El periodista Roberto Toledo, de 55 años de edad, fue asesinado a balazos la tarde de este lunes en Zitácuaro, Michoacán.
Armando Linares, director de Monitor Michoacán, medio para el que Toledo trabajaba, anunció a través de un video que desde hace meses el medio y el periodista recibían amenazas.
“Nosotros no estamos armados, nosotros no tenemos armas, nuestra única defensa es una pluma, un lapicero, una libreta”, dijo en una transmisión de Facebook.
Roberto Toledo no era periodista: Gobierno
Linares dijo que Roberto Toledo se encargaba principalmente a cubrir noticias de gobierno, por lo que guardaba un perfil bajo para evitar problemas.
Sin embargo, desde hace aproximadamente un año Monitor Michoacán y Toledo comenzaron a recibir a amenazas después de la publicación de un caso de corrupción del fiscal regional de Zitácuaro, Francisco Herrera Franco, y del gobierno municipal.
Gobierno condena el asesinato, pero niega que Roberto Toledo sea periodista
Jesús Ramírez, coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia de la República, condenó el asesinato y dijo que se trabajará para esclarecer el caso.
“Trabajaremos en conjunto con el gobierno estatal y municipal para esclarecer el caso; no permitiremos la impunidad. Defendamos la libertad de expresión y el derecho a la información”, escribió en Twitter.
Posteriormente Ramírez Cuevas informó que según las primeras investigaciones, Toledo se desempeñaba como auxiliar de un despacho de abogados, que se encontraría en el mismo edificio que Monitor Michoacán, pero que no era periodista.
Sin embargo, Linares aseguró que aunque Roberto Toledo no era periodista de carrera, sí realizaba trabajos de edición de video y algunos textos para el portal.
Dos de las notas de Monitor Michoacán publicadas en noviembre de 2021 tituladas ¿Obras baratas, o arreglos entre amigos? y Ayuntamiento de Zitácuaro no ha demostrado certificación de mando policial aparecen firmadas por el mismo Roberto Toledo, lo que acredita su trabajo periodístico.
El cuarto del año
El de Roberto Toledo, es el cuarto asesinato de periodistas en el país en lo que va de 2022 después de José Luis Gamboa en Veracruz, así como de Margarito Martínez y Lourdes Maldonado en Tijuana.
El pasado martes se realizó una jornada nacional de protestas para pedir justicia para los colegas asesinados y exigir que cese la violencia contra el gremio periodístico.
Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha comprometido con investigaciones profundas y revisar el mecanismo de protección a periodistas, su discurso ha causado polémica por acusar a la oposición de usar los asesinatos como arma política contra su gobierno.