En México, las mujeres representan el 24.70% de personas desaparecidas, de todas las edades. Sin embargo, si solamente se considera a las personas menores de 18 años, las niñas y mujeres adolescentes representan un 55.30% de las desaparecidas, de las cuales, la mayoría de ellas, tiene entre 10 y 17 años; de acuerdo con el informe “Búsqueda e Identificación de Personas Desaparecidas”, cuyo reporte semestral (del 1 de enero al 30 junio de 2021 -el último disponible-) considera el número de desapariciones desde 1964; haciendo énfasis en los casos ocurridos durante la presidente de Andrés Manuel López Obrador.
De acuerdo con el Comité de las Naciones Unidas contra la Desaparición Forzada (CED), tras una visita a nuestro país en 2021, se confirmó que -en total- 95 mil personas estaban registradas oficialmente como desaparecidas en México; además de que existen 52 mil personas fallecidas sin identificar. Esto, según datos hasta el 26 de noviembre de 2021, motivo por el que expresó su seria preocupación por la gravedad de la situación de las desapariciones forzadas.
4 PREGUNTAS CON
Argelia Carrera, profesora de la Escuela de Ciencias Sociales y gobierno del Tecnológico de Monterrey
¿Cómo avanzan las investigaciones sobre feminicidios en México?
Desafortunadamente, la realidad es que todavía los casos no avanzan como debieran avanzar. No se cuenta con el avance que nos gustaría observar en términos, por ejemplo, del número de carpetas que se abren con respecto a la solución que se da realmente de los feminicidios.
Es un tema al que todavía le falta muchísimo avance, a pesar de que contamos con todas las leyes al respecto, y que contamos finalmente con todos los instrumentos jurídicos como para poder apoyar un verdadero seguimiento y avance, la verdad es que no está sucediendo como debiera.
Aún cuando contemos -y tengamos en el país- instrumentos como la Ley General para la Igualdad entre Hombres y Mujeres o la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (y el reglamento para ello) o la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas -que, por ejemplo, involucra un tema también relacionado con los feminicidios-, desafortunadamente no se están logrando los avances que quisiéramos ver, principalmente como mujeres.
Y sucede lo mismo con las desapariciones de mujeres en el país, una problemática con muy poco avance.
Tampoco lo hay. Es un problema bastante grande, bastante fuerte y es un problema, además que se ha determinado porque ahí está, lo han detectado de manera directa, dónde se encuentra, dónde están los casos más fuertes y a pesar de eso no se han hecho los avances que se debieron.
Por ejemplo, se ha demostrado que el Estado de México, Tamaulipas, Jalisco, Nuevo León, Veracruz, Puebla y en la Ciudad de México son seis estados en donde se concentran el 63% de las desapariciones, por ejemplo de niñas. También, hay cinco de ellos que concentran hasta el 50% de las desapariciones de mujeres en total.
Entonces, la verdad es que el problema está ubicado, localizado y desafortunadamente no se ha dado todavía el avance.
¿Qué elementos impiden que las familias no tengan justicia?
Son muchos los temas que están asociados con ello. Es un tema, desafortunadamente, multifactorial y diversos factores que están asociados con esa problemática. Muchos de ellos se han tratado de atender desde diferentes aristas, pero que no se ha logrado establecer soluciones o propuestas.
En el caso, por ejemplo de la desaparición forzada, pues ha creado: la Comisión Nacional de Búsqueda, el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas, el Mecanismo de Seguimiento de Alerta de Género que -de manera muy puntual- se ha llevado a cabo para todos los casos de feminicidio y bueno también el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense, que apenas se concluyó justamente el año pasado.
El número de carpetas que están sucediendo, en diferentes lugares y en diferentes espacios, realmente es sumamente amplio. Hay lugares, por ejemplo en Puebla, donde dicen que solamente hay 126 carpetas de investigación por feminicidio, cuando sabemos que las cifras son mucho más altas. Hay mucho mayor desaparición de mujeres y una de las causas importantes, desafortunadamente, es justamente la violencia machista que es como la antesala del feminicidio: para muchos de varones, la desaparición se convierte en una forma de ocultar los asesinatos.
Hay un asunto cultural, sin lugar a dudas, donde todavía no terminamos de establecer la importancia de lo que implica que estemos perdiendo la vida 10 mujeres todos los días.
También hay un tema de perspectiva de género, del que se ha hablado muchísimo en las fiscalías y ministerios públicos al respecto de cómo se tratan los temas y cómo de alguna manera se debe de canalizar el delito como feminicidio, no como “violencia doméstica” o algún otro delito. Es sumamente importante y creo que también, desafortunadamente, se ha visto rebasado el Estado.
¿De qué manera, cómo ciudadanía, podemos contribuir a atender un problema tan grande?
De las primeras cosas que tenemos que hacer es verdaderamente informarnos de fuentes fidedignas. Desafortunadamente hoy nos estamos encontrando -y ya algunos académicos lo denominan como posthumanismo- a uno de los problemas más centrales: las Fake News, aquellas noticias que están únicamente elaboradas para el clickbait. Es muy importante informarnos de fuente fidedigna de manera completa sobre lo que está sucediendo.
Otra cosa, que creo que podemos hacer de manera directa como ciudadanía es leer los informes, los reportes que empiezan a publicarse respecto de la violencia. Muchos de ellos son levantados justamente por otros, otras, otres, compañeras de la sociedad civil y que realmente abonan para indicarnos lo que está sucediendo y dónde está sucediendo.
Y podemos también conocer de primera mano por qué las mujeres nos vaciamos a las calles. A pesar de que -incluso desafortunadamente- hay una violencia que también se ejerce desde algunos -no todos- órganos de gobierno contra las protestas feministas, preguntarnos: “¿Por qué nos estamos levantando? ¿Qué es lo que está pasando?”. Eso es lo primero que tenemos que hacer como sociedad, informarnos de verdad antes de emitir un juicio o una opinión.