Los resultados del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), en su lucha contra el rezago educativo, fueron deficientes durante los últimos siete años: en la mayoría de los periodos no alcanzaron las metas de Usuarios que Concluyen Nivel (UCN), incluso se observaron descensos en estos.
En cuatro años del lapso 2015-2021, los logros del INEA en el nivel inicial –etapa de alfabetización en personas de 15 años o más – no cumplieron con los objetivos planteados por la Secretaría de Educación Pública (SEP); además, de 2016 a 2020 el organismo matriculó reducciones consecutivas en los UCN.
Respecto al grado de primaria, los propósitos anuales no se realizaron en seis de los siete años del tiempo mencionado; asimismo, únicamente enlistó aumentos en los Usuarios que Concluyen Nivel en 2017 y 2021.
La situación fue similar en la secundaria, debido a que en cinco años el ente de la SEP no llegó a las metas establecidas, y solo en un par registró incrementos de graduados, así lo revela información del propio instituto.
Es preocupante el rezago educativo en las personas adultas, lo ha sido durante mucho tiempo; su abatimiento se encuentra estancado, aseveró a Publimetro Sylvia Irene Schmelkes del Valle, maestra en Investigación y Desarrollo Educativo por la Universidad Iberoamericana.
Históricamente, abundó la investigadora, nuestro sistema educativo no atiende a dicho grupo de la población, tampoco garantiza su derecho a un aprendizaje de calidad. La disminución del problema, dijo, no se da por los programas del INEA, sino por los esfuerzos realizados para escolarizar a los jóvenes.
“Esto lo que nos dice es que el INEA tiene graves dificultades para abatir el rezago educativo de la población adulta en el país, lo cual se explica porque el INEA ha sufrido, desde hace mucho tiempo, un descenso continuo de su presupuesto”, señaló Schmelkes del Valle.
El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos recibió tres mil 173.3 millones de pesos en 2015 para su funcionamiento. No obstante, en 2019 sus recursos económicos llegaron a dos mil 107.3 millones de pesos; para 2022 solo le aprobaron mil 694.6 millones de pesos, según datos del Presupuesto de Egresos de la Federación.
Se debería priorizar en el sistema educativo a los adultos no escolarizados, y no se hace; ello se demuestra en el dinero del INEA, pues en su reducción se refleja cómo pierde importancia en las prioridades del gobierno, indicó la especialista de la Ibero.
Un abandono del Estado
El derecho a la educación no es exclusivo para los jóvenes, también aplica para las personas que no lo recibieron cuando tenían la edad para hacerlo, subrayó Sylvia Irene Schmelkes. Las estadísticas reflejan un incumplimiento de este derecho, es como un abandono por parte del Estado, sentenció.
“El INEA tiene la obligación de atender el rezago educativo del país, entonces, por ese fin cuenta con programas de alfabetización y de primaria y secundaria para adultos; es una institución que está destinada a ofrecer estas oportunidades a aquellos que se les terminó la edad legal de la escolarización”, apuntó la investigadora.
En 2019 se registraron 27.9 millones de personas de 15 años o más con rezago educativo –4.4 millones analfabetas, 8.09 millones sin primaria y 15.4 millones sin secundaria–; esta cifra aumentó en 2021: se enlistaron 28.03 millones de mexicanos –4.3 millones analfabetas, 8.03 millones sin primaria y 15.6 millones sin secundaria–, de acuerdo con información del INEA.
Distintos factores generan el rezago educativo en adultos. Los principales son condiciones de marginación, lejanía entre la vivienda y las escuelas, necesidad de trabajar desde temprana edad y el no hablar castellano
“Es un número mayor que el de los inscritos en educación básica, que son 24.3 millones de personas. Eso nos da una idea de las dimensiones del problema, el cual es histórico porque abarca desde los 15 años hasta más de los 90 en quienes por alguna razón no tuvieron acceso al derecho a la educación”, finalizó Schmelkes del Valle.