Este jueves concluye en Estados Unidos la vigencia del Título 42, una medida sanitaria implementada durante la presidencia de Donald Trump y que permitió la expulsión del país de 2.8 millones de personas, de las cuales, 57.14% fueron personas mexicanas. Después de más de tres años, las actuales administraciones de México y de Estados Unidos podrían no estar preparadas para las posibles olas migratorias venideras, consideran especialistas consultados por Publimetro.
Al respecto, el Gobierno de México dio a conocer que “reforzará las acciones de asistencia y protección consular ante el fin del Título 42″.
“Del 10 al 13 de mayo, personal de la Dirección General de Protección Consular y Planeación Estratégica, encabezado por su directora general, estará presencialmente apoyando las labores consulares de las once representaciones de México en la frontera para atender en tiempo real los casos que puedan originarse”, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
De igual forma, junto con las personas titulares de los consulados en Texas (McAllen, Laredo, Del Rio, Eagle Pass, San Antonio, El Paso y Brownsville), en California (San Diego) y Arizona (Nogales, Tucson y Yuma), sostendrán reuniones con autoridades migratorias en México y Estados Unidos para salvaguardar los derechos de nuestra población, así como para reforzar los mensajes preventivos sobre los riesgos del cruce de forma indocumentada, del tráfico de personas y de las penalidades del reingreso indocumentado”, añadió la SRE.
Además, destacó que se reforzará el número y servicios del Centro de Información y Atención a Personas Mexicanas (CIAM), que opera las 24 horas, los siete días de la semana, como principal herramienta de protección preventiva en Estados Unidos.
Gestionar la migración de manera humana y ordenada, prioridad de Biden y AMLO
De acuerdo con la síntesis de la llamada del presidente Joe Biden con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, del 9 de mayo de 2023, ambos presidentes “analizaron los esfuerzos constantes orientados a fortalecer la relación bilateral entre Estados Unidos y México, incluida la importancia de reforzar la cooperación entre ambos países para gestionar el flujo de migración sin precedentes en la región”.
Biden y AMLO también destacaron “el valor de gestionar la migración de manera humana y ordenada, con la ampliación de las vías lícitas y el establecimiento de consecuencias para la migración irregular”, además de que “reafirmaron el compromiso compartido de abordar las causas fundamentales de la migración procedente de América Central”.
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No hay “fronteras abiertas”, Estados Unidos continuará expulsando bajo el Título 8
El Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional anunciaron las medidas adicionales que se realizarán “para gestionar humanamente la frontera por medio de la disuasión, la aplicación de la ley y la diplomacia”.
Por lo tanto, cuando el jueves 11 de mayo se levante la orden de salud pública del Título 42, Estados Unidos reforzará su aplicación de las normas de inmigración del Título 8 que datan desde hace largo tiempo para procesar y expulsar rápidamente a las personas que llegan ilegalmente a la frontera y no tienen una base legal para permanecer.
“Las personas que crucen la frontera suroeste de Estados Unidos sin autorización o sin haber utilizado una vía legal, y sin tener programada una hora de llegada a un puerto de entrada, se presumirá que no reúnen los requisitos para obtener asilo, salvo que se aplique una excepción. Si se les expulsa, se les prohibirá volver a entrar en el país durante al menos cinco años y podrán ser objeto de enjuiciamiento penal por intento reiterado de ingreso ilegal”, añadieron las autoridades estadounidenses.
Otras medidas implementadas por Estados Unidos son:
- Apertura del primer Centro Regional de Procesamiento (RPC) para orientar a los migrantes hacia las vías legales. Se prevé crear unos 100 centros regionales de tramitación en lugares clave. Su personal examinará a las personas para determinar si reúnen los requisitos de Estados Unidos para el reasentamiento de refugiados u otras vías legales de ingreso en Estados Unidos, Canadá y España.
- Desplegar militares para apoyar a la patrulla fronteriza. Inicialmente habrá 550 efectivos militares estadounidenses para apoyar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en la frontera suroeste. Se unirán a los dos mil 500 efectivos de la Guardia Nacional que ya prestan apoyo a la CBP en la frontera. Los mil efectivos restantes se anunciarán próximamente e incluirán personal del Ejército, la Infantería de Marina y las Fuerzas Aéreas.
- Ampliar el acceso a la aplicación “CBP One”. El DHS hará la transición de la aplicación CBP One a un nuevo sistema de programación de citas el 10 de mayo, con el fin de permitir un mejor acceso a este proceso ordenado para solicitar asilo en los Estados Unidos. Bajo el nuevo sistema, los no ciudadanos tendrán más tiempo para solicitar citas y, si se les asigna una cita, tendrán más tiempo para confirmarla. También aumentará el número de citas disponibles cada día.
