Gustavo de Hoyos, expresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y cocreador de Sí por México, organización que impulsó la creación de la coalición Va por México (PRI, PAN y PRD), anunció en marzo que quiere ser presidente en 2024, por ello, Publimetro lo contactó para que abunde sobre su plataforma, propuestas y estrategias.
La primera pregunta que se le hizo fue sobre lo que puede aportar De Hoyos Walther a la mesa y que los demás aspirantes no. Ante ello, él se definió como una persona más cercana a la ciudadanía. “Me defino como un activista de tres décadas”, declaró a micrófonos de Publimetro y agregó que esta particularidad lo hace promover perfiles diferentes a los políticos tradicionales.
Bajo esa óptica, destacó que es necesario contar con personas que no vengan de la nada, sino que cuenten con experiencia probada en materia educativa, de combate a la corrupción, seguridad y todos los demás rubros de gobierno, ello para promover agendas que garanticen los derechos humanos.
¿Cómo ganarle a los perfiles fuertes de la oposición para ser candidato?
En cuanto a su plataforma, dijo que aspira a ser el candidato de Va por México. Esto quiere decir que, antes de medirse contra el o la candidata de la Cuarta Transformación (4T), debe de medirse contra perfiles de la talla de Santiago Creel, Ricardo Anaya, Lilly Téllez o Mauricio Vila. Ante ello, advirtió una emergencia en los partidos políticos de México y señaló que, para que estos sean acogidos por las mayorías, necesitan de perfiles ciudadanos.
“Los partidos políticos en la oposición, si quieren ser competitivos, solos no les alcanza y deben de incorporar este tipo de perfiles”, sostuvo y, para ganar la candidatura interna de Va por México, debe de convencer a la ciudadanía a que su perfil es un factor favorable para los gobiernos de coalición.
¿Cómo ganarle a las corcholatas?
Después se le preguntó cómo se le gana a Claudia Sheinbaum o a Marcelo Ebrard. Al respecto, destacó que una constante en México, desde el 2000, es la alternancia, misma que colocó perfiles ajenos al oficialismo inmediato como con Vicente Fox o Andrés Manuel López Obrador (AMLO). “Yo creo que en este país la alternancia es la costumbre”, agregó; sin embargo, reconoce que no es tarea fácil ganarle a la popularidad del presidente y la propaganda oficial que se articula en favor de su perfil.
Aunado a ello, destacó que en las elecciones federales de 2021, Va por México consiguió alrededor de 2 millones de votos más que la coalición Juntos Hacemos Historia (Morena, PVEM y PT), por lo que se mostró confiado en Va por México como un contendiente con fuertes posibilidades de detener la aplanadora electoral de Regeneración Nacional.
Con el supuesto de que Gustavo de Hoyos llegara a ganar la presidencia, se le preguntó sobre sus propuestas y proyecto de administración federal. Al respecto, señaló que no le basta con una candidatura de coalición, sino que se necesita un gobierno de coalición, donde integrantes de la sociedad civil y miembros de todas las corrientes políticas se sumen, ante ello, no descartó de incluir (aunque sin dar nombres) a algunos miembros de la 4T.
“Lo más conveniente es que ese gobierno de coalición esté encabezado por alguien que no pertenezca a ningún partido político”, recalcó para destacar su importancia como el abanderado de Va por México. Asimismo, enumeró que los tres principales retos son reconstruir la unidad simbólica entre ciudadanos, rescatar a México de la inseguridad y lograr servicios públicos de calidad (especialmente salud, educación e infraestructura).
¿Pena de muerte en México?
Una de las discusiones más polémicas a las que está invitando Gustavo de Hoyos es a la de plantear la posibilidad de que se aplique la pena de muerte como medida en materia de seguridad. Por ello, se le cuestionó si cree que matar desde el poder es correcto (tomando en cuenta lo imperfecto del sistema judicial en México), ante ello sostuvo que “la inseguridad ha seguido creciendo en este país. No podemos seguir con soluciones cosméticas ni permitir que esta ola de inseguridad del ámbito cotidiano siga aumentando”.
Sin embargo, aclaró que primero quiere que la pena de muerte sea un debate, no una propuesta y, para establecer una discusión seria, se necesita la participación de expertos en la materia, para que sea el resultado de estos diálogos lo que defina si se aplica o no este castigo.
“He dicho que hay personas que aseguran que la pena de muerte es una de las opciones, yo creo que tenemos que discutirlo […] Mi propuesta es abrir un debate de expertos”, detalló.
Programas sociales como AMLO, crecimiento económico, otro tipo de distribución, seguridad...
En materia fiscal, si bien