La escasez de lluvia en 2021 y 2022 secó a México hasta niveles no vistos durante los últimos 11 años. Las consecuencias de la sequía las observamos en Nuevo León, por ejemplo, donde el suministro de agua para la población se activa nada más entre las cinco de la mañana y el mediodía.
El pico de sequedad en 2021 se registró en la segunda quincena de abril: solo el 12.44% del territorio mexicano no tuvo afectaciones debido a la falta de precipitación; el 75.27% enlistó algún grado de sequía, el resto se clasificó como anormalmente seco.
En este periodo, asimismo, los estados con menor porcentaje de área dañada fueron Tabasco (6%), Yucatán (6.3%), Campeche (15.2%), Quintana Roo (23.8%), Chiapas (42.5%) y Veracruz (63.5%). Sin embargo, ninguna entidad federativa quedó exenta de la carencia de lluvia, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua.
Siempre hay una variabilidad en la cantidad de precipitación, pero existe un punto medio. Cuando la suma es poco menor al promedio se clasifica como anormalmente seco; si el déficit es más fuerte se cataloga como sequía, explicó a Publimetro Aldo Ramírez, investigador del Tecnológico (Tec) de Monterrey.
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“Esta sequía que está pegando en México no es exclusiva del país, tenemos ahora unas condiciones de grandes sequías en muchos otros países del mundo. Hay 22 países que están en condiciones más difíciles de sequía que nosotros; particularmente de Europa: España, Portugal, Francia, Inglaterra, Alemania e Italia”, precisó el académico.
Segunda ola árida
Para 2022 las estadísticas disminuyeron un poco, sin tomar en cuenta los últimos cuatro meses del año. El cénit de sequedad se matriculó en la primera quincena de mayo: solo el 18.67% del territorio nacional no tuvo daños por escasez de lluvia; el 56.87% registró algún grado de sequía, el 24.46% se calificó como anormalmente seco.
Respecto a entidades federativas, cinco se mantuvieron sin afectaciones, Campeche, Ciudad de México, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán. Por el contrario, la misma cifra tuvieron carencias de precipitación en su totalidad, Aguascalientes, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua y Sonora.
La sequía en México es un fenómeno recurrente y hay factores que favorecen su perpetuidad e intensidad: la deforestación y calentamiento global, por ejemplo, señaló Aldo Ramírez. La combinación falta de lluvia y aumento de la temperatura, añadió, exacerba el problema.
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“Del año 2000 a la fecha la duración de las sequías, en el mundo, se ha incrementado. Se ha incrementado casi en 30% la duración de las sequías, o sea, ahora nos pegan y nos duran un poco más”, subrayó el académico del Tec de Monterrey.
Impactos en distintos frentes
Las consecuencias de la sequía en México se reflejan en distintos ámbitos. En el tema ambiental, la escasez de precipitación genera pérdida de vegetación y de escurrimiento en los ríos, indicó el investigador. Esto, a su vez, produce niveles bajos en las presas, lo cual afecta a la población como en el caso de Nuevo León. Otra secuela importante está en la economía, abundó, sin agua decrece la producción de cultivos o se pierden completamente.
“La sequía tiene efectos ambientales, culturales, sociales, económicos e incluso de salud porque si hay una falta de abasto, pues eso se ve reflejado en problemas con el saneamiento, donde se necesita agua para realizar todas nuestras actividades”, dijo Aldo Ramírez.
En abril de 2011 se observó la peor sequedad de las últimas dos décadas, el 95.12% de la República mexicana tuvo afectaciones por la falta de lluvia (estuvo 50% por debajo de lo normal). Todos los estados presentaron anomalías de precipitación menores a la media; Chihuahua, Coahuila, Nayarit, Colima, Aguascalientes, Tamaulipas y Quintana Roo fueron los más secos del mes.
“Muchas veces pensamos que los eventos del tipo de los huracanes y las inundaciones son muy desastrosos y causan muchos daños, es cierto, pero la sequía también. La única diferencia es que las sequías duran más tiempo; si viene un huracán y una gran inundación, los problemas se verán en unos cuantos días, en cambio la sequía es algo que va afectando o matando en forma más lenta, más despacito”, aseveró el investigador del Tec de Monterrey.
