Las condecoraciones otorgadas por “Mérito en la campaña contra el narcotráfico” subieron 132% durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), esto a pesar de caer 62.8% los aseguramientos de droga por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Dichas recompensas las otorga el presidente de la República, a propuesta del titular de la Sedena, a los miembros del ejército y Fuerza Aérea que realicen actos de notoria trascendencia en actividades propias del combate contra el mencionado tipo de crimen organizado.
En todo el sexenio de Enrique Peña Nieto –de 2013 a 2018– se entregaron 373 de las referidas distinciones, no obstante, en tres años y medio del mandato del morenista –de 2019 a junio de 2022– la cifra creció a 866, de acuerdo con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional. El año con más galardones fue 2019 con 357.
La causa directa de este incremento es la estrategia política de Andrés Manuel López Obrador, porque el pilar fundamental del desarrollo de sus actividades se apuntala en el ejército, explicó a Publimetro el doctor José Antonio Álvarez León, profesor del posgrado en Derecho y Política Criminal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El actual presidente es un mando civil muy apoyado en la Sedena, agregó el especialista, por ello reconoce todo el tiempo las acciones de los militares, quienes, a su vez, le pagan con lealtad.
“Evidentemente, el estar condecorándolos, aumentarles el salario y subirlos de rango son estímulos que mantienen, podríamos decirlo coloquialmente, en el beneplácito, en el contento a las Fuerzas Armadas”, señaló Álvarez León.
Para entregar las condecoraciones por “Mérito en la campaña contra el narcotráfico”, la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos marca criterios poco específicos y subjetivos, indicó el profesor de la UNAM. ¿Qué es lo sobresaliente y cómo se califica la acción?, cuestionó.
“Un ejemplo es cuando 15 militares estuvieron pertrechados contra 60 sicarios. Cumplen la misión, no entregan al detenido, aguantan o resisten las amenazas y realizan sus objetivos, siendo una minoría que los pone en alto riesgo. Entonces, situaciones como estas se pueden considerar sobresalientes, el problema es que el criterio ‘sobresaliente’ queda a decisión de los mandos”, dijo el académico.
Por el contrario, los decomisos de droga –marihuana, cocaína, heroína, goma de opio, metanfetamina, semilla de amapola y semilla de marihuana– pasaron de un millón 426 mil 255 kilogramos en el último trienio del priista a 530 mil 732 en la primera mitad del gobierno de AMLO, según reportes del ejército mexicano.
Los registros anuales de Sedena sobre aseguramientos de estupefacientes durante la autollamada Cuarta Transformación, asimismo, no superan a ninguno del mandato de Peña Nieto: 254 mil 504 kilogramos fue la incautación más baja del oriundo de Atlacomulco –2018–, 207 mil 429 kilogramos fue la más alta del tabasqueño –2020–.
Entre los citados periodos, las confiscaciones de semilla de marihuana (87.7%), semilla de amapola (79.5%) y marihuana (68.6%) fueron las que más decremento matricularon; solo los decomisos de cocaína y metanfetamina enlistaron aumento, 183.5% y 31.5%, respectivamente.
La caída en los aseguramientos de droga efectuados por la Sedena se debe a la reducción de su personal para conformar la Guardia Nacional y a su gran cantidad de tareas, las cuales realizan sin recuperar los elementos otorgados al nuevo ente de seguridad pública, apuntó en entrevista Javier Oliva, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Desde la llegada de AMLO a la silla presidencial, los militares no solo se dedican a sus labores propias, añadió el investigador, sino también a supervisar y construir los megaproyectos federales. Más trabajo, pero menos nómina, dijo.
Otro motivo de lo anterior es la estrategia de seguridad del presidente de la República, la cual no es reactiva, sino preventiva, precisó José Antonio Álvarez León. Esta política tiene muchos claroscuros, aseveró, porque si bien la prevención siempre va antes que la reacción, no se deja el desequilibrio entre una y otra.
“Puedes atacar las causas, pero mientras no puedas acotar la fuerza del enemigo, difícilmente tendrás un éxito pleno. Se dirige (AMLO) a otras estrategias, que llama preventivas o asociativas, la educativa, la de salud, al trabajo, en vez de enfrentar al narcotráfico. Debería haber un equilibrio, porque el enemigo no depone las armas porque no haya otras causas”, advirtió el profesor de la UNAM.