Con un voto de diferencia y hasta en la tercera ronda, la ministra Norma Lucía Piña Hernández logró lo que hasta hace unos años era impasible para el poder judicial de México: se convirtió en la primera mujer que dirigirá la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y también el Consejo de la Judicatura de la Federación (CJF).
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Tuvieron que pasar 176 años para que una mujer ocupara por fin este puesto que deja Arturo Zaldívar, quien fue señalado hasta el último día de su administración como un personaje cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador y que se desarrolló más un operador político que alguien que velara por la justicia en México.
Las diferencias entre ambos jueces son abismales, por ejemplo, Norma Lucía Piña huye de las redes sociales, de hecho no tiene Twitter, Facebook Instagram, ni mucho menos TikTok, plataforma que generó controversia luego de que Zaldívar abriera su cuenta personal y diera a conocer contenido relacionado a la Corte con toques de humor en los últimos meses.
Y es que la ministra lo tiene claro: el máximo tribunal del país necesita guardar el “decoro” en todas partes; los jueces deben ser “honorables en todo momento” y principalmente, asegura a sus más cercanos, ser incorruptibles.
Por eso generó sorpresa a muchos la cuenta fake que surgió en Twitter con el nombre de la ministra a minutos de que la SCJN la declarara como la vencedora y nueva titular del Poder Judicial en el país para los próximos cuatro años.
Piña dejó en el camino a candidatos favoritos como Alfredo Gutiérrez Mena, que logró cinco votos en la última ronda y a la propia Yasmín Esquivel Mossa, que se quedó en la segunda y es fuertemente señalada por presuntamente plagiar una tesis.