El ordenamiento de nuevos sacerdotes va a la baja a nivel nacional desde hace diez años; el asesinato de curas y agresiones a iglesias por el narco impactó de forma negativa a este sector religioso del país, que batalla para agregar a sus filas a nuevos jóvenes que prediquen con la palabra de Dios.
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La crisis es tal que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha tenido que ocupar a presbíteros para que comanden las parroquias que tienen al largo de la República mexicana, debido a la baja matrícula de los seminarios.
En la actualidad, apenas se encuentran en curso 15 mil seminaristas en formación, con una deserción de 30% y con la meta de atender a más de 90 millones de mexicanos que se profesan como católicos en el país.
La falta de interés se debe, en gran medida, al aumento en los asesinatos y agresiones que viven a diario los párrocos de iglesias en estados como Guerrero, Tamaulipas, Michoacán y otras entidades del país por integrantes del crimen organizado que han intensificado su ensañamiento en contra de este sector de la población.
Los religiosos se enfrentan no solamente al narco, sino también a políticos de partidos políticos y hasta amenazas de grupos empresariales que presionan a varios ministros de las iglesias para no hablar de ciertos temas entre sus comunidades.
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Por si fuera poco, la deserción de los jóvenes que deciden formarse como ministros de culto es también otro problema que enfrenta la iglesia mexicana, pues el CEM confirmó a Publimetro que tres de cada diez jóvenes que ingresan para la educación eclesiástica abandonan la vocación sacerdotal a los dos o tres años de haberse inscrito a estos programas.
Y es que, para ser considerado como padre de una iglesia o encargado de alguna de las más de 100 diócesis que se encuentran en el país, se necesitan —por lo menos— de 8 a 15 años de educación en los seminarios, que a la postre serán enviados a una de las seis mil 744 parroquias y siete mil 169 centros pastorales que se encuentran en territorio nacional.
“La vocación sacerdotal no hay que forzarla; antes teníamos una imagen bíblica que era la de echar las redes para pescar las vocaciones; hoy usamos otra imagen: echar la semilla para que germine, echar las redes pudiera ser algo más inmediato porque echar la semilla requiere de tiempo, paciencia”, precisó el CEM.
A esto se le suma el debilitamiento de este oficio frente a las nuevas generaciones, principalmente en grandes ciudades, en donde al sacerdote ya no se le ve como una figura de respeto o poder entre sus comunidades; al contrario, incluso se le considera como un ente de abusos y de privilegio.
Bajos salarios también alejan a jóvenes
A pesar de los años que se requieren para congregarse como párroco, los sueldos que llegan a percibir los religiosos no superan los siete mil pesos mensuales, esto de acuerdo con el Episcopado Mexicano, debido a que es “una tarea de fe y vocación”.
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“A todos los sacerdotes se les pide una pobreza decorosa y desprenderse de las cosas superfluas; por ello tratan de vivir dignamente solo con lo necesario”, explicó el CEM, que además agregó que a los seminaristas y sacerdotes de las iglesias se les brinda desayuno y comida. El resto de sus necesidades las solventan con su sueldo.
De acuerdo con la plataforma Data México, adscrita al gobierno federal, para el segundo trimestre de 2022, la fuerza laboral de los religiosos fue de 21 mil 700 personas distribuidas a lo largo del país, cuyo salario promedio fue de seis mil 400 pesos trabajando alrededor de 38.5 horas a la semana.
Mientras que la edad promedio de los pastores fue de 54.3 años para el inicio de este año y son justo los hombres quienes más se desempeñan en esta actividad con 93% de las plazas ocupadas en las iglesias.
Los mejores salarios promedio que recibieron los curas fueron en Nuevo León (de 25 mil pesos); Colima (10 mil) y Quintana Roo (nueve mil pesos); mientras que la fuerza laboral fue mayor en Tamaulipas, Michoacán y Nuevo León.
“A veces los salarios no llegan a compensar ni siquiera las necesidades básicas de lo que se requiere para vivir, pues si bien tenemos comida y refugio de Dios, la vida se ha vuelto extremadamente cara en los últimos años”, reveló un sacerdote de la CDMX.
De acuerdo con la encuesta Iglesia y Covid-19 en México, realizada por la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial (CCM), el confinamiento provocó “una ruptura total” en el paradigma existente de cómo realizar la labor pastoral en toda la Iglesia y también cómo se percibe a los curas de todo el país.
Con sobrecarga para oficiar misas
Ante la falta de nuevos sacerdotes, diversas diócesis que se ubican en México han optado por recomendar a los pastores a oficiar más de una misa por día —e incluso hasta cuatro los fines de semana— ante la carga de trabajo y eventos que se requieren cumplir en estos lugares.
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“Se debilita el trabajo evangelizador, lo cual ha provocado que otras religiones entren a estas comunidades que no tienen un sacerdote y exista una migración de los católicos a otro tipo de costumbres y tradiciones”, precisó un monseñor del estado de Guerrero.
La Dirección General de Asociaciones Religiosas de la Secretaría de Gobernación (Segob), reporta que en México existe el registro de 40 cultos religiosos, donde ejercen 745 mil 431ministros, pero de estos apenas se tiene un total de 17 mil 449 sacerdotes pertenecientes a las diócesis y congregaciones católicas del país.
Dato clave
- Deben permanecer en el seminario al menos ocho años para ordenarse como sacerdotes y poder ejercer los oficios católicos.
¿Cuánto gana un sacerdote en México?
- Los párrocos ganan en promedio poco más de siete mil pesos al mes. La comida y el hospedaje corren a cuenta de la iglesia que dirigen
- De acuerdo con la organización Voces Católicas, en México existen un total de 145 seminarios. Son 73 seminarios mayores y 72 seminarios menores.
Personal de la iglesia
Además, existen 908 diáconos permanentes mexicanos, mil 706 religiosos que no son sacerdotes, 27 mil 31 religiosas (monjas), 515 miembros de “institutos seculares”, así como 45 mil 90 misioneros y 305 mil 569 catequistas.
Una vez egresados del seminario, los sacerdotes se clasifican en tres categorías, de acuerdo con los años de carrera cursados
1. Diáconos
(primer grado)
2. Presbíteros
(segundo grado)
3. Obispos
(tercer grado)
