México está oficialmente desde este miércoles en emergencia por la sequía que afecta a casi a la mitad del país, especialmente el norte y de manera más extrema a algunos municipios de la cuenca del Río Bravo, en la frontera con Estados Unidos.
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La situación no es tan extrema como hace más de una década pero la declaración de emergencia permite a las autoridades un mayor margen de maniobra para activar medidas extraordinarias que garanticen el abastecimiento de agua para uso doméstico y público urbano o para imponer limitaciones temporales en ciertos lugares.
Además ofrece ciertos beneficios a titulares de concesiones de aguas nacionales para uso industrial y agrícola que trasladen esos derechos temporalmente a la Comisión Nacional del Agua para que pueda atender las necesidades prioritarias.
El decreto de emergencia, publicado en el Diario Oficial de la Federación la víspera, entró en vigor el miércoles.
Según los datos del Monitor de la Sequía en México, el 47% del territorio del país tiene problemas de falta de agua, un 5% menos que en la misma fechas de 2021 y lejos del 87% registrado en 2011.
No obstante, el gobierno adoptó las medidas excepcionales para poder actuar de forma rápida ya que en ciudades como Monterrey, la capital industrial del país, se han registrado problemas en el abastecimiento.