A nivel mundial, los incidentes de ciberataques se concentran durante las fiestas decembrinas, porque es la época cuando los encargados de los sistemas toman vacaciones. En México, el 12 (Día de la Virgen de Guadalupe) y el 24 (Navidad) de diciembre son las fechas con más casos registrados, señala en entrevista Carlos Estrada, director de Ciberseguridad en Vestiga Consultores.
Los ciberdelincuentes aprovechan, principalmente, las últimas dos semanas de diciembre para cometer fraudes, robos o ataques, los cuales van desde ransomware (secuestro de datos) hasta phishing (técnicas de engaño) a través de correos apócrifos.
La motivación de los piratas cibernéticos es económica más que política, explica el técnico en Computación Profesional. En 2021 los cobros de rescate de estos grupos (en su mayoría provenientes de China y Rusia) oscilaron entre los 10 y 75 millones de dólares.
La Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad de Estados Unidos catalogó 16 sectores críticos ante las arremetidas de los hackers, entre los cuales destacan las bases industriales de defensa, reactores nucleares, servicios financieros e instalaciones gubernamentales.
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En el gobierno mexicano el modelo de ciberseguridad está fragmentado, es decir, cada dependencia cuenta con su propio sistema de protección. Esto es bastante malo, asevera Carlos Estrada, porque no hay una red global que permita compartir información al respecto; entonces, el mismo ataque ocurrido en la institución A se repite al siguiente día en la institución B.
“Donde hay más ingenieros en México para protegernos es en los bancos. Cada uno tiene cerca de 300 ingenieros. Pero, aun así, muchos de ellos no tienen la suficiente capacidad de ingeniería inversa de código, entonces, vienen hackers rusos, norteamericanos, que a veces tienen más capacitación que los ingenieros de defensa”.
Pandemia afectó también la ciberseguridad
La pandemia de Covid-19 cambió el panorama cibernético del mundo: los ataques se multiplicaron por 10 y crecieron lo grupos delictivos, indica el director de Vestiga Consultores. Además, el blanco de los ciberdelincuentes pasó de las empresas a los empleados, porque estos no cuentan con la misma protección al trabajar desde su casa.
“El hecho de trabajar vía remota cambia el principal tipo de ataque, ya no contra la empresa con los escaneos (técnica utilizada para encontrar vulnerabilidades en los sistemas), sino contra los usuarios, con el spam (phishing). La mira del atacante se cambia desde la organización hacia los usuarios”.
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Previo a la pandemia la mayor parte de los ciberataques eran orquestados por los ejércitos de los países (Rusia, Corea del Norte o Irán), agrega Carlos Estrada, sin embargo, tras la emergencia sanitaria los incidentes más fuertes se realizaron por ciberdelincuentes.
Los rescates cobrados por los piratas cibernéticos permitieron que su capacidad financiera creciera 50 veces más que la de las defensas nacionales, subraya el consultor. “Nos estamos enfrentando a una militarización de la ciberseguridad, y nuestras empresas no están preparadas para esa ciberguerra”.
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