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AMLO ha cumplido sus compromisos, aunque no correspondan a la realidad de México

El presidente López Obrador cumple los primeros tres años de su mandato, con miras a la sucesión presidencial de 2024

Andrés Manuel López Obrador. Su última conferencia previa a los 3 años de gobierno fue en la sede del Gobierno de la CDMX. (Galo Cañas/Cuartoscuro)

Este 1 de diciembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador cumple tres años de haber llegado al poder, en medio de críticas por una pandemia que marcó su sexenio y que aún no se ha podido “domar”, con mayor presencia de las Fuerzas Armadas en actividades que no les correspondía y con niveles de polarización que marcarán “la cuenta regresiva” hacia el año 2024, el de la sucesión presidencial y del que ya se habla todos los días.

Con un evento en el Zócalo de la Ciudad de México; el primer masivo desde marzo de 2020, López Obrador celebrará tres años en el poder. En su estela están proyectos como la Guardia Nacional, obras como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y los programas sociales, que han sido objeto de análisis.

“Para hacer esta lectura, tenemos que separar al Jefe de Estado del Jefe de Gobierno”, explica José Guadalupe Perdomo, especialista en Derecho Administrativo de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle. “El presidente López Obrador -como jefe de Estado- me parece que sigue exactamente en la misma línea desde que fue candidato hasta hoy”.

Para Perdomo, López Obrador como jefe de Estado es alguien “con un discurso muy simple y muy sencillo, con una posibilidad de acercamiento hacia sectores sociales muy determinados”. Sin embargo, ante la “cuenta regresiva” que inició hacia la sucesión presidencial de 2024, “bajo el análisis de jefe de Gobierno -propiamente de aquél que genera actos de gobierno-, nos queda muchísimo a deber”.

Los tres años de presidencia de López Obrador ha quedado a deber para todo tipo de sectores, desde los menos favorecidos hasta el sector industrial, de comercio, turismo y todos. “En estos tres años se ha dedicado a derrumbar una gran cantidad de instituciones, de programas y de planes en aras de o bajo el discurso del combate a la corrupción, a los malos manejos. Pero no ha sustituido absolutamente nada”, añade el especialista.

Entre los principales puntos en los que el presidente queda a deber son: Seguridad Nacional, Salud y Desarrollo Económico. “Si sumamos los tres puntos, nos dan la situación que vivimos como país. No tenemos seguridad, salud, ni desarrollo económico. Seguimos con un alto índice de criminalidad, que ¿a quién afecta? Precisamente a la economía y al sistema de salud”, concluye el especialista.

3 PREGUNTAS CON

René Rosado. Economista Digital y Director del Programa de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey. (Cortesía)

¿Cuál es su lectura o corte de caja a 3 años de que inició la administración del presidente López Obrador?

Creo que es importante entender que estamos en un entorno complejo. La pandemia de Covid-19 vino a cambiar mucho y hay muchos factores que definitivamente hay que tomar en cuenta. Sin embargo, si nos guiamos por el Plan Nacional de Desarrollo, que desde sus inicios fue controversial, ahí el gobierno nos estaba dando una guía de cuáles eran sus compromisos y cuál iba a ser la línea conductora de su estrategia de administración pública. A eso se suman los 100 compromisos que se firmaron el 1 de diciembre en el Zócalo.

Por un lado, parece ser que el presidente todo lo quiere atender con transferencias de gobierno, con estos recursos monetarios que se hacen de manera directa. Y da por sentado que al hacer estas transferencias de dinero está cumpliendo con dar estos espacios sin atender realmente los problemas sistémicos mientras les pasa una obra faraónica por encima, como es el Tren Maya.

Por otro lado, existen todos estos programas que parecen sonar muy bonitos en papel: “Jóvenes construyendo el futuro”, “Sembrando Vida”, la pensión para adultos mayores. Sin embargo, no dejan de ser transferencias monetarias que no atienden los problemas de raíz.

También pareciera ser que da por sentado que vale la palabra del presidente para asumir que no hay corrupción, que no hay malversación de fondos. Y en ese sentido hemos visto las consecuencias de estos en estos programas en particular: empresas fantasmas, reclutamientos perversos, cambios en el comportamiento de la gente.

En este corte de caja, pareciera ser que la receta es bien clara: “Si hay algún presunto acto de corrupción, cortamos todo de raíz, aunque no tengamos alguna prueba”.

En la visión del presidente se han cumplido sus compromisos, se están otorgando un montón de apoyos y de transferencias directas. Pero contrastando esto con el entorno económico actual, pareciera ser que no va a ser suficiente. Tenemos los recientes datos que publicó el Coneval, tan solo de las evaluaciones que se hicieron de 2018 este contra las de 2020: pasamos de tener 7% de la población en situación de pobreza extrema, a un 8.5%. Es decir, estamos hablando que son este poco más de 2 millones de personas que ahora están en condiciones de pobreza extrema.

¿Cuáles considera que han sido los principales temas en los que el presidente ha cumplido y en los que ha quedado a deber?

Podemos discutir si estamos o no de acuerdo, pero desde un principio estaba esta idea de cancelar la obra del aeropuerto de Texcoco y lo hizo con todos sus costos de oportunidad asociados. Se cumplió este afán de echar a andar Santa Lucía y una red de aeropuertos en la zona metropolitana del Valle de México.

Nuevamente, pareciera ser más un capricho, pero se le concedió la Guardia Nacional, que pues creo que aún estamos en fechas muy tempranas para realmente hacer una valoración de si va hacia donde se perfilaba realmente.

Hoy en día se habla de la militarización del país y pareciera ser que cada vez más se está dando poder a la Guardia Nacional, que en teoría es civil, pero ya empieza a verse nuevamente estos claroscuros que no nos permiten hacer buenos contrastes.

AMLO empezó con todos sus programas de bienestar, por lo que sea que el presidente entienda por “bienestar”. Se ha hecho un avance importante -y eso hay que reconocerlo- en la parte de recaudación fiscal. Realmente ha habido un incremento efectivo en la recaudación fiscal y eso es de reconocerse, aunque aún dista mucho de lo que debiéramos estar haciendo.

¿Qué retos tiene por resolver la administración? Considerando que falta poco menos de la mitad y ya se está hablando de sucesión presidencial

Para la segunda mitad -hablando del Gobierno- y parece paradójico, el reto es dejar de hacer campaña. Pareciera ser que estos tres años siguen siendo tres años de campaña.

Creo que, en esta idea de la sucesión de quién puede ser el candidato o la candidata que va a suceder del lado de la cuarta transformación, va a ser aquel o aquella que tenga resultados medibles y que entren justamente contra todas estas exigencias o dentro de todas estas faltas en términos de lo que nos está quedando a deber la actual administración.

En términos de retos, nuevamente la pandemia es un entorno complejo que está afectando no solo el mercado nacional, sino internacional en términos de la oferta de productos y servicios que se está viendo limitada por cuestiones de capacidades.

Cada vez vamos a tener una capacidad fiscal menor, una capacidad de deuda menor, mientras se siga deteriorando la confianza para invertir y para generar nuevas fuentes productivas.

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