- Aumentar los esfuerzos para contrarrestar la información errónea. Los traficantes han intensificado sus esfuerzos para afirmar falsamente que la frontera está abierta con el fin de aprovecharse de los migrantes vulnerables. En respuesta, el Departamento de Estado y el DHS están intensificando sus esfuerzos para contrarrestar esta desinformación, incluyendo el lanzamiento de campañas publicitarias digitales adicionales en América Central y del Sur, y en el Caribe.
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¿Quiénes fueron los 2.8 millones de expulsados con el Título 42?
En tres años de implementación, de marzo de 2020 al mismo mes de 2023, Estados Unidos expulsó a 2 millones 825 mil 970 personas “lo que imposibilitó la búsqueda de la figura de asilo y expuso a miles de personas migrantes a mayores situaciones de riesgo”, destacó la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (UPMRIP) de la Secretaría de Gobernación, que realizó las siguientes estimaciones con base en datos de la U.S Customs and Border Protection (CBP).
Aunque las expulsiones fueron “por sus diferentes fronteras”, el 95.9% (2 millones 710 mil 494 personas) fueron expulsadas por la frontera con México, de lo cual, seis de cada 10 correspondieron a personas de nacionalidad mexicana (un millón 641 mil 746 eventos).
La cifra restante equivalente a millón 68 mil 748 personas extranjeras detenidas y devueltas en a la frontera con México; de las cuales 897 mil 87 fueron de personas provenientes de Centroamérica (Guatemala, 393 mil 25; Honduras, 358 mil 001; El Salvador, 135 mil 683; Nicaragua, 10 mil 378) y el resto (171 mil 661) a otras nacionalidades.
3 PREGUNTAS CON
Alma Guadarrama Muñoz, investigadora de la Universidad La Salle.
¿Cómo llegan México y Estados Unidos al final del título 42 y qué implicaciones puede tener para ambos países?
Tenemos que partir de comprender que el Título 42 fue una medida dictada en el contexto del Covid-19, con el objetivo de proteger a la población norteamericana de posibles, infecciones, brotes o contagios que podrían acarrear los migrantes, particularmente indocumentados.
En este contexto, con el fin del Título 42 -y sobre todo con las últimas cuestiones que se han suscitado en nuestro país- nos colocamos en una situación bastante complicada. Es una coyuntura difícil, pues no estamos preparados (y en ningún momento estuvimos preparados) para atender a la gran cantidad de migrantes que están y siguen llegando a nuestro territorio.
Recordemos que, con el Título 42, se generó en el norte de nuestro país un cinturón de migrantes, particularmente en Tijuana que fue más visible. Se encontraron hacinados, detenidos, y por lo tanto, no podían cruzar hacia Estados Unidos.
En este contexto, se prevé que, al no tener esta medida que le facilita a los autoridades norteamericanas una expulsión expedita, rápida, sin mayor trámite, regresaremos al punto en el que estábamos antes de la pandemia.
Seguramente se va a incrementar el número de solicitudes de asilo, los procesos migratorios norteamericanos van a estar muchísimo más aletargados por la cantidad que se espera de personas que pretenden cruzar a Estados Unidos.
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En este sentido, México va a continuar -seguramente- con esta política de discurso contrario a lo que establece la normativa, y a lo que trata de dictar la política pública. El discurso de proteger los derechos y darles cabida y recibir a migrantes, pero este discurso no permea en las autoridades. Es un doble discurso, contrario a lo que dictan las normas sobre derechos humanos y por supuesto de lo que debe de ir la política pública en este sentido.
Basta ver lo que pasó en la estación migratoria de Ciudad Juárez hace unas semanas, y que ya había sucedido algo similar en Tabasco en marzo del 2020, solo que no hubo muertos y por eso no fue difundido, como lo que pasó recientemente.
Recordemos que los migrantes están frustrados, se encuentran en un estado anímico malo y esto genera una reacción negativa, como lo que se vio en la estación migratoria.
México al respecto propuso cambiar la naturaleza del Instituto y se propone una coordinación, como lo ha dicho el padre Alejandro Solalinde, pero eso tampoco lleva a una solución, sobre todo si consideramos que -desde el derecho administrativo- el tener un instituto y luego degradarlo a una coordinación (que al final va a quedar supeditada a la Secretaría de Gobernación) pues no le va a dar la libertad, ni tampoco le va a resolver la problemática que -además de ser estructural- requiere de una reestructura mucho más compleja que transformar la naturaleza y, a lo mejor, el mismo nombre.
