Este domingo, en la mayoría del país, entra en vigor el horario de verano, medida que desde hace 26 años se aplica en México, pero este cambio en el que los relojes deben adelantarse una hora no es bien recibido por el cuerpo, ya que se experimenta aturdimiento, sensación de no haber dormido lo suficiente, cansancio, calor, confusión, aturdimiento e incluso un poco de dolor de cabeza.
Beatriz Corona Figueroa, investigadora de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y maestra en psicología de la Salud y Salud Pública, dijo que ni el ahorro de luz, energía eléctrica y sincronización en la hora con los países que México tiene negocios, son comprendidos por el cuerpo, por lo que sus efectos aparecen en mayor o menor medida.
“Nuestro organismo funciona por ciclos, por ritmos, por equilibrios. Para sentirnos bien necesitamos armonizar funciones internas y externas; respondemos a la luz, a la temperatura, funcionamos mejor a ciertas horas y en ocasiones nuestro cuerpo experimenta cambios de los cuales no siempre somos conscientes”, dijo.
Los horarios regulan los ciclos del cuerpo, así como la planificación de las actividades cotidianas, el momento de comer, de hacer ejercicio, de dormir, aunque los horarios son externos a los seres humanos, sí obligan al ajuste interno de los cuerpos.
Aunque esta transición por el cambio de horario se prolonga por los seis meses que dura, siempre el primer día es el más difícil para hacer los cambios necesarios.
“Es posible convertir este cambio en algo llevadero y en parte de nuestra vida. Para comenzar, podemos prevenir algunos de sus efectos si uno o dos días antes de que se presente el cambio nos acostamos una hora más temprano, cenamos más ligero, evitamos bebidas y alimentos estimulantes después de la hora de comida y creamos un ambiente de preparación para un buen sueño. Sí, el día más pesado siempre es el primero, esta preparación puede ayudar a atenuar un poco los efectos del cambio”.
También se puede practicar ejercicio por las mañanas, ya que genera mayor oxigenación, mejora el tono muscular, se experimenta una mejor digestión y hasta mejor el estado de ánimo para el resto del día.
En cuanto a las mejoras en la alimentación, la especialista recomienda mantener una buena hidratación, realizar cenas ligeras y a horas tempranas, ya que eso permite el sueño más tranquilo y profundo, lo cual es necesario para despertar a la hora adecuada y que el cerebro descanse lo necesario.
“Mantener hábitos más eficaces hacia los dispositivos electrónicos será una estrategia crucial, la luz azul emitida por las pantallas no sólo daña los ojos, impide la relajación previa al sueño y mantiene una actividad cerebral incompatible con el sueño reparador. Con el ritmo de vida que llevamos, estas horas de sueño nocturno son un recurso indispensable para que continuemos funcionando y sintiéndonos bien”.
Además, aunque haya una hora más de luz, no implica que nuestras actividades se planifiquen con ese tiempo de diferencia, para así evitar tener una hora menos de sueño en los seis meses que dura el horario de verano.
Otro punto a tener en cuenta es que esa hora más de luz se puede aprovechar para tener mayor convivencia con nuestros seres queridos o amigos, así como para hacer alguna de las actividades de mayor preferencia.
“Aprovechemos esta oportunidad de disfrutar el espectáculo de esos atardeceres de tonos rosa y dorado que nuestra bella ciudad nos ofrece en la temporada veraniega y no nos desilusionemos ante lo que sucederá con nuestro reloj el próximo domingo 3 de abril”, concluyó Corona Figueroa.