Este 12 de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador realizará una visita oficial de trabajo a Estados Unidos, motivo de su cuarto viaje a ese país durante su sexenio, en el que se reunirá con el presidente Joe Biden para tratar temas como la migración, estrategias mutuas para reactivar la economía y otros asuntos. Sin embargo, especialistas consideran que pocos cambios sustanciales puede haber en cuanto a una reforma migratoria, pues hay intereses que se benefician de la manera en que actualmente están, tanto en México como en Estados Unidos.
Este lunes 11, el presidente viajará a Estados Unidos por la tarde. Se espera que el encuentro bilateral del 12 de julio tenga diversas actividades, las que no se han dado a conocer hasta el cierre de esta edición, y que el mandatario regrese a México el miércoles 13 de julio por la tarde.
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López Obrador anunció su visita a Biden el pasado 6 de junio, al ratificar que no iba a asistir a la XI Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, California. En su lugar lo representó Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores. Sin embargo, la fecha exacta de su encuentro con Biden la dio a conocer hasta el 28 de junio, un día después de que se encontró abandonada la caja de un tráiler con decenas de migrantes muertos, la mayoría de origen mexicano. En total, 53 personas fallecieron, originarias de México, El Salvador, Guatemala y Honduras.
Aunque el presidente mexicano no ha dado a conocer el plan de su gira de trabajo completo, tras la tragedia de migrantes en San Antonio, Texas, explicó: “Y este tema es central, es un tema básico a tratar. Lo hemos venido planteando, pero hace falta y esta es una amarga prueba de que hay que seguir insistiendo en apoyar a la gente para que no tenga necesidad de abandonar sus pueblos para irse a buscar la vida del otro lado de la frontera”.
López Obrador afirmó que estas tragedias “suceden porque también hay tráfico de personas y falta de controles, en este caso, en la frontera de México con Estados Unidos y al interior de Estados Unidos”.
El presidente ha dejado entrever algunas de las directrices que abordará con Biden, como la necesidad de apoyar a Centroamérica, así como incrementar las visas temporales de trabajo para ordenar el flujo migratorio.
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“Hay una realidad que a ellos les cuesta mucho trabajo aceptar; sobre todo, por sus dogmas y por su política anti inmigrantes: no tienen fuerza de trabajo. No hay fuerza de trabajo ni en Estados Unidos ni en Canadá para que puedan crecer y producir, y no estar sólo consumiendo lo que se produce en Asia, en China. Esa es una crisis evidente. Dispersan recursos después de la pandemia, como nunca, y crecen las importaciones de China. Se llenan los puertos del Pacífico con mercancía de China, como electrodomésticos. ¿Qué no podemos producir electrodomésticos en América del Norte y en toda América? ¿Se tiene que comprar en China? ¿Se tienen que comprar en Asia?”, explicó López Obrador el pasado 28 de junio.
AMLO también ha señalado que, ante la amenaza de que se agrave la situación económica en ambas naciones, propondrá un esquema de ayuda mutua para complementar acciones antiinflacionarias en materia energética, de alimentos y otros bienes, con el fin de evitar el aumento de precios.
“Seguramente también vamos a tratar lo relacionado con el combate a la corrupción, las armas; es amplio y vamos también a hablar de otras cosas, de temas que no sólo tienen que ver con lo material”, añadió.
Finalmente, durante su visita a Washington D.C., estará acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez Mueller, quien tiene programada una reunión en materia educativa con la esposa del presidente Biden, Jill Biden, además de visitar escuelas y bibliotecas.
Exigen abordar la agenda de energía y cambio climático
A través de un comunicado, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) consideró fundamental que en la reunión entre AMLO y Biden se aborde la agenda de energía y cambio climático.
“Reconocer la crisis climática y proponer acciones ambiciosas hacia la transición energética, así como una ruta crítica para acelerar el tránsito hacia una América del Norte más productiva, sostenible y con una menor huella de carbono, debe formar parte de la agenda bilateral de forma urgente y prioritaria. En el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Clima, el gobierno mexicano planteó un decálogo de acciones para mitigar el cambio climático. Estas acciones, sin embargo, son insuficientes -e inclusive contraproducentes- para el medio ambiente y la competitividad del sector energético en la región”, explicó el IMCO.
¿Cuál es la diferencia entre visita de Estado y visita oficial?
Sólo un jefe de Estado puede ser recibido en visita de Estado. Líderes de naciones como Canadá o Gran Bretaña hacen visitas oficiales porque son jefes de gobierno y no jefes de Estado, ya que Canadá y Gran Bretaña son países de la Commonwealth británica, y el jefe de Estado de ambos es la Reina Isabel II de Inglaterra.
Las visitas oficiales a veces incluyen una cena oficial, pero no una espectacular cena de Estado, con invitados vestidos de gala. Una visita de Estado, por definición, implica más pompa y ceremonia que una visita oficial.
