Después de que Enrique Graue, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), informara que no cuenta con mecanismos para invalidar la licenciatura de Yasmín Esquivel, ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y de que dejara en manos de la Secretaría de Educación Pública la resolución del tema, el presidente Andrés Manuel López Obrador despotricó en contra de la Máxima Casa de Estudios y afirmó que actuaron “como Poncio Pilato”.
“Ahora lo que quieren es que seamos nosotros los que decidamos”, dijo López Obrador durante su conferencia de prensa matutina, tras el cuestionamiento de representantes de los medios de comunicación.
“Independientemente del plagio, está este asunto muy vinculado con la politiquería”, afirmó el presidente, puntualizando que “El conservadurismo –que tiene como característica la hipocresía– ahora enarbola la bandera de la ética”.
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“Lo mejor es que la UNAM diga: ¿es válido su título o no es su título?”, cuestionó el mandatario.
“De todas maneras, vamos a ver el asunto. Si ya le pasaron la responsabilidad a la SEP, ¿qué no pudo la UNAM responder? Nosotros vamos a atenderlo y pronto vamos a resolver”, afirmó, dando como fecha tentativa el lunes 16 de enero para que la secretaría a cargo de Leticia Ramírez Amaya emita una postura.
Plagio no es corrupción, es deshonestidad: AMLO
Cuando al presidente se le recordó que anteriormente dijo que el plagio es corrupción, comentó: “Sí, no se debe de permitir el plagio ni mucho menos la corrupción. O plagio es corrupción, pues, o es deshonestidad, porque es un concepto todavía más amplio, o sea, la corrupción es robar y ser incongruentes. Entonces, se va a ver”, añadió.
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El presidente señaló que se trata de una campaña en contra de la Cuarta Transformación, como como las críticas a la reforma electoral, al funcionamiento del AIFA y del Tren Maya. “De todas formas, lo vamos a resolver aquí, nada más déjenme que yo vea qué fue lo que resolvió la UNAM. Según me dicen, lo que están diciendo es: ‘Hubo plagio y no nos toca a nosotros sancionar, sino a la SEP’. Como Poncio Pilatos, el rector se lavó las manos, pero claro que está metido, ¿no?, hablando en plata, porque ya basta de simulación y de hipocresías”.
3 preguntas con
Gustavo Lopez Montiel, profesor de Derecho de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey
¿Qué lectura tiene sobre las declaraciones del presidente en las que despotrica contra la UNAM, señalando que se lavó las manos en este caso?
Creo que, en parte, el presidente tiene razón. Creo que la UNAM tenía los elementos para resolver de origen.
Esto va a asentar un precedente en el sentido de que, al no tener –como la UNAM dice– los lineamientos para emitir sanciones, todo debe de turnarse a la SEP.
En realidad, lo que hace la SEP es únicamente dar las cédulas.
La UNAM es una universidad autónoma (como otras en el país) que lo que hace es emitir sus títulos y establece elementos específicos para eso. Entonces, pudo haber resuelto el problema de origen porque quien emite el título es la propia UNAM y lo que hace la SEP con las universidades autónomas es tomar el título, validarlo, y dar la cédula.
Lo más seguro es que la SEP va a responder eso: “Yo di la cédula con el título que validas”. Entonces, la UNAM es la que debe decir si el título es válido o no.
Creo que, de alguna manera, el presidente se enoja porque la UNAM no resuelve de origen el problema y se lo envía al gobierno federal, porque –al final de cuentas– cualquier decisión que toma el gobierno federal, la Secretaría de Educación Pública, pues va a ser criticada.
Si dice que no puede invalidar la cédula, obviamente va a tener un costo político.
Por eso creo que la inacción de la UNAM –al no resolver de origen– pues le traslada los costos políticos al presidente, por eso su reacción.
¿Debe renunciar la ministra Yasmín Esquivel?
Sí, yo creo que sí. Hay experiencias en otros países y también en México, donde funcionarios que han plagiado tesis renuncian por un tema de probidad.
En el caso de la ministra es doblemente grave. En una primera instancia, porque no se cumple el tema de probidad que la propia Constitución plantea para los ministro. Lo que demuestra el plagio es que no es honesta, entonces no tiene los elementos de probidad necesarios para el cargo.
En una segunda instancia, tener una ministra que está cuestionada de origen también tiene un costo político y obviamente jurídico para la propia Corte.
Ella puede decir “yo tengo el grado” , pero es un grado que se obtuvo de manera no ética. Entonces, creo que sus decisiones –cualesquiera que sean en el futuro– van a estar contaminadas por un tema ético, que no tendría que estar en el contexto de las decisiones judiciales.
El Poder Judicial se caracteriza porque sus decisiones tienen que ser cumplidas porque ahí está la razón y esa razón tiene una carga ética.
¿Qué panorama podemos esperar ante los posibles escenarios, tanto si renuncia o no la ministra Yasmín Esquivel?
En una primera instancia creo que está en entredicho la ministra. Si renuncia, debe de haber un proceso de selección de un ministro o ministra, que obviamente va a tener un costo para el presidente. Hay que recordar que la ministra Esquivel al final era una de las que más votaban a favor del presidente.
El presidente va a tener que buscar un perfil que se investigue de fondo para que no vuelva a poner al presidente en una condición como esta.
En el caso de que no renuncie, pues va a tener una carga política importante porque todo el mundo va a asumir, que pues es una ministra cuyas decisiones podrían controvertirse.
Si se le retira la cédula, las decisiones que tomó la ministra pueden resultar enlitigios. Lo menos es que obviamente habría cuestionamientos a sus decisiones.
Yo creo que este caso es un tema fundamental porque ubica las deficiencias que tienen las instituciones académicas. El plagio no es nuevo en México, pero aquí sí resulta importante el hecho de que la máxima casa de estudios, la universidad más importante del país, no haya generado (desde hace años) políticas antiplagio como otras universidades lo habían hecho en otros momentos.