Los médicos comienzan su residencia entusiasmados, esperanzados, con ganas y actitud de convertirse en especialistas, pero el sistema en el que se desarrollan les quita el entusiasmo, la esperanza, las ganas y la actitud. Después de esta fase de su carrera profesional viene la búsqueda de trabajo, a los 30 o 32 años de edad, en un sector salud deficiente e insuficiente.
Para especializarte en cualquier rama de la medicina realizas una residencia, luego de pasar por una licenciatura de siete años. El ingreso es una competencia nacional con formato de examen; anualmente, participan alrededor de 60 mil aspirantes.
Según datos de la Secretaría de Salud, en 2019 se ofertaron nueve mil 964 plazas para especialidades médicas. En 2020 la cifra subió a 18 mil 723, en 2021 llegó a 19 mil 263.
Muchas veces se compara la formación de los doctores con un esquema militar, porque algunos entienden los niveles de estudio como rangos de autoridad, aseguró a Publimetro Amparo Vera, representante de la Asamblea Nacional de Médicos Residentes (ANMR).
En promedio, agregó, un residente labora 100 horas a la semana en ambientes no del todo amigables, pues atienden a infinidad de personas en hospitales con su capacidad sobrepasada.
“La formación de los residentes es un tema que debería priorizarse en el sector salud, porque lo más triste en la formación de los doctores que mañana atenderán a la población es que el mismo sistema les va quitando las ganas de ser médicos”, señaló Amparo Vera.
Abusos laborales, acoso sexual y características insuficientes para albergar al personal son algunas de las denuncias recibidas por la ANMR. El médico residente es visto como el último en la ‘cadena alimenticia’, es maltratado y castigado –con la imposición de guardias, por ejemplo–, aseveró un miembro de la Asamblea, quien prefirió omitir su nombre.
Hay sedes donde, de manera sistemática, gente que por el maltrato sufrido en años pasados agravia a sus compañeros de menor grado, abundó; esto lo justifican con el argumento: “si a mí me tocó así, por qué a ti te va a tocar más light”.
Mucho trabajo, poco sueldo
Los residentes están a disposición de los hospitales toda la semana a cualquier hora del día; por ello, su único recurso económico proviene del apoyo dado por la institución donde laboran. El pago es superior al sueldo promedio de las profesiones en México, pero menor al de un médico adscrito (fijo).
Al inicio de la especialidad, la retribución es de aproximadamente 12 mil pesos; cada año aumenta cerca de mil pesos. Según el área es la duración de la residencia; unas son de tres periodos anuales, otras de cuatro.
“En mi caso, estoy casado y recibo al mes alrededor de 16 mil pesos, con eso me mantengo a mí y a mi esposa. Luego, nos han tocado casos en los que el mismo médico con su sueldo tiene que pagar abogados para problemas de aval curricular, o sea, es un sueldo que apenas alcanza para tus necesidades; y ese lo mantienes por tres o cuatro años”, indicó el integrante anónimo de la ANMR.
Un médico adscrito tiene horarios de un turno por día, los residentes hacen guardias de 36 horas, apuntó. Por ejemplo, ingresan al sanatorio un jueves a las ocho de la mañana y salen el viernes a las dos de la tarde. No generan antigüedad ni prestaciones, además nada obliga a la institución a dar contratos una vez concluida la formación.
“Cuando terminas la residencia, le decimos nosotros, vuelves al frío de la calle. Un residente sale entre los 30 o 32 años, y es cuando apenas comienza su vida laboral. Un residente no puede sacar un crédito hipotecario, no puede mantener un coche, una casa o más gente; o sea, no es un sueldo que te alcanza para más, y no puedes trabajar otro turno en otro lugar para conseguir más dinero”, dijo el miembro de la Asamblea.
La odisea laboral
No es sencillo conseguir un trabajo después de una carrera tan larga. Alrededor de 17 mil médicos se gradúan anualmente; sin embargo, no hay una oferta de plazas para elegir empleo, por ende, muchos se quedan sin laborar, señaló en entrevista el doctor Jorge Sánchez, vocero de las Federaciones, Asociaciones y Colegios Médicos de México.
El gobierno contrata solo una pequeña parte de estos, agregó. Algunos de los desafortunados terminan en consultorios a lado de farmacias o en instituciones privadas, precisó, otros viven de cosas no relacionadas con la medicina o de vender productos farmacológicos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2021, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, México cuenta con 305 mil 418 médicos –54% son hombres y 46% mujeres–. De cada 100 doctores, 67 son generales y 33 especialistas.
Asimismo, el 68% de dicho grupo de personas labora en instituciones de salud, el 29% en empresas o negocios y el 3% en el sector de los hogares. Respecto al sueldo promedio, en las empresas el ingreso mensual asciende a 20 mil 263 pesos, en las instituciones a 18 mil 675 pesos y en la modalidad informal a 14 mil 114 pesos.
Si un médico desea vivir más o menos bien necesita dos o tres trabajos, porque uno no alcanza, aseguró a este medio la doctora Daniela de la Rosa Zamboni, vicepresidenta de la Asociación Mexicana para el Estudio y Control de Infecciones Asociadas a la Atención de la Salud (AMEIN). Vivir más o menos bien, aclaró, no es irte a Europa de vacaciones o comprarte una casa.
“La consulta con un médico general es muy baja. Un médico general puede cobrar 30 o 70 pesos; si vas a un estilista, te cobran mil, 400 o 200 pesos. Eso es algo difícil de ser médico general, después de estudiar tanto tiempo”, subrayó De la Rosa Zamboni.
Sistema de salud, un obstáculo más
Las deficiencias e insuficiencias del sistema de salud en México son un obstáculo más en la carrera profesional de los médicos. Por ejemplo, el desabasto de medicamentos, el cual siempre ha existido, pero ahora más, y el abandono del primer nivel de atención, donde se podrían resolver muchas enfermedades, explicó a Publimetro la doctora Sonia López, directora ejecutiva de la Sociedad Mexicana de Salud Pública (SMSP).
“Una de las cosas que debemos entender es que el médico no es el que compra los medicamentos, porque luego pasa que la gente se enoja, pero no somos nosotros quienes compramos los medicamentos. Hay todo un sistema de compras para que se adquiera lo necesario”, indicó.
También la fragmentación del sector influye, añadió la directora ejecutiva del SMSP, debido a que hay duplicidad de afiliaciones: gente registrada en varias instituciones de salud; esto dificulta el seguimiento médico. Las listas de espera para los estudios de igual forma influyen, pues tardan meses en realizarlos y, por ello, se imposibilita saber si el paciente tiene una enfermedad o no.
Por su parte, el doctor Jorge Sánchez destacó que en las plazas de las zonas rurales del país se lidia con la inseguridad e incertidumbre laboral, pues impera el crimen organizado y, además, la mayoría de las veces son contratos temporales.
“A veces estás en áreas inhóspitas, en tierra de nadie en donde a veces la ley es diferente: la ley del cacique o la ley del más fuerte. Ha habido agresiones contar compañeros médicos, incluso algunos perdieron la vida. Es algo ilógico criticar a los médicos por no ir a ocupar plazas donde ni la Guardia Nacional entra”, sentenció el vocero de la asociación médica.