Reza un viejo refrán “haz fama y échate a dormir” y es lo que, más de 20 años después, el presidente Andrés Manuel López Obrador continúa padeciendo en cuanto al horario de verano, que prometió eliminar cuando fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal y que no cumplió.
En 2019, el presidente descartó realizar consultas o cambios sobre el horario de verano, pues no era prioridad de su gobierno. Sin embargo, ante la posibilidad de que en Estados Unidos se defina un “horario de verano permanente”, y ante el hecho de que en la Unión Europea también se analiza que sea voluntad de cada país aplicarlo, el tema resurgió y el presidente dijo que se presentará un informe sobre la utilidad que ha tenido el horario de verano en México, desde que se instauró a nivel nacional el 4 de enero de 1996.
“Gobernar es priorizar, política es tiempo. Yo de los grandes y graves problemas nacionales estoy dándole más atención a los que considero de mayor importancia por el daño que ocasionan a la sociedad y lo número uno es acabar con la corrupción”, comentó el presidente en 2019, cuando rechazó hacer cambios al respecto. De hecho, el pasado 5 de noviembre de 2021, López Obrador respaldó el cambio de horario y su funcionamiento desde que fue implementado, a pesar de que la población ha mostrado cierta inconformidad.
“La gente está inconforme todavía, pero al parecer sí ayuda, debe de afectar, desde luego, hasta en las familias de uno nos reprochan. A mí me hacen motines emocionales, por eso y por otras cosas”, dijo en conferencia de prensa.
Sin embargo, ante los cuestionamientos, López Obrador suele responder que le solicitará a Rocío Nahle García, secretaria de Energía, un informe donde explique cómo es que el cambio de horario beneficia a la población, para tener “buena información” al respecto. Esta misma promesa la ha hecho en 2020, 2021 y 2022. El 27 de marzo de 2020, AMLO dijo: “No vamos a modificar nada hasta que no tengamos un dictamen técnico, que ya le solicite a la Secretaría de Energía”.
¿Cómo empezó el pleito entre AMLO y el Horario de Verano?
Cuando fue jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador impugnó el horario de verano en el año 2001. El 24 y 25 de febrero de aquél año, AMLO preguntó a los capitalinos respecto a la permanencia de la medida, bajo el argumento de que era inconstitucional e ilegal.
A través de una consulta telefónica, aplicada a 321 mil 933 personas, el gobierno del Distrito Federal, obtuvo los siguientes resultados: 75% se pronunció en contra de la medida y 25% a favor.
Con ello, el entonces jefe de gobierno expidió un decreto un día después, el 26 de febrero, con el que pretendía reglamentar los husos horarios en la capital del país, lo que se contrapuso al decreto publicado por el entonces presidente, Vicente Fox de no excluir a la Ciudad de México de la aplicación del Horario de Verano.
Finalmente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación descartó ambos decretos, que marcaron una de las divisiones más fuertes entre AMLO y Fox.
¿México siempre ha tenido el horario de verano?
- En 1884, México se incorporó al sistema de husos horarios con base al meridiano de Greenwich (GTM). En 1931 se aplicó por primera vez el concepto de husos horarios estacionales equivalentes al actualmente denominado Horario de Verano, que consistió, en desplazar del primero de abril al treinta de septiembre el horario que se utilizaba en el Distrito Norte del territorio de Baja California y de los estados del Golfo.
- En abril de 1942 se decretó la misma medida para los territorios Norte y Sur de Baja California, así como para los estados de Sonora, Sinaloa y Nayarit. En el año de 1948 se complementaron las disposiciones que hoy norman la aplicación de horarios en la República Mexicana.
- Por otra parte, en diciembre de 1981 se decretó la aplicación de un huso horario permanente para la península de Yucatán, mismo que fue derogado a fines del año de su aplicación.
- Posteriormente, en 1988 se estableció un horario de verano para los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Durango, lo que significó que el primer domingo de abril al último domingo de octubre estos estados desplazaran su horario.
