La Fiscalía General de la República (FGR) se encuentra en un momento de definición, ante el estado de salud de su titular, Alejandro Gertz Manero. Aunque la FGR no ha negado ni confirmado rumores sobre algún procedimiento médico, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que Gertz Manero se sometió a un tratamiento médico.
“Ha habido mucha especulación y una actitud muy miserable en torno a este asunto”, dijo López Obrador la mañana del lunes, tras rumores de la muerte de Gertz Manero que fueron desmentidos.
“Vi un mensaje, creo que en Twitter, deseándole la muerte. Eso no se le puede desear a nadie. ¿Qué es lo que yo puedo informarle? Pues que él se hizo una intervención quirúrgica, lo intervinieron quirúrgicamente en la espalda, en la columna, una infiltración, vamos a decir. Entonces está en su casa, está bien, está en recuperación, incluso está trabajando y le deseamos que se mejore, se recupera pronto. Eso es lo que puedo comentar”, añadió.
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Esta situación dejó entrever la posibilidad de que Gertz Manero renuncie por motivos de salud a su puesto, aún cuando especialistas consideran que su gestión no ha cumplido a cabalidad con el objetivo para el que fue creada la FGR: autonomía e independencia de la Presidencia de la República.
“El objetivo del cambio de la antigua procuraduría por una fiscalía estaba bajo el espíritu de una autonomía de gestión y que ya no dependiera al 100% del Poder Ejecutivo, pero tal parece que -en la actual administración- la Fiscalía todavía tiene una fuerte dependencia por parte del Ejecutivo. En ese sentido, no ha cumplido con ese objetivo de realizar investigaciones en forma autónoma e independiente”, comentó Alejandro Martínez Serrano, especialista en Relaciones Internacionales de la Universidad La Salle.
“Cuando el Poder Ejecutivo nombraba al procurador, éste se convertía en juez y parte porque le debía el cargo al mandatario en turno. En este sentido, se enturbiaban las investigaciones muchas veces por esta relación ejecutivo-procurador (ahora fiscal)”, añadió Martínez.
Gertz Manero, cercano a sus temas personales, lejano de los asuntos de la FGR
Existen asuntos que han marcado la gestión de Gertz Manero al frente de la fiscalía. “El tema del general Cienfuegos sería uno de los más delicados, sobre todo porque la justicia estadounidense lo detiene, hay una negociación al más alto nivel México-Estados Unidos para que el general venga a México y sea investigado y en la investigación resulta que se le considera como inocente”, añade Martínez Serrano.
“La lucha contra el narcotráfico es otro tema importante, tomando en consideración que las autoridades de la Fiscalía tienen la función de presentar a los delincuentes ante las autoridades judiciales. El caso de Ovidio Guzmán demostró que es también uno de los graves vacíos”, explicó el académico.
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“La situación donde él fue a litigar en contra de su familia política provocó que la opinión pública viera que atendía más ese asunto que sus propias funciones como Fiscal General de la República. Otro incidente que también forma parte de su trayectoria en estos cuatro años que se dieron a conocer algunas llamadas telefónicas que sostuvo en el caso Lozoya, lo que implica la infiltración en sus redes telefónicas”, comentó el especialista.
4 preguntas con:
Gustavo López Montiel, profesor de derecho de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey
Si pudiéramos hacer un corte de caja, ¿Cómo ha sido la gestión de Alejandro Gertz Manero al frente de la Fiscalía General de la República?
Ha sido con claroscuros. Los temas más relevantes que hemos visto que la Fiscalía ha manejado son los que le han importado al fiscal, o le han importado al presidente.
Son temas que se han manejado, de alguna manera, políticamente. Por ejemplo, no sabemos sobre los procesos que se siguen a narcotraficantes, o no sabemos sobre los cursos que se siguen en los contextos de corrupción.
¿Cuáles serían los casos emblemáticos o a los momentos que marcan la gestión hasta el momento de Gertz Manero?
Podemos ver algunos temas en términos de sus confrontaciones, por ejemplo, la confrontación que tuvo con exdirector de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, o podemos ver los temas que posiblemente él estaba manejando con respecto a su ex cuñada.
Otros temas surgieron en torno a las carpetas que la Fiscalía abre, por ejemplo, en algún momento salieron carpetas a Ricardo Anaya y carpetas a otros políticos, pero no sabemos qué pasa con aquellos temas que son relevantes en términos de la información que los Estados Unidos han dado sobre narcotraficantes o sobre criminales.
En el caso de que continúe con sus funciones, ¿podemos decir que la FGR trabaja al 100%?
Yo creo que no, porque el modelo de la Fiscalía que se había configurado desde un inicio era un modelo donde había -no únicamente contrapeso, sino también- mecanismos de funcionamiento, algunos de los cuales eran autónomos dentro de la Fiscalía.
Lo que hizo el fiscal con la reforma que promovió, y que se aprobó en el Congreso, fue tratar de eliminar todos esos mecanismos de contrapeso y de centralizar las decisiones en el fiscal, entonces, en buena medida si el fiscal no está, pareciera que la Fiscalía no funciona.
Y funciona porque hay actores dentro, que no son actores institucionales, pero que son cercanos -o que son los cercanos al presidente- y que están haciendo funcionar los temas, pero no es la Fiscalía que se había planteado como en el modelo original, no solo del sistema de prevención o de persecución, sino también en el sistema anticorrupción.
¿Qué panorama podemos esperar ante una posible renuncia de Gertz Manero por temas de salud?
Es un panorama complejo porque creo que el fiscal no va a renunciar, aún cuando esté muy enfermo, no es una persona que renuncie.
En caso de que el fiscal ya no estuviera, de alguna manera le abre un flanco al presidente para, en primer lugar, escoger a una persona que tenga la capacidad de llevar la Fiscalía y dos, una persona quizás cercana al presidente y que en buena medida haga lo que el presidente espera que se haga en la Fiscalía. Es complicado, porque además debe ser una persona con la presencia y la aprobación de quienes van a autorizar su nombramiento, el Congreso.
¿Qué se necesita para ser fiscal general de la República?
Para ser Fiscal General de la República se requiere: ser ciudadano mexicano por nacimiento; tener cuando menos treinta y cinco años cumplidos el día de la designación; contar, con antigüedad mínima de diez años, con título profesional de licenciado en derecho; gozar de buena reputación, y no haber sido condenado por delito doloso. El Fiscal General durará en su encargo nueve años.
— Artículo 102 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos