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Rastros en México, un infierno animal pese a regulación

El ganado de abasto es torturado previo a su inevitable muerte a pesar de que una Norma Oficial prohíbe el sufrimiento innecesario de los animales

Rastros: un infierno para los animales pese a regulación
Solo en dos estados de la República se considera como delito el maltrato de vacas, cerdos y borregos de abasto; en el resto se sanciona con multas. (Igualdad Animal)

Los cerdos, las vacas y los borregos llegan al infierno en vida. Su muerte es inminente en los rastros, pero antes son golpeados, hacinados, electrocutados, colgados y degollados; todo ello lo enfrentan conscientes a pesar de existir una Norma Oficial Mexicana (NOM) que lo prohíbe.

El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) tiene un listado de mil 318 rastros y centros de matanza, de los cuales 853 pertenecen al ámbito estatal y 465 al federal. La NOM-033 los obliga a evitar el sufrimiento innecesario de los animales –mediante un aturdimiento controlado– previo a quitarles la vida.

Sin embargo, una investigación de la organización internacional Igualdad Animal revela el incumplimiento de dicha normatividad: en 30 mataderos de siete estados documentaron crueldad contra el ganado de abasto, además de escasas o nulas medidas sanitarias.

Rastros: un infierno para los animales pese a regulación

Por ejemplo, las vacas son arreadas con gritos, golpes, patadas o dispositivos eléctricos; los cerdos reciben shocks de electricidad en repetidas ocasiones para ser aturdidos, también son colgados de sus patas aún con vida. Todos sufren estados de extremo dolor, estrés y pánico antes y durante la matanza, pues siguen conscientes al momento del desangramiento y arrancamiento de órganos.

Lamentablemente, es la realidad de cualquiera de los mil 318 rastros que hay en México, aseveró a Publimetro Dulce Ramírez, vicepresidenta de Igualdad Animal para Latinoamérica. Las condiciones de brutalidad e ilegalidad no son una excepción, añadió, sino la regla.

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Con lo previamente mencionado, abundó la activista, se evidencian los graves incumplimientos a la Norma Oficial Mexicana 033. Lo más importante, dijo, es que primero pierdan la conciencia y después sean matados.

“Cuando pensamos en un cerdo vemos a un animal que nunca nos imaginaríamos que tiene las capacidades de sentir, de disfrutar y la inteligencia de un niño de tres años, hay estudios científicos que lo avalan. No los vemos porque no están cerca de nosotros, permanecen ocultos en granjas y mataderos”, señaló Dulce Ramírez.

Rastros: un infierno para los animales pese a regulación

Diversas son las razones por las cuales los rastros y centros de matanza violan la NOM-033, explicó la vicepresidenta de Igualdad Animal, pero las principales son falta de herramientas legislativas para regular efectivamente los establecimientos, operadores incapacitados y escasas inspecciones de vigilancia por parte de Senasica.

“Recordemos que estamos hablando de un grupo de animales que jamás han tenido protección legal, que son los animales de granja, los animales criados para consumo humano y que siempre han sido excluidos de las leyes de protección animal”, subrayó.

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Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en 2021 se sacrificaron seis millones 932 mil 208 cabezas de ganado: 4.7 millones de porcino, 2.07 millones de bovino, 128 mil de ovino y 29 mil de caprino. Un año antes la cifra total ascendió a seis millones 990 mil 739.

Sin respuesta de las autoridades

Igualdad Animal ha denunciado el incumplimiento de las normatividades en rastros y centros de matanza, sin embargo, son de carácter administrativo y no penal. Además, no reciben respuesta de las autoridades en el caso de los mataderos municipales.

Rastros: un infierno para los animales pese a regulación

En algunos casos consiguieron verificaciones en los establecimientos, las cuales derivaron en clausuras temporales o definitivas. No obstante, los cierres fueron por temas de sanidad, no por sufrimiento innecesario de los animales de abasto.

“Hay municipios que tienen que revisar la fuga de dinero, de dónde provienen los animales, cuántos animales están matando y, sobre todo, que no se incumpla la norma. Para nosotros es muy importante que se cumpla y no tener una ley muerta; ahora sí que letras muertas en leyes no son para nosotros”, indicó Dulce Ramírez.

Rastros: un infierno para los animales pese a regulación

Puebla y Jalisco son las únicas entidades federativas del país donde se considera un delito el incumplimiento de la NOM-033. En ambos estados las denuncias pueden ser penales, en el resto de México el castigo es mínimo: multas que muchas veces no se aplican por amparos.

“Sí es importante seguir con el trabajo legislativo, denunciar y hacer que las autoridades asuman su responsabilidad; pero, al mismo tiempo, quienes podemos cambiar la vida de los animales somos nosotros mismos, desde la forma en que estamos consumiendo y cuestionándonos de dónde viene lo que consumimos”, concluyó la vicepresidenta de la organización internacional.

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