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Venezolanos son condenados a la pobreza y desesperación tras deportación a México

Entre las incesantes crisis migratorias que vive México se suma la deportación de miles de venezolanos

Miles de venezolanos están condenados a la incertidumbre, a ser víctimas de robos, de extorsiones, de violaciones (entre otros) debido a la burocracia e ineficiencia del modelo migratorio que impera en México, en Estados Unidos y ante los cada vez más complicados requisitos que se les exige para aplicar a una visa humanitaria, consideran especialistas entrevistados por Publimetro.

La migración fue uno de los temas que trataron el pasado martes el presidente Andrés Manuel López Obrador y su homólogo estadounidense Joe Biden, esto, tras la deportación de miles de venezolanos y haberlos “depositado” en México, sin las condiciones humanitarias necesarias para ello.

Durante la conferencia de prensa matutina de este miércoles, el canciller Marcelo Ebrard explicó que en Estados Unidos están aplicando a los venezolanos el Título 42, norma con la que deportan -por razones sanitarias- a migrantes y los hacen esperar en México, porque muchos llegaron a pie por nuestro país.

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“Están aplicando la norma diciendo: ‘Si tú llegas por una vía irregular, no te vas a poder quedar en Estados Unidos ; si haces tú procedimiento de acuerdo a las nuevas visas humanitarias, que es en línea, puedes llegar directamente en avión y entras en una condición regular’”, señaló Ebrard.

El canciller explicó que en cuatro días se deportaron a poco más de mil 700 venezolanos que entraron en condición irregular a Estados Unidos, a través de México. “El primer día fueron 744; el día 2, fueron 594; el día 3, 251; y el día 4, 179. Como verán ustedes, es un número decreciente, esto es en toda la frontera”.

Pero, para Javier Contreras Arreaga, director de la carrera de derecho y coordinador de la clínica de migrantes del Tec de Monterrey, Campus Guadalajara, este tipo de declaraciones desde la Cancillería “nos deberían dar vergüenza”.

“Hemos logrado el objetivo de una administración de los Estados Unidos que, republicano o demócrata -es lo mismo-, son antinmigrantes. Lo que realmente querían era eso, no deportar más gente, sino que menos gente ingresara y nosotros -al ser la frontera- como país estamos haciendo que se cumple ese objetivo”, añadió en entrevista con Publimetro.


“No veo un panorama amigable. Yo formo parte del Consejo Ciudadano del Instituto Nacional de Inmigración y desde el Consejo, la verdad, no hemos visto un cambio en la política migratoria, por más que hemos insistido en que tiene que haber acciones de respuesta que garanticen la seguridad de estas personas que viajaron a México porque -precisamente- corren riesgo en sus países de origen”, añadió.

El especialista considera que vienen días difíciles en esta materia, y abogó por un cambio en la política migratoria, que integre a las personas de estas comunidades al país, como ha sucedido en el pasado. “Ojalá que pudiéramos acordarnos de las dictaduras de España y Chile y cómo nos enriqueció culturalmente y académicamente. Si tuviéramos ese cambio de enfoque creo que incluso podríamos beneficiarnos muchos de nuestras comunidades”.

Venezolanos, condenados a la violencia en México

Para Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante (coalición de organizaciones pro migrantes) y consultora internacional en temas de seguridad y migración, las acciones contra los venezolanos demuestran que el modelo de militarizar las fronteras no funciona y que se debe de analizar la política migratoria actual, hacia un modelo más inclusivo.

“En los últimos años ha habido un flujo mayor de migrantes en general, no sólo venezolanos. Vemos un repunte de 2019 a 2021 (sin contar 2020 porque fue un año atípico por la pandemia). También ha incrementado en lo que va de 2022, con respecto a 2021″, explica Rendón a Publimetro.

Actualmente, la población venezolana constituye la segunda nacionalidad predominante en Estados Unidos, solamente después de México, superando a Honduras y en general a los países de Centroamérica.


Para Rendón, la promesa de 24 mil visas humanitarias para venezolanos y 65 mil visas de trabajo para mexicanos y centroamericanos, es insuficiente, cuando nos acercamos a los dos millones de migrantes detenidos en la frontera, solamente en 2022.

“Lo peor es la incertidumbre. Los venezolanos en México no saben realmente qué es mejor para ellos. Falta poner módulos de información y de asesoría legal para que, según sus casos y sus papeles, sepan qué hacer y hacia dónde tomar las decisiones. Muchos tienen la preocupación de que, si los regresan a su país de origen, van a tener persecución por parte del gobierno”, añade Rendón.

