Después de que la banda de black metal Der Stürmer, de Grecia, realizó un par de conciertos en México, tanto en la Ciudad de México como en Ciudad Juárez, Chihuahua, la preocupación se ha generalizado. ¿La razón? Se les conoce por sus mensajes en los que hacen apología al nazismo y a la violencia, un hecho que se ha repetido en anteriores ocasiones en nuestro país.
Der Stümer ofreció un concierto secreto ante un público cercano a los 60 asistentes, de acuerdo con reportes de prensa citando a asistentes que prefieren mantener el anonimato. Los hechos ocurrieron en la madrugada del domingo en el bar San Diablo, en la colonia Roma. Al día siguiente ofrecieron un concierto en Ciudad Juárez, Chihuahua y un tercer evento en Guadalajara fue cancelado a raíz de las protestas.
Una situación similar ocurrió en octubre pasado, cuando en el Salón Pentatlón de la colonia Santa María la Ribera, en la alcaldía Cuauhtémoc, se realizó el evento “El imperio contraataca” en el que se tocaron bandas españolas y mexicanas en un encuentro neofascista, donde se corearon consignas de odio y se hizo apología al nazismo, con esvásticas y banderas.
En su momento, la condena a este concierto imperó la opinión pública. “Nos enteramos hace unos días de que un grupo nazi había organizado una fiesta clandestina en la Ciudad de México y yo quiero aprovechar aquí para expresar la condena absoluta del gobierno de la ciudad a este tipo de manifestaciones”, señaló en su momento Martí Batres, secretario de Gobierno de la Ciudad de México.
“Condenamos absolutamente el nazismo y no vamos a permitir que se reproduzca una ideología de violencia, exterminio, de intolerancia absolutas, de racismo, en nuestra ciudad, que es una ciudad de derechos, de libertades”, añadió.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló en una conferencia de prensa que México vive un “tiempo de definiciones " en la vida democrática.
El 14 de noviembre pasado, un día después de la manifestación en “El INE no se toca”, el presidente expresó: “Las luchas, aún cuando se trate de mezquindades, requieren de perseverancia, de no cansarse, exigen de muchas fatigas”
“Y esa es la vida democrática. Y qué bueno que se está conformando el bloque conservador. Es que eso es mejor que la clandestinidad, es mejor a que haya un concierto fascistoide y que nadie se entere, Fuera máscaras, vamos a manifestarnos y que cada quién se defina”, añadió AMLO.
4 preguntas con
Felipe Gaytán Alcalá investigador de La Universidad La Salle.
¿Por qué los grupos radicales, como las bandas neofascistas, neonazis se interesan en México?
No somos ajenos a este fenómeno. Existen grupos y movimientos neofascistas en el país desde hace mucho tiempo. ¡Claro! Son grupos pequeños que están muy acotados y que tienen sus ideólogos. Uno de ellos ha sido Salvador Borrego, que fue un personaje que trabajó en los medios de comunicación, escribió varios libros y era negacionista del Holocausto.
Él [Borrego] apoyaba toda la cuestión neofascista, pero no la cuestión racial, porque hay que hacer una distinción. Los movimientos neofascistas mexicanos apoyan más bien la integridad de los pueblos en su grandeza genética, pero también lo hacen en términos que van en contra de lo que ellos llaman “la perversión moral”. Es decir, en contra de los movimientos LGBT+ o los movimientos migratorios, etcétera.
Los grupos neofascistas en México tienen diferentes presiones, uno de ellos ha sido el Foro Nacional Socialista que es muy acotado (es solamente por invitación) y donde manifiestan discursos de odio y relacionados. Durante mucho tiempo, estos movimientos habían estado muy acotados en ciertas regiones y zonas de la Ciudad de México, de Monterrey, Chihuahua y de Guadalajara.
¿Por qué surge este boom de grupos radicales de derecha y también neofascistas que vienen a México?
