del etiquetado frontal de advertencia, la mayoría de alimentos que están disponibles a la venta en todo el país cuentan con advertencias de azúcares, grasas saturadas, grasas trans, sodio y calorías, entre otros.
“Se han observado cambios en la formulación de los ingredientes de los productos incrementándose gradualmente la cantidad de productos libres de sellos y leyendas, por ejemplo, de los cereales de caja, 5.9% antes de la implementación tenían sellos y ahora el 11% ya no los requiere”, afirmó Alejandra Contreras, coordinadora de Salud Alimentaria en El Poder del Consumidor.
Además la implementación del etiquetado frontal ha ocurrido masivamente, especialmente en el portafolio de empresas trasnacionales las cuales han reportado modificaciones de 56% en promedio en sus productos.
Y si bien se ha observado un buen cumplimiento de la implementación de los sellos de advertencia en los empaques, de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor durante la primera fase de su implementación, existen todavía empresas que han presentado publicidad engañosa en sus productos, por lo que el monitoreo a miles de productos continuará el resto del año de forma más estricta.