Nacional

‘Policía ambiental’ deja de vigilar contaminación de las empresas

En cinco años, disminuyeron 77% las inspecciones que Profepa realiza para vigilar la contaminación ambiental de las empresas

Las visitas de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para vigilar y cuidar la naturaleza ante la contaminación generada por las empresas cayó 77.3% entre 2016 y 2020. Además, el decremento fue continuo en los registros anuales.

Una de las principales atribuciones de este órgano desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) es la inspección de la actividad industrial, la cual se realiza para verificar el cumplimiento de las normatividades.

Durante 2016, la Profepa efectuó seis mil 464 supervisiones en empresas; un año después la cifra bajó a seis mil 267. En 2018 se matricularon cuatro mil 741 recorridos; en el periodo siguiente disminuyeron a tres mil 591. Para 2020 apenas se alcanzaron las mil 468 visitas, de acuerdo con información de la referida dependencia.

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Principalmente, la industria genera daños en el suelo con sus residuos; en el aire con sus emisiones de gases de efecto invernadero; y en el agua con sus desechos químicos, explicó en entrevista Anaid Velasco, coordinadora de investigación en el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

“Por ejemplo, en el caso de una industria textilera los principales daños suelen estar asociados con la calidad del agua que se regresa al ecosistema; generalmente está llena de colorantes, de tóxicos y algunas veces trae metales”, señaló la abogada.

También destacan los impactos como el ruido de las fábricas, el polvo producido por las cementeras o los olores de las comercializadoras de pollo, indicó a Publimetro Carlos Álvarez Flores, presidente de la organización México, Comunicación y Ambiente.


“La gran mayoría de las industrias transforman cosas, producen cosas, por ello necesitan calor. El calor se da con una caldera; la caldera quema combustible y genera emisiones. Entonces, lo primero que hacen las industrias es contaminar el aire. Todas generan residuos (que salen del proceso de fabricación) y todas utilizan agua, la cual contaminan”, detalló el especialista.

Irregulares superan a cumplidores

En cada año del mencionado lapso, las supervisiones en materia industrial de la Profepa dejaron más registros de irregularidades que recorridos sin anomalías. En 2016 se enlistaron 278 clausuras de plantas como medida de seguridad, tres mil 823 visitas con daños menores observados y dos mil 363 acciones sin hallar problemáticas.

Al siguiente año los números quedaron en 214 clausuras, tres mil 616 inspecciones con irregularidades menores matriculadas y dos mil 437 revisiones sin anomalías; para 2018 en 173, dos mil 654 y mil 914, respectivamente.

Mientras, en 2019 se llegó a 124 clausuras, dos mil recorridos con problemas menores encontrados y mil 467 visitas sin daños anotados. Por último, en 2020 las estadísticas arrojaron 75 clausuras, 838 supervisiones con irregularidades menores y 555 acciones sin apuntar percances.


Dejar de atender o de vigilar el sector industrial genera un estado de impunidad porque la autoridad no revisa si se cumple con el marco legal y con las condicionantes de los permisos, aseguró Anaid Velasco. En el mediano plazo, agregó, las omisiones de Profepa traerán un deterioro en el medioambiente y, por lo tanto, en la calidad de vida.

“De igual forma crea un incentivo para que se relajen otros sectores u otros actores que quizá sí cumplen la ley. Se relajan al no tener ‘policía ambiental’ detrás de ellos, y así es muy fácil dejar de mejorar procesos o incentivar saltos tecnológicos”, subrayó la abogada del Cemda.

Por su parte, Álvarez Flores acusó que la dependencia de Semarnat no castiga a las paraestatales, como Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad, cuando sus actividades afectan al medioambiente, a pesar de ser las empresas más contaminantes.

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“Yo fui a la PGR en Salamanca –Guanajuato– a denunciar a la refinería; ¿sabes qué pasó?, nada. Me dice el Ministerio Público: ‘a ver, ingeniero, cómo que quiere que clausure la refinería’; le dije ‘pues sí, porque está contaminado el aire’, y responde ‘no, ingeniero, cómo voy a parar la refinería, de ahí sale el aceite y la gasolina, cómo cree’”, aseveró el ambientalista.

Profepa, sin capacidades

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La estructura de vigilancia de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente es muy pequeña, por lo cual no tiene el tiempo ni el personal para cubrir todo el sector industrial del país, consideró el presidente de México, Comunicación y Ambiente.

La pandemia –porque los inspectores no trabajaron– y los recortes presupuestales también afectaron la labor del órgano gubernamental, abundó. La pérdida de recursos económicos comenzó con el sexenio de Enrique Peña Nieto, precisó, pero se acentuó con la llegada de Andrés Manuel López Obrador.

“Los empresarios mexicanos, sean nacionales o trasnacionales, no son los suficientemente responsables. Solo pocas trasnacionales, obedeciendo a la política ambiental de la casa matriz, alemana, francesa, etcétera, aplican estándares de control en el agua, en emisiones y en residuos”, enfatizó Carlos Álvarez.

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