La catástrofe climática fue alertada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde la década de 1990; sin embargo, en México no hizo eco. Este fenómeno es el causante de la intensificación de las olas de calor extremas y de las inundaciones causadas por las constantes lluvias.
Desde la entrada en vigor de la Ley General de Cambio Climático, en 2012, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) no ha destinado ni el 1% de sus recursos anuales para atender esta problemática mundial.
Los años en los cuales la Semarnat asignó más porcentaje de su presupuesto para el área son 2018 (con 225 millones de los 37 mil 580 millones totales) y 2020 (180 millones de los 29 mil 869 millones destinados a la dependencia); ambos casos representan el 0.60%. Mientras, los de menor asignación son 2015 (con 262 millones de los 67 mil 976 millones suministrados por la federación) y 2016 (con 211 millones de los 55 mil 770 millones recibidos); es decir, el 0.38%.
La secretaría encargada de generar las estrategias medioambientales distribuye este dinero entre dos unidades responsables: el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), fundado en 2013, y la Dirección General de Políticas para el Cambio Climático, creada en 2014.
Muchas de las variaciones climáticas no cuentan con antecedentes en cientos de miles de años, según informes de la ONU, y únicamente se podrán revertir con una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero. “Seguimos encaminados hacia la catástrofe climática”, advirtió el secretario general del organismo internacional, António Guterres, en octubre pasado.
No alcanza para detener la crisis
Los recursos destinados al cambio climático por parte de la Semarnat son insuficientes para instrumentar estrategias de educación que expliquen y difundan las graves consecuencias de la problemática, señaló en entrevista Carlos Álvarez Flores, presidente de la organización México, Comunicación y Ambiente.
Las últimas dos administraciones federales no han hecho nada para atender la emergencia climática en el país, agregó. Esto evitará que se cumpla con el Acuerdo de París, el cual tiene como objetivo limitar las emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2030.
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“No hay ningún tipo de interés [en el gobierno mexicano]. ¿Por qué? Porque desestiman, no creen que viene el holocausto final. La especie humana por primera vez está en riesgo, pero nuestros políticos no lo comprenden, no les interesa”, aseveró Álvarez Flores.
Los combustibles fósiles son la prioridad
Los gobiernos nacionales han priorizado la explotación de combustibles fósiles y no el tema del cambio climático, a pesar de todas las advertencias realizadas a través de estudios científicos, indicó a Publimetro Jorge Villarreal, miembro fundador de Iniciativa Climática de México.
Un reflejo de la indiferencia de las autoridades hacia la emergencia climática es que nuestro país no se ha comprometido a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, subrayó. Otro es el presupuesto destinado a la materia en Semarnat, así como sus reducciones sistemáticas.
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Jorge Villarreal apuntó que, en particular, la administración de Andrés Manuel López Obrador, además de no atender la problemática del cambio climático, apuesta a la explotación de las fuentes fósiles, lo cual es preocupante porque impide priorizar los criterios ambientales en las decisiones económicas.
“Tiene que haber voluntad política del gobierno federal para poder priorizar el tema del cambio climático. Cuando hay voluntad política, fortaleces las instituciones [ambientales]. Si observas la actual administración, la prioridad es la explotación y uso de fuentes fósiles [hidrocarburos]”, aseveró el especialista.
Desaparece INECC para ahorrar
En la conferencia presidencial del pasado 16 de diciembre, López Obrador informó que el INECC desaparecerá para terminar con las políticas neoliberales donde se simulaba la atención de problemáticas mediante la creación de instituciones. Como resultado de esto, dijo, se tendrá un ahorro presupuestal en beneficio de los más necesitados.
No obstante, la doctora María Amparo Martínez Arroyo, directora general del INECC, aseguró ese mismo día, durante el mensaje de fin de año del organismo, que la unidad a su cargo no duplica acciones ni fue fundada por intereses grupusculares.
“La lucha contra el cambio climático y la protección ambiental no es un capricho neoliberal, aunque habrá quien encuentre como sacarle provecho. Es, por el contrario, una lucha contra este sistema socioeconómico que ha causado pobreza, deterioro ambiental, desigualdad social y cuyos efectos en el clima amenazan ahora en primer lugar a los pobres, a los países pobres y sectores pobres”, aseveró Amparo Martínez.
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