Las razones pueden ser varias. No es porque vayan a encontrar aquí un movimiento tan fuerte para replicarlo a nivel América Latina, sino porque México es un país geoestratégico que está muy cerca de Estados Unidos y muchos de los movimientos neofascistas de ese país necesitan encontrar los espacios que ahí no pueden tener, porque allá sí hay una prohibición y se castiga. En México no.
Hace poco la Cámara de Diputados impulsó el tema de regular y sancionar este tipo de encuentros, porque aquí una persona puede traer la esvástica en la calle y no pasa nada. Te señalan y lo que quieras, pero no hay una sanción, porque no hay una sanción a símbolos de odio o discursos de odio.
Por un lado, tenemos la cercanía con Estados Unidos que genera una idea para que muchos movimientos vengan y se presenten acá. Algunos movimientos europeos (que han intentado entrar a Estados Unidos o a Canadá) se presentan en México como una especie de foro para ver hacia el norte [del continente], pero también lo hacen para ver hacia el sur. Es decir, ver de frente a los movimientos de izquierda latinoamericanos.
Al tiempo que se ha dado una recomposición de izquierda en América Latina, también la ha habido de los movimientos de ultraderecha y neofascistas. Uno de ellos tiene que ver con impulsar una agenda latinoamericana. Y, ¿En dónde más que en este país donde los problemas más sentidos contra los que ellos luchan tienen que ver las libertades concedidas a grupos diferentes o a migrantes?
Europa ha tenido temas de migración (Siria, Turquía, Ucrania), pero aquí es una migración de corte económico que se ve como una amenaza hacia los Estados Unidos, por eso México se vuelve un escenario para ello.
¿Por qué grupos musicales de Europa de regiones como Grecia o España?
Se dieron conciertos en octubre y noviembre del año pasado y se han dado conciertos de este estilo durante mucho tiempo en este país. Si tú rastreas desde 2011 o 2012, un poco más atrás, hay eventos donde de alguna manera estos grupos han tenido esos espacio.
Una de las razones por las que ahora se vuelve tan ruidoso el tema de que venga un grupo griego fascista a México es porque muchos de los movimientos neonazis y neofascistas no se mueven en ámbitos nacionales o locales. Son movimientos transnacionales. Los movimientos ultranacionalistas y los movimientos fascistas en Europa están encontrando nuevos escenarios y uno de ellos es México, pero viendo hacia los Estados Unidos.
¿Los conciertos realizados en México pueden fortalecer un movimiento nazi en el país?
¿Cuál es la mejor manera de propaganda que han encontrado los grupos neofascistas? Básicamente son tres. Una tiene que ver con la música. Es por eso que estos grupos tienen este impacto. Las reuniones como diálogos de discusiones políticas y demás son muy acotadas. Estos grupos neonazis no generan una discusión intelectual, generan propaganda. Generan panfletos y sobre eso no se discute, y la música es una forma de propaganda, sobre todo para ciertos segmentos radicalizados y resentidos, que se encuentran en ese odio
La segunda tiene que ver con el tema de la lucha y la expresión corporal, pero más relacionado con las artes marciales mixtas clandestinas, luchas callejeras.
Hay un tercer elemento que son las prácticas de tiro. Ahí también se incuba parte de esto y el concierto del año pasado fue en el salón Pentatlón, que es la combinación de los tres elementos que estoy señalando: música, lucha y tiro.
Pero, de eso a que en México se vaya a desarrollar todo un movimiento neonazi, hay mucha diferencia. Por supuesto que no.
Tenemos expresiones ultraconservadoras y muy conservadoras, tenemos grupos de derecha, por supuesto, pero no llegan a este nivel neofascista.
Hay que tener cuidado. En algún momento, las propias autoridades habían calificado la reunión de la Acción Política Conservadora (CPAC), que es un grupo de derecha y de ultraderecha, pero no son fascistas. No llegan a ese nivel, pero había personajes que sí rayan en eso, por ejemplo, Steve Bannon, Paul Ryan de Estados Unidos, algunos miembros de Vox en España.
Los grupos neonazis y neofascistas se mueven en los márgenes o se mueven mucho en lo clandestino. Los propios bares de los conciertos no son tan conocidos.