- Finalmente, en el año de 1995, la Comisión Federal de Electricidad, con el concurso del Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), evaluó los diversos análisis existentes y planteó al sector energético, la posibilidad de que esta medida se adoptara a nivel nacional, con el propósito de hacer un uso más racional de la luz natural y propiciar el ahorro de energía eléctrica.
- Con el resultado de las evaluaciones realizadas, se propuso y aprobó en 1996 implementar a nivel nacional el Horario de Verano, que consistió en adelantar simultáneamente una hora el reloj en todo el territorio nacional, del primer domingo de abril al último domingo de octubre de cada año (7 meses), a partir de la misma estructura de husos horarios que se venía aplicando. Desde la adopción de este huso horario se han presentado diversas manifestaciones a favor y en contra de esta medida.
- La más reciente Metodología para el cálculo de ahorros por Horario de Verano del Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias (INEEL) data de 2008.
Estados Unidos y la Unión Europea dan los primeros pasos para despedirse del Horario de Verano
En los últimos años, Estados Unidos ha debatido si suprimir para siempre el cambio de hora y optar por un uso inamovible. El Senado ya aprobó por unanimidad suprimir la modificación y mantener el horario de verano a partir de noviembre de 2023. Eso sí, para que esta medida vea la luz al final del túnel la Cámara de Representantes (Congreso) también debe dar su visto bueno que, posteriormente, pasaría al presidente, Joe Biden, para que lo sancionase.
Europa ha recorrido un camino similar. Con una comisión para ello en la Unión Europea desde 2018 -que analiza las ventajas y desventajas de suprimir el cambio de hora- el Viejo Continente aún se muestra reacio a la postura.
De hacerlo, la Unión Europea dejaría a cada Estado miembro que eligiese el horario de verano o el de invierno, según sus intereses, por lo que correspondería luego a cada país dar rienda a la medida. En lo que España respecta, en los últimos días el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha reconocido como oficiales los cambios de hora hasta 2026, por lo que hasta entonces, salvo nuevo anuncio, se mantendrán los cambios horarios en marzo y octubre de cada año.
3 PREGUNTAS CON
Adriana Rodríguez, profesora de Economía del Tec de Monterrey
¿Por qué sigue siendo tan relevante el Horario de Verano a dos décadas de que se implementó en México?
Efectivamente, tenemos más de 20 años con el cambio de horario y no nos adaptamos porque para las personas no se alcanza a ver -de manera tangible- el ahorro que implica este cambio en el recibo de pago. Es difícil poder materializarlo, en el sentido de medir cuántos kilowatts están ahorrando al día.
¿Esos ahorros se están notando a nivel nacional?
A nivel país, hay estudios que demuestran que se dan ahorros económicos. Por ejemplo, el Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE) tiene un estudio en el que señala que se ahorran más de mil 300 millones de pesos y también de consumo de energía.
Sin embargo, existe una controversia y una discusión a nivel internacional, ya que se señala que se tienen que actualizar todos los estudios. Muchas de las investigaciones sobre si se producen o no ahorros significativos con el cambio de horario, se realizaron en el momento en el que se implementó la medida y obedecen a las necesidades energéticas del siglo pasado. Es decir, las tecnologías han ido evolucionando y, por ejemplo, los electrodomésticos son más ahorradores de energía ahora que los que teníamos en 1995. En este sentido está la discusión a nivel internacional.
¿Qué tendría que suceder para que México dé ese paso de eliminar o dejar un sólo cambio de horario?
Es necesario insistir en la necesidad de contar con estudios que, efectivamente, sirvan para tomar una decisión. Que sean integrales, que contemplen la parte económica, la parte social, la parte energética y que realmente estén aplicados a la realidad de México. No es lo mismo la situación geográfica que puede haber en Europa, en Estados Unidos o en México; además de la cultura de consumo que puede haber.