Un “nuevo logro de conservación”, así calificó –el pasado 27 de julio– la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) la creación del Área de Protección de Flora y Fauna Jaguar, en Quintana Roo. Con esta, México suma 185 Áreas Naturales Protegidas (ANP), las cuales sufren constantes reducciones en su cuidado y, además, cuentan con el presupuesto más bajo en 14 años.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es la dependencia encargada de atender –con inspecciones, recorridos de vigilancia y operativos– la seguridad de las ANP. En 2015 había 177 ANP en territorio nacional, de las cuales 136 recibieron resguardo por parte de Profepa (76.83%); para 2020 subieron a 182, pero los trabajos del ente únicamente llegaron a 109 (59.9%).
Entre 2015 y 2020 los porcentajes de supervisión en las áreas protegidas registraron tres decrementos y dos pequeños aumentos. El crecimiento más pronunciado se observó en 2016, 2.27 puntos porcentuales más respecto al año anterior; por el contrario, la disminución más pronunciada se matriculó en 2020, 12.1 puntos porcentuales menos en relación con el periodo previo, según datos de la Profepa.
Si no tienes monitoreo ni vigilancia ni la capacidad de sancionar a quienes transgreden las leyes ambientales, no solo pierdes el capital natural que deberías proteger, sino también das un mensaje sobre la existencia de impunidad en torno a las violaciones de la regulación, aseveró en entrevista Mario Sánchez Castro, director de la Oficina Regional Noroeste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).
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La facultad y obligación de velar y proteger el cumplimiento de las normatividades ambientales recae en la Profepa, agregó el especialista. Al final, dijo, esto se cobra con daños en los recursos naturales; entonces, le quita todo el sentido al tema de cuidar ecosistemas mediante el decreto de ANP.
“Es necesario tener mayores lugares de protección de recursos naturales fundamentales, pero deben ser pensados de manera que puedan resultar funcionales, porque hacerlos solo en papel involucraría que esta voluntad de protección no se ejecute y, al final de cuentas, terminemos perdiéndolos”, indicó el director regional del Cemda.
Cada vez menos presupuesto
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) es el órgano de la Semarnat con la responsabilidad de administrar todas las ANP de México. No obstante, su capital sufrió recortes pronunciados en los últimos cuatro años, los cuales dejaron al ente con las cantidades más bajas desde 2008, de acuerdo con información del Presupuesto de Egresos de la Federación.
En ese año la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales destinó 771 millones 315 mil pesos para el funcionamiento de la Conanp. A partir de ahí se registraron incrementos consecutivos hasta superar los mil millones de pesos en 2012. La reducción que rompió esta tendencia se matriculó en 2019: solo se aprobaron 843 millones 553 mil pesos para el organismo; a la fecha, la comisión no ha recibido más de 890 millones de pesos.
Sin dinero, la Conanp no tiene posibilidad de realizar los análisis necesarios para conocer las capacidades de carga de las ANP, además se queda sin el personal suficiente, explicó Sánchez Castro. Si tú no sabes cuánto cabe en un lugar, añadió, cómo autorizas qué se puede o no presentar o hacer en un proyecto.
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La materialización del cortocircuito entre el decir y el actuar del gobierno se refleja en la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, señaló el director regional del Cemda, pues posee más responsabilidad con menos presupuesto y trabajadores.
“Es un binomio cruel el darle más trabajo (y no así presupuesto) a un ente como la Conanp que tiene un servicio muy noble para el tema de la protección y la conservación, pues son más obligaciones de las que pueden ejecutar”, apuntó el especialista.
AMLO va por más ANP
El ANP decretado el pasado 27 de julio es la primera de las 10 zonas naturales protegidas que busca crear el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) previo a concluir su sexenio. De conseguirlo, en 2024 México contará con 194 ANP.
Declararlas no basta, enfatizó Mario Sánchez Castro, únicamente es un paso. La promulgación de un ANP debe acompañarse con instrumentos adicionales, como programas de manejo, presupuesto y personal suficiente para cumplir los objetivos, abundó.
Este problema no es exclusivo de la autollamada Cuarta Transformación, dijo el ambientalista, porque viene de un sistema en el cual se ha perpetuado la disminución presupuestal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
“No se tiene presupuesto, no se tiene personal ni tampoco voluntad, porque uno de los indicadores de que tienes voluntad es que le des el dinero suficiente; lo podemos ver en el actual gobierno con las megaobras. Al final, tener Áreas Naturales Protegidas de papel no nos ayuda al objetivo principal de una de estas”, concluyó el director regional del Cemda.