En este 2022 se cumplen 500 años del inicio de la construcción de Palacio Nacional, uno de los principales recintos históricos de la Ciudad de México y sede de importantes momentos en la vida política y social del país.
En este monumental recinto se encuentran las oficinas de la Presidencia de la República y de la Secretaría de Hacienda, además de jardines, museos y murales. Fue construido sobre las ruinas de las Nuevas Casas de Moctezuma Xocoyotzin.Dentro de sus muros han habitado y trabajado grandes personajes de la historia nacional, desde virreyes, emperadores y presidentes.
Su estilo ha cambiado trascendentalmente con el paso de los años. “Estamos hablando de un edificio barroco. Va a ser realmente de inicios del siglo XVIII, tras un incendio en 1692, cuando cambia completamente la imagen del Palacio”, explica Veka Duncan, historiadora del arte y divulgadora.
“Es un momento interesante porque muchas de las características de ese barroco novohispano las vamos a encontrar tanto en el Palacio, como en muchos otros edificios. El uso de la piedra roja en combinación de la cantera gris no, que es lo que principalmente se utiliza en la zona del Centro de la ciudad. El Palacio Nacional es muy similar -en ese sentido- al Palacio de la Inquisición, al edificio de la SEP -que era la antigua aduana-. Todos esos edificios son de esa época, porque la ciudad se va a reconstruir muchas veces”, añade.
Es importante no olvidar que edificios como el Palacio Nacional o zonas como el Zócalo Capitalino han pasado por grandes cambios. “El Centro Histórico que vemos hoy, no es el Centro Histórico que vieron esos primeros españoles que llegaron a la Nueva España y que comenzaron a construir la Ciudad de México. Realmente es el centro histórico de la Ciudad de México del Siglo XVIII. En ese momento se van a hacer muchos trabajos de remodelación de la ciudad, sobre todo, hay que entenderlo en un momento en el que hay mucha más riqueza que en otros no; porque el siglo XVIII va a ser: por un lado, el siglo de las reformas borbónicas -va a haber muchos cambios en la manera en la que se administra la colonia- y también, porque la minería va a tener un auge muy particular”, explica Veka Duncan.
3 PREGUNTAS CON
Veka Duncan es divulgadora, historiadora del arte
Se están cumpliendo 500 años de que empezó la construcción de Palacio Nacional y me gustaría preguntarte cómo surge, qué funciones tenía y porque era muy distinto al Palacio Nacional que conocemos hoy en la actualidad
Lo primero que tenemos que entender es el contexto de ese momento. En 1522 la conquista acababa de suceder, entonces -de entrada- hay que imaginar que el centro histórico desde luego no es nada como lo que vemos hoy. Ni siquiera era como lo imaginamos de acuerdo a los testimonios históricos que podemos leer; porque digamos que hay como una especie de limbo ahí. Pensamos siempre en la Tenochtitlán que vieron los españoles, que aparece en las crónicas o pensamos ya en la ciudad de la capital, el virreinato ya propiamente construida ya con una vida cotidiana con virreyes. 1522 es parte de este limbo que inicia en el 21 y que va a concluir de alguna manera en el 24, que es cuando ya se funda propiamente la ciudad.
[ Restauración de Palacio Nacional costó más de 31 mdp durante 2021Opens in new window ]
A 1522 hay que imaginarlo como en obra en reconstrucción y eso va a ser muy importante, tanto para la historia del Palacio Nacional como para la historia de todo el Centro Histórico. Los hallazgos arqueológicos nos han demostrado que debajo de todos estos edificios hay edificios originales de los mexicas.
¿Qué grandes momentos históricos han pasado en el Palacio Nacional? Recuerdo, por ejemplo, el momento en que ondeó la bandera de Estados Unidos
Este momento que dices es importantísimo, porque creo que además es de los más dolorosos, como mexicanos es el que nos pega más cuando vemos esa bandera americana ondeando ahí sobre Palacio Nacional.
Un primer momento que hay que tomar en cuenta -y que va a ser fundamental para comenzar a entender cómo se va conformando el espacio que vemos hoy- es 1692, porque en ese momento hubo un incendio muy importante que cambió por completo a la fisionomía de Palacio Nacional.
Lo que se había construido en el Siglo XVI va a ser prácticamente demolido y se va a comenzar la edificación de un nuevo palacio que va a comenzar a tener ya las características que vemos hoy.
Otro momento es cuando Maximiliano y Carlota deciden que no van a vivir ahí. Ellos llegan y lo que encuentran no es -para nada- lo que hubiéramos imaginado que era el Palacio de los Virreyes, pues había condiciones terribles en todo el propio inmueble. No era, para nada, las comodidades a las que estaban acostumbrados ellos viniendo de la monarquía y de la realeza austriaca y belga.
A mí también me gusta siempre destacar 1926, creo que por un lado porque es el periodo que queda más olvidado cuando hablamos de la historia del Palacio y de su arquitectura, pero también porque creo que nos habla mucho de su época. En 1926 se construye la última planta del Palacio Nacional. Agregarle ese piso adicional tiene mucho que ver con lo que estaba sucediendo en ese momento con la recuperación de lo mexicano y tratar de buscar esa identidad en el pasado.
¿Por qué es importante que sigamos los constantes cambios que se hacen en edificios históricos como Palacio Nacional?
En primer lugar, porque es un patrimonio que finalmente nos pertenece a todos. Tenemos derecho a apropiarnos de él, a gozar de él y creo que ese es el punto principal por el que todos tenemos que estar ahí, al pendiente. Nos toca a todos la protección del patrimonio, no solo las autoridades. Como ciudadanos, también tenemos que ser partícipes de eso y apoyar en su conservación, en su preservación, porque lo que ha sucedido. Finalmente -aunque a veces nos parezca muy lejano- , porque son espacios del poder. No son lugares donde estemos los ciudadanos de a pie normalmente, pues son espacios en los que han sucedido cosas que sí nos han marcado, que sí han transformado nuestra vida cotidiana y que, por lo tanto, son parte también de nuestras propias historias.
Algo muy importante cuando hablamos de estos temas es que tampoco perdamos de vista la importancia de que estos lugares estén abiertos al público. Que no dejemos de exigirlo. En la mayoría de los países del mundo sí hay la posibilidad de visitar estos lugares, obviamente con ciertas restricciones como visitas guiadas, con un cierto protocolo, pero creo que es importante que no se cierren las puertas de estos espacios al público. Que no queden reservadas simplemente para aquellos que están en el poder.