Con la promulgación que realizó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para el año fiscal 2022 por 1.5 billones de dólares, se contemplan 158 millones para ayuda bilateral a México, pero esos recursos no podrán usarse para actividades de las fuerzas armadas en temas de seguridad pública.
Con ducha promulgación se hace oficial esta limitante para los millones de dólares que recibirá México de su vecino del norte, como se anunció en julio del año pasado aún sin una decisión oficial.
En ese mes, el Comité de Gastos de la Cámara Baja estableció en una cláusula prohibitiva: “Los fondos asignados por esta iniciativa y puestos a disposición para ayuda de México se utilicen para apoyar la participación militar en la aplicación de la ley en México”.
Esto se estableció luego de que congresistas demócratas manifestaran su preocupación por el uso creciente de la Guardia Nacional para garantizar la seguridad pública en México, pero se usara menos a las corporaciones policíacas, por lo que pidieron al secretario de Estado, Antony Blinken, que alentara al presidente López Obrador para que retirara al Ejército de las calles.
Amplio apoyo a Ucrania
La promulgación de Joe Biden es independiente a un paquete económico de 13 mil 600 millones de dólares para ayudar a Ucrania humanitaria y militarmente, como parte de la ley de asignaciones aprobada por el Congreso que fija los límites de gasto del gobierno para 2022.
Dentro de esa ley, más de cuatro mil millones de dólares se destinarán en ayuda humanitaria para los refugiados que huyen de la guerra, así como para quienes han quedado atrapados, mientras que otros mil 800 millones se invertirán en políticas energéticas y de ciberseguridad, tanto en Ucrania, como en los países vecinos.
Unos seis mil 500 millones, la mitad del paquete de ayuda, irán a parar las arcas del Departamento de Defensa de Estados Unidos para desplegar tropas en la región y enviar equipos de defensa a Ucrania.
Washington también destinará unos 25 millones de dólares a su oficina federal que se encarga de financiar programas de radio y televisión en el extranjero para, dicen, “combatir la desinformación”, así como otros 120 millones para ayudar a activistas y periodistas locales de Ucrania.
