El presidente Andrés Manuel López Obrador habló de los vínculos entre la masonería y figuras del poder en México, entre ellas, Benito Juárez, Francisco I. Madero y Porfirio Díaz.
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Tras hablar de Francisco I. Madero por una pistola que le regaló Miguel Diaz-Canel, presidente de Cuba, el presidente escuchó la pregunta de un reportero qué dijo ser especialista en masonería, y que supo la respuesta de algo que preguntó AMLO precisamente por sus estudios en la materia. El mencionado comunicador señaló que Madero y Huerta eran masones nivel 33.
AMLO, en su intervención, dudo de la información referida. “El presidente Madero era espírita, masón no estoy seguro. El presidente Juárez, si [era masón]. Y también aclarar, el presidente Juárez era anticlerical, no antirreligioso”, comentó López Obrador.
“Eso no es una limitante para que se cometan atropellos, abusos, aunque sean hermanos masones. Una vez, cuando Porfirio Díaz se levantó en armas con el plan de la Noria, lo detuvo un general masón y lo liberó por ser hermano masón. Y cuando Juárez le pidió una explicación, él le dijo “es que es mi hermano” y Juárez le reprochó “y que no lo soy yo también?”
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López Obrador dudó que Victoriano Huerta y Francisco I. Madero fueran masones. “Y si es como tú lo sostienes, ¿cómo un hermano masón va a ordenar la ejecución de otro hermano masón?”, concluyó.
¿Qué es la masonería y cómo llegó a México?
La masonería es una organización discreta internacional, movida por el sentimiento de fraternidad que busca la mejora del hombre en sociedad a través del desarrollo moral y el cultivo de numerosas disciplinas como las ciencias y las artes, señala Alfredo Marín García, en el artículo “Masonería”, de Economipedia.com.
Manuel Jiménez Guzmán, en el libro “Influencia de la Masonería en la Constitución de 1917″, publicado por la Biblioteca Constitucional del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, explica que “la masonería en México inició en la segunda mitad del siglo XVIII introduciendo ideas de liberalismo, semilla del cambio social independentista frente a la Corona, que cundió entre muchos integrantes de los grupos políticos e intelectuales más brillantes de la época”.
“Inicialmente los ritos masónicos estaban integrados por la élite peninsular. Los españoles que llegaban a América provenientes de Europa inculcaron las tendencias librepensadoras que promovía la masonería en ese continente. Paulatinamente las logias se nutrieron con criollos y mestizos, quienes tenían una concepción distinta del liberalismo”, explica Jiménez Guzmán, quien añade que “el resultado fue la generación de dos tendencias claras entre grupos conservadores pertenecientes al Rito Escocés que pugnaban por independizarse de España, pero manteniendo la estructura virreinal”.