A escasos cinco días de que entre en vigor la última etapa de la reforma laboral en todo el territorio nacional, la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde, compartió con Publimetro los cambios que esperan a empresas y trabajadores con este nuevo modelo que se sustenta en la justicia laboral, la conciliación y la democratización de los sindicatos.
¿Qué reto implica llegar al 3 de octubre?
— Significa que en los últimos 11 estados se va a mudar el nuevo modelo de justicia laboral y se implementarán las nuevas reglas en materia de libertad y democracia sindical. Los estados que se suman en esta fase son los más grandes y los que tienen mayor actividad económica y también ayuda a dimensionar el reto: Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco, Tamaulipas, Ciudad de México, Sonora, Chihuahua, Nayarit, Yucatán y Michoacán.
El próximo lunes cierran las juntas de conciliación y arbitraje y se inicia un nuevo procedimiento laboral totalmente distinto, a partir de centros de conciliación y de tribunales laborales.
La entrevista completa se puede ver aquí:
Pero además de un cambio de denominación, ¿cómo se lo traduce al trabajador?
— Si yo tengo un conflicto laboral a partir del lunes en cualquier parte del país, ya no necesito abogado para poder defenderme y no acudo a las juntas de conciliación y arbitraje a un juicio interminable que se iniciaba a partir de una demanda. Ahora voy a asistir a los centros de conciliación sin necesidad de un abogado, incluso no pueden sustituir tu presencia.
En estos centros te asesorarán para saber si se quiere notificar al empleador para llegar a un intento de conciliación sobre un despido, una prestación que no se haya cumplido o incluso por alguna violación o pretensión que haya habido. El plazo de la conciliación es de 45 días.
De no haber acuerdo se puede acudir a los tribunales laborales que dependen del Poder Judicial a través de juicios orales. Para darnos cuenta de la dimensión, hoy el promedio de las resoluciones en las juntas de conciliación es de seis años y hay juicios que pueden tardar hasta en 20 años.
Esto ha afectado tanto a trabajadores como a empresas por décadas. Con esta reforma laboral se pone fin a los interminables juicios laborales llenos de trampas, trabas, coyotaje, de mecanismos dilatorios, donde finalmente lo que menos llega es la justicia.
Ya de por sí un despido es doloroso; la burocracia los ha hecho más duros.
— Totalmente. Porque hay muchos intermediarios involucrados. Hay muchos “abogados” que han visto la justicia laboral como un negocio y generaron una distorsión del propio modelo. Lo que menos importa es la búsqueda de la verdad, sin importar que se le dé a cada quien lo que le corresponde. Se convirtieron en una banda de malhechores.
Ahora vamos a entrar en una etapa en la que los trabajadores tendrán confianza en las instituciones y van a poder acudir sin necesidad de gastar. En las conciliaciones podrán estar acompañados de una persona de confianza.
Pero también está la certidumbre que ofrece a las empresas que hemos visto que durante años han tratado de evitar las relaciones laborales a través de los outsourcing o los contratos por honorarios.
En los 21 estados donde ya se aplica la reforma laboral, cuatro de cada cinco demandas se resuelven en menos de 45 días en las mesas redondas de conciliación.
Entonces hablamos de conciliación, eficacia y justicia laboral.
— Es uno de los grandes pilares, acabar con la opacidad y la tardanza de los juicios del pasado. Otro pilar está vinculado con la libertad y la democracia sindical. Esto no se limita a la elección de los dirigentes. Ahora el voto ya no es a mano alzada, los trabajadores cuentan igual y definen quiénes son sus líderes.
Pero también hay que mencionar la participación activa de los trabajadores en las negociaciones y en los sindicatos. Ahora habrá que rendir cuentas, a rendir transparencia a que haya proporcionalidad en razón de género y los trabajadores tendrán derecho a participar en la negociación colectiva, en la revisión de los contratos y de los salarios de los trabajadores, que ahora conocerán las negociaciones.
¿El gobierno quiere revitalizar la vida sindical por lo que dice?
— Uno de los pilares es que los sindicatos recuperen su esencia, para lo que fueron creados. Lamentablemente, el propio modelo económico y laboral llevó a que muchos de los sindicatos perdieran su objetivo que es defender los derechos de los trabajadores. Esto sucedió porque se permitía que los patrones o el gobierno decidieran al sindicato y esto condicionaba a los propios sindicatos.
Cuando tú garantizas principios de libertad y democracia y los sindicatos retoman la legitimidad llegarán a mejores acuerdos, mejores salarios y mejores condiciones contractuales para los trabajadores. Es decir, más y mejores derechos para los trabajadores.
¿Cómo valora la aplicación de la reforma en los estados que ya entró en vigor?
— En términos comparativos, respecto al modelo de justicia, no es solo cuestión de reducción de tiempos en resolución de conflictos, sino también en cuanto la recuperación en favor de los trabajadores; se triplicó. También empezamos a ver revisiones importantes en los incrementos laborales.
Si comparas empresas con contratos colectivos legitimados frente a los no legitimados, la diferencia es de 5.7% de incrementos salariales en los legitimados.
Y si comparamos los estados que aún no entran frente a los 21 donde la reforma ya está en marcha, la diferencia es de 3.5% respecto a las mejoras salariales.
La reforma llega en un momento donde hay récord en la creación de empleo en el país.
— Antes se manejaba que la reforma laboral podría inhibir inversiones, generar inestabilidad y lo cierto es que la paz laboral no se impone, sino que es fruto de la justicia laboral desde el gobierno. En este sentido ha habido estabilidad en estos estados y también es real que se haya incrementado la actividad en las empresas.
Estamos en los máximos históricos, no solo de inversión, sino también en la generación de empleos formales, con 21 millones 300 mil, pero también de salario promedio. Porque no basta con generar empleo, también hay que apostar a que esos empleos cada vez sean mejor remunerados y dejemos de ser uno de los países con los peores salarios del mundo.
Además, justo ahora se discute el incremento de las vacaciones y la reducción de la jornada laboral.
— Creo que le toca al Congreso dar esa discusión. Nosotros creemos que es fundamental compararnos con otros países. Somos uno de los países con menos vacaciones y también se puede explorar cómo reducir las jornadas laborales, ver de qué manera sin llegar a afectar a las empresas.
Si hacemos un promedio en el mundo, las vacaciones están entre 12 y 14 días y las jornadas no están en 48, están en 44. Por eso creo que estamos en la posibilidad de dar esa discusión y pueda resolverse en el Congreso y establecerse como derechos de los trabajadores.
Como nunca estamos volteando a ver a una parte de este equilibrio que se descuidó. Hoy, por primera vez, se gobierna para todos y hay que tomar la oportunidad para emparejar a nuestro país porque el rezago es gigantesco.
Y parece que al menos hay acuerdo.
— Qué bueno. El presidente ha dicho varias veces que uno de los grandes cambios es la revolución de las conciencias y creo que eso también significa que hay sectores que están analizando que los cambios fortalecen el mercado interno, que fortalece la capacidad de consumo de los trabajadores. También se ha visto que no hay un impacto negativo en los ingresos, en el empleo ni en la inflación.
La crisis de la inflación principalmente se debe a factores externos, pero ¿habrá aumentos salariales teniendo en cuenta estos picos de alzas?
— De entrada, tendremos la discusión en el seno de la Conasami. Esperamos continuar con una política de recuperación y habrá que llegar a un acuerdo; esperemos que sea por unanimidad, como se ha logrado en tres de las cuatro ocasiones en las que se ha logrado incrementar el salario mínimo.
Y creo que, por el otro lado, las negociaciones contractuales con la reforma laboral se crean mejores equilibrios y posibilidades para que no haya incrementos por debajo de la inflación.
Es muy importante que el salario no pierda poder adquisitivo porque eso sería potenciar la desigualdad y tenemos que tener claro que el salario es la vía de todos los mexicanos para subsistir.
En corto
Reparto de utilidades y los outsourcings: al terminar con esta práctica, tres millones salieron de estos esquemas de subcontratación, hubo un 109% más de reparto de utilidades, se tuvieron incrementos en promedio de 26% en sus salarios y se regularizaron las altas y bajas.
Seguridad laboral en las minas: nunca han parado las inspecciones, se han reforzado las oficinas en Sabinas como en ninguna otra región del país. Ha sido manipulada la información sobre la reducción de visitas. Se han aumentado las denuncias y las clausuras, así como la efectividad en las visitas. También es cierto que hay explotaciones sin autorización de operar.
El futuro político de Luisa María Alcalde: Hacia el 2024, “por de pronto” seguirá al frente de la Secretaría y del encargo y de “la responsabilidad más grande que he tenido en mi vida y estoy comprometida con poder fortalecer las acciones que hemos venido realizando contribuyendo en un modelo laboral distinto y eso es lo más importante”.