Recordemos que el Instituto Nacional de Migración está ligado con otros, como es el Instituto Mexicano de Mexicanos en el Exterior, por ejemplo. Sería ilusorio pensar que cambiando el nombre, o cambiando la naturaleza, vamos a resolver el problema migratorio. La cuestión no es así, es mucho más compleja que esto y, si le sumamos el fin del Título 42, pues encontramos posibles respuestas.
Por ejemplo, México va a seguir teniendo la problemática y, misma que se va a exacerbar cuando los migrantes sigan llegando a nuestro país desde diversas nacionalidades. Hace cinco años no teníamos esta diversidad tan marcada. No veíamos, por ejemplo, migrantes chinos o africanos indocumentados caminando por Oaxaca o por las carreteras del Istmo. Sí llegaban, pero particularmente lo hacían a Quintana Roo, cruzando por Belice, pero no por el lado de Oaxaca.
Esto habla de la intensidad y de la gran variedad de los flujos y de la poca atención eficaz de nuestro gobierno, que lo único que va a hacer es generar una contención en el norte y una entrada más masiva de emigrantes, en el sur.
¿Cómo va a cambiar la atención a los migrantes en esta nueva etapa? Por ejemplo, el gobierno de Biden pide utilizar medidas para solicitar asilo como la app CBP One, pero ha recibido críticas de que no funciona como se espera.
Efectivamente, con la finalización del Título 42, lo que está buscando el gobierno de Biden es evitar estas situaciones que platicábamos, como una ola de solicitudes de asilo para las que -evidentemente- el gobierno norteamericano no está preparado para atender con la rapidez que se puede requerir, así como evitar, por ejemplo, el hacinamiento y obviamente el señalamiento a nivel internacional de los Estados a los lugares de detención.
Está buscando salidas a estas problemáticas que seguramente van a empezar a manifestarse a partir del viernes, sino es que antes. Es como poner un pivote a una olla exprés, que va a permitir -a lo mejor- desahogar un poco los trámites, pero definitivamente no va a ser la solución.
Tenemos el caso de los venezolanos en donde, para evitar esta migración indocumentada y masiva, se les establecieron una serie de requisitos y, efectivamente, algunos venezolanos que podían cumplir con estos requisitos, pues los atendieron, pero no fueron todos. Eso era una realidad y lo vemos en nuestro país con el incremento, por ejemplo, de venezolanos que han sido víctimas de trata de personas.
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Al día de hoy, en el tema de trata, los extranjeros que han sido víctimas son colombianos y venezolanos en mayor medida. Con esto vemos que, si bien fue una forma de aliviar la problemática, no fue la solución y lo que va a pasar con las medidas que se han estado tomando (y que se van a seguir tomando, seguramente de aquí a los próximos días) es que van a hacer una forma de aliviar un poco la presión, sin embargo, no va a ser la solución y eso hay que tenerlo súper clarísimo.
La visibilización que han tenido las caravanas desde 2018 hizo que varias personas de diversas nacionalidades se atrevieran a cruzar, incluso los océanos, y llegar a nuestro país para alcanzar, finalmente, Estados Unidos.
¿Puede el final del Título 42 crear una especie de confusión que sea aprovechada por los grupos criminales para engañar a los migrantes?
Lo comparo con lo que pasó en las caravanas. La gente se adhirió a algunas caravanas con el objetivo de tener la certeza, seguridad o protección que otorga. En este contexto se pensaba que para el crimen organizado y las células de polleros (incluso los que cruzan solo de un sitio a otro dentro del territorio nacional) les iba a bajar negocio e iban a quitarles posibilidades económicas ante la decisión de las personas de irse en la caravana. Sin embargo, esto no fue así. Las personas al final terminaron contratando a los polleros para continuar el trayecto.
El negocio del crimen organizado, y el negocio de las células individuales de polleros o de traficantes de personas va a continuar, independientemente de lo que se diga e independientemente de que el propio migrante esté consciente del peligro que representaría contratar a un traficante, algo que en un momento dado puede volverse trata de personas, o bien que en un momento dado lo puedan dejar abandonado en el desierto, o le quiten el dinero, o que sea detectado por el Instituto Nacional de Migración.
Al final, el migrante tiene un objetivo muy claro. El mecanismo que tienen para “asegurar” un viaje es porque, al final, el mismo traficante probablemente cruzó a familiares o a conocidos, y eso le da confianza de que alcanzará el sueño americano, independientemente de los riesgos que pueda tener.