Con motivo de su cuatro informe de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador definió que la política económica y social de su administración se llama “humanismo mexicano”, el cual se basa en la grandeza cultural y milenaria del país, así como en el “amor al pueblo” para tener el apoyo suficiente para la Cuarta Transformación.
“La política es, entre otras cosas pensamiento y acción, aún cuando lo fundamental son los hechos, no deja de importar cómo definir en la teoría el modelo de gobierno. Mi propuesta sería llamarle ‘humanismo mexicano’, lo esencial de nuestro proyecto proviene de nuestra grandeza cultural, excepcional y fecunda historia política”.
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Para esta idea citó a dos de los héroes nacionales: Miguel Hidalgo y Costilla y a Francisco I. Madero, de este último sobre que en el Plan de San Luis expuso que los más de 30 años del gobierno de Porfirio Díaz se justificaron en la paz y prosperidad que se vivía en el país.
“De este criterio se desprende nuestros fundamentos de política económica: progreso sin justicia es retroceso. Es indispensable la justicia en la nueva política económica y moral. Se desechó la obsesión tecnócrata de mediar todo con indicadores de crecimiento, lo más importante no es cuantitativo, sino cualitativo, es decir, la distribución equitativa de la riqueza, crear condiciones para que la gente viva feliz y libre de miserias y temores”.
Ante los asistentes a la marcha, que inició desde la mañana del domingo, repitió que su gobierno no permite la corrupción, por lo que se han conseguido millones en recursos que se destinan a programas y proyectos sociales para beneficio de las personas más necesitadas.
También habló de ejercer la política con el principio básico de “amor al pueblo”, ya que eso le permite tener un amplio respaldo social.
“Atender a los más pobres es también, por si fuese poco, ir a la segura para contar con el apoyo de muchos cuando se busca transformar la opresión y alcanzar el ideal de vivir en una mejor sociedad, quien defiende realmente a un gobierno democrático es el pueblo, por eso nunca vamos a traicionarlo, continuemos impulsando cambio de mentalidad, la revolución de las conciencias, hagamos realidad y gloria el humanismo mexicano”.
Previamente, al inicio de su discurso recalcó que no busca la reelección, ya que considera maderista y no está a favor de mantenerse en el poder más allá de 2024.
“Deseo explicarles lo que se ha realizado y lo que se esta haciendo y debe terminarse al final de mi encargo presidencial. Para sintetizar, no a la reelección, nosotros somos maderistas, sufragio y democracia efectiva, no reelección”.
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El presidente destacó que la mayoría de los que participaron en la marcha son jóvenes, por lo que hay relevo generacional. También dedicó su discurso a sus compañeros de lucha que ya no están.
“No podía empezar mi texto sin antes recordar a los que se nos adelantaron, pero siguen con nosotros, porque son como esa personas que cierran los ojos pero se quedan velando y deben estar muy felices”.
Después de esto comenzó a enumerar más de 100 acciones de su gobierno, las cuáles afirmó que ya están cumplidas y todas fueron promesas realizadas durante su campaña de 2018, así como el crecimiento económico el país tras dos años de pandemia de Covid-19.
También mencionó el avance en la investigación de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, creación de empleos formales, implementación en nueve entidades del sistema de salud IMSS Bienestar, reducción en los delitos del fuero federal, apoyo a jóvenes para estudiar o trabajar, mayor recaudación fiscal en aduanas como no condonar impuestos.
Así como a las obras emblemáticas de su gobierno, como la construcción del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, la carretera de Puerto Escondido a Oaxaca, remodelación de puertos, carreteras y aeropuertos.