Al infierno que implica la migración sin recursos, se suma ser víctimas de delitos en México. “Muchos mencionan que la experiencia de estar en México ha sido incluso peor que pasar por el Darién, que significa caminar al menos 20 días por la selva. Están preocupados por todo lo que les ha sucedido. Algunas chicas me contaron que las violaron, a otros les robaron, los extorsionaron. En fin, no confían en nadie a su alrededor porque todo el mundo abusa de su condición: autoridades corruptas, delincuentes, etcétera”, añade Rendón.

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5 PREGUNTAS CON

Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante (coalición de organizaciones pro migrantes) y consultora internacional en temas de seguridad y migración,

¿Por qué los venezolanos están siendo deportados a México en tales cantidades?

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Hay varios fenómenos importantes. Las llegadas por tierra de Venezolanos a Estados Unidos (vía México) se empiezan a dar a partir de que México impone una visa para venezolanos el 21 de enero de 2022.

Para poderles otorgar este documento, México les exige contar con ganancias y un patrimonio muy por encima de los salarios de allá. Realmente se vuelve imposible probar que la persona gana cientos de dólares al mes o que tiene una cuenta de banco con cierto patrimonio. Los parámetros o requisitos que puso México para la visa de venezolanos son prácticamente imposibles de cumplir para la mayoría de la población. Esto empujó a la gente a viajar por tierra porque ya no podían hacerlo por avión.

Yo creo que la apuesta era que, al tener que pasar por la Selva del Darién -un camino tan salvaje y peligroso-, pues la gente no lo iba a hacer. Sin embargo, el tamaño de la desesperación de las personas y de lo mal que lo están pasando es tan grande que, aunque tuvieron que caminar, lo hicieron.

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Por otro lado, hace un par de meses Estados Unidos impuso un TPS, un estatus de protección temporal, que es un beneficio migratorio que les permite -de manera temporal- tener un estatus legal a los venezolanos que ya estuvieran en territorio estadounidense. Eso también empujó a que muchos traficantes engañaran a la gente diciéndoles que lo tendrían al viajar, cuando no es así. Solamente era válido para los que ya estaban allá.

Finalmente, tenemos el contexto actual. El 12 de octubre, ante la llegada masiva de venezolanos, Estados Unidos decide tomar medidas y aplica a aquellos migrantes que lleguen por la vía indocumentada el “Título 42″ y los regresa a México.

¿Qué es el Título 42 y por qué se creó esta situación?

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El Título 42 se supone que era una medida de salud pública por Covid-19. Una disposición de salud pública en la que el Centro de Control de Salud y Enfermedades de Estados Unidos (CDC) tenía que decidir qué poblaciones eran de riesgo para los estadounidenses y en razón, de ello podía retornarlos de manera expedita. El problema es que, lejos de ser usado como una medida de Salud Pública, ha sido abusado como una medida de migración en la que pueden deportar a las personas de manera rápida y barata.

La persona no pasa por el debido proceso de una deportación, que sería más costoso y más lento. Los detienen, los mandan a centros en la frontera, les toman datos y los depositan en México… aunque no sean mexicanos.

Esto ha venido sucediendo en los últimos dos años, no específicamente con venezolanos, pero sí con centroamericanos. Más de 2.3 millones de personas han sido regresadas vía Título 42 en estos dos últimos años. Lo único que hace esta medida nueva del gobierno estadounidense -ahora de Biden- es ampliar el Título 42 también para venezolanos, ya no solo para centroamericanos, como se estilaba.

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Es una medida que ya no tiene ningún sentido que permanezca. Es una medida que era de salud pública cuando no había una vacuna, cuando la enfermedad estaba en un nivel de contagio muy amplio que hoy no está.

¿Cuál es el riesgo en el que están los venezolanos?

El problema es que, todas las personas que están siendo regresadas por el Título 42 no tienen ni siquiera una prueba de que estuvieron en Estados Unidos. Los regresan a su suerte.

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Y se vuelve imposible siquiera ser candidatos a las visas humanitarias recién anunciadas. Yo revisé cada uno de los requisitos para estas personas, porque quería apoyar justamente a los migrantes y porque hay mucha incertidumbre.

Con los abogados de Agenda Migrante revisamos estos parámetros y es prácticamente imposible que las personas que están en México puedan ser candidatos a esa visa humanitaria, simplemente por una razón: les piden haber ingresado a México de forma legal, pero -al ser deportados- nadie entró en forma legal al país por la visa que México ahora le pide a los venezolanos.

Eso pone en riesgo a muchos de estos migrantes que vienen o que han estado viniendo en caravanas de venezolanos. Probablemente tienen condiciones o cumplen con los requisitos para que se les dé una visa humanitaria o un beneficio migratorio de refugio, sin embargo -ante estos requisitos- ya ni siquiera van a tener la oportunidad de aplicar a estas visas humanitarias.

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Y tampoco están teniendo la oportunidad de presentar un caso de posible refugio, porque no analizan sus casos para deportarlos. Simplemente los detienen y los regresan. No les dan oportunidad de solicitar el refugio como normalmente se estilaba cuando alguien llega a un territorio pidiendo ayuda.

Los riesgos para estas poblaciones son mayores y son complejos. Los únicos que van a poder ser candidatos, realmente, para estas visas humanitarias es gente que todavía esté en Venezuela, porque también piden como requisito tener pasaporte y muchos no lo tienen porque en el camino les roban, los extorsionan y les quitan sus papeles. Otros ni siquiera salieron con papeles desde allá, porque un pasaporte en Venezuela cuesta 250 dólares y se tardan en promedio un año en dártelo. Todo eso hace compleja la situación.

Otra de las cosas que preocupa es el tema de la niñez migrante. También en las reglas de Estados Unidos ponen que no darán estas visas humanitarias a menores no acompañados, hay que recordar que los menores acompañados desde 2014 son parte importante del fenómeno y me parece inadecuado que no puedan otorgar visas a la cara más vulnerable de la migración, que son los niños que vienen solos.

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¿Por qué a los venezolanos les exigieron estos nuevos requisitos

Lo que hizo Estados Unidos fue prácticamente tomar los mismos requisitos que puso para los ucranianos a los que les dio la visa humanitaria y aplicarlos ahora a Venezuela.

Solamente que la situación de Ucrania y Venezuela no es la misma. Mientras que la gente de Ucrania pudo salir con un pasaporte y a lo mejor tenía recursos (porque no es un tema de miseria del que huyen) finalmente entraron legalmente a México.

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Los venezolanos no. Ni entraron legalmente, ni tienen un peso y muchos de ellos ni siquiera tienen documentos o pasaporte, que todos estos son requisitos para esa visa humanitaria.

¿Qué escenarios pueden seguir?

Creo que México está -otra vez- en una negociación asimétrica y que valdría la pena explorar, desde el gobierno mexicano, que Estados Unidos ponga en marcha un plan o al menos otorgue recursos a través del acuerdo Bicentenario para atender esta situación. Nos presumieron que el acuerdo Bicentenario era muy diferente a la Iniciativa Mérida porque tenía temas de migración, de prevención del delito, prevención de adicciones, o sea que iba más a la parte humanitaria-social.

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Es necesario que México eche en mano de eso y que baje los recursos necesarios para atender a las personas que nos está depositando en la frontera, porque finalmente son los albergues, la red de albergues de la sociedad civil y religiosos, quienes se están encargando de este fenómeno.

Esto nos debe invitar a todos a una reflexión más amplia de cuáles son las políticas migratorias que tenemos que poner en marcha. La política de la amenaza, la militarización de las fronteras, no ha dado resultado y la prueba está en que los flujos siguen y aumentan.

Creo que, lo que a nosotros nos conviene, son medidas que incluyan en lo social y en lo económico, de manera ordenada y segura, a estas poblaciones que llegan.

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Además nos convendría a todos, no solo los migrantes -que por supuesto son la prioridad- pero también convendría al país y a la economía.

El programa piloto que ACNUR, de la mano del gobierno mexicano, ha realizado en estos dos años para colocar migrantes en empleos -con acuerdos en el sector privado- ha dado como resultado la inclusión de 25 mil personas refugiadas en México, ya con un empleo.

A su vez, ha dado como resultado el pago de más de 140 millones de pesos en impuestos, esto significa tres veces el presupuesto de la Comisión Mexicana para Refugiados. De ese tamaño son también los beneficios que podemos obtener cuando tenemos políticas adecuadas o cuando implementamos acciones adecuadas para que nos convenga a todos.

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Lo demás no va a dar resultado y va a seguir igual. Estuve en Tijuana hace dos días y es caótico. No es una migración segura ni ordenada como prometió el gobierno mexicano y el estadounidense. Y ese fue el pretexto para hacer estos acuerdos.

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