Otro aspecto característico de las visitas de Estado es la posibilidad de dirigirse ante ambas cámaras del Congreso, algo que no es parte del protocolo de una visita oficial.
5 PREGUNTAS CON
Rafael Soler Suástegui, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle
¿Cuáles serían las expectativas que tendríamos ante este encuentro bilateral?
Obviamente, el tema migratorio. Es un tema central evidentemente, pero yo no tendría muchas expectativas respecto de que puedan cambiar muchas cosas por una razón muy simple: el fenómeno migratorio, de manera natural, se ha establecido de esa manera porque, sobre todo a Estados Unidos, así le conviene.
Sería muy difícil que hubiese un cambio sustantivo en esa materia, pero puede haber alguna flexibilización. Pero, de fondo las cosas son como son porque de esa manera se beneficia a una de las partes y también a México. Aquí en México el aumento de las remesas es muy importante. Entonces las cosas son como son por una cierta razón y difícilmente por una decisión política van a cambiar.
Además de la migración, ¿Qué otros temas son importantes para esta reunión?
Evidentemente, y como lo mencionó el presidente, temas económicos, temas de seguridad (creo que es un tema importante) y temas probablemente de libre comercio. Creo que serían los temas centrales.
En cuanto a una posible reforma migratoria, el presidente López Obrador mencionó el miércoles que existe “mucha simulación”. ¿Qué lectura nos puede dar de esa evaluación de AMLO?
En el fondo es cierta. Yo diría que las simulaciones no solamente son de Estados Unidos, sino también son nuestras. Ambas partes simulamos porque, como ya dije hace un momento, a intereses importantes les conviene que las cosas sean de esta manera. En el caso de Estados Unidos, pues es muy obvio que obtienen un beneficio de mano de obra barata por esta manera por debajo de la línea legal. Es decir, trabajadores que perciben salarios inferiores, condiciones laborales menos favorables, etcétera, etcétera y eso obviamente es una ventaja competitiva importantísima en Estados Unidos, el tener acceso a mano de obra.
Pero México también simula, porque finalmente -y está siendo una parte muy importante- vivimos de las remesas en Estados Unidos. Si nosotros ordenamos la migración en estos términos (que uno pudiese entenderlo como hacerla más difícil), entonces ambas partes simulamos en una situación que nos conviene, pero ¿quién pierde?. Bueno, pues pierden evidentemente las personas que cruzan las fronteras de manera irregular y entonces se enfrentan a un sinfín de problemas.
Ordenar la migración supondría que ambas partes decidieran perder parte de los beneficios que obtienen de esta situación.
En ese sentido, AMLO ha insistido en las visas de trabajo y ordenar las contrataciones. Que no queden a manos de polleros o de individuos, sino de los gobiernos. ¿Qué opina usted de eso?
Sí, pero hay que tener cuidado también con estas propuestas que pueden verse interesantes, pero quizás algunas son inviables. Por ejemplo, mencionas visas para profesionales. Si tenemos estas relaciones, estos flujos migratorios históricos México-Estados Unidos es porque ambos países se necesitan mutuamente.
Es decir México requiere trabajo y Estados Unidos requiere mano de obra y de hecho los flujos son naturales, es decir los flujos se incentivan en ciertos momentos, disminuyen en otros. Además los migrantes trabajadores tienen ciclos bastante establecidos: tiempos de cosecha, cosas por el estilo. Quiero decir con esto que si nosotros buscamos visas para profesionistas, probablemente no consigan un solo empleo porque no existe esa necesidad.
Entonces hay que tener cuidado con propuestas que pueden ser vistosas, pero que en realidad carecen de fondo.
Finalmente, han habido una serie de eventos previos a este encuentro como el artículo en el New York Times hablando sobre el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, sobre su cercanía como AMLO; las críticas del presidente López Obrador sobre Julian Assange y su propuesta de desmontar la Estatua de la Libertad y el reclamo que ha hecho el presidente López Obrador sobre el apoyo que le ha dado Estados Unidos a Ucrania, cuando él solicitó primero apoyo para los programas que buscan atender las causas de la migración en Centroamérica y no se lo dieron. ¿Esto puede influir en este primer encuentro bilateral?
Sí, afectan. Yo creo que el presidente mexicano ha sido poco prudente, por decir lo menos, en algunos comentarios que se pudo haber ahorrado. Pero también es verdad que creo que aunque el clima pueda ser un poco raro, finalmente las decisiones no tienen que ver con situaciones personales, si no con temas de intereses importantes o fácticos de ambos países.
Creo que privilegia más el fondo que la forma y que realmente no cambian sustancialmente las cosas. Como mencionaba, las cosas son de algún modo porque benefician a ciertos intereses y que cambien esa realidad cuesta trabajo. Difícilmente es solamente con una decisión digamos de cúpula. Tendrá que cambiar la política de ambos países y el modo de entender el fenómeno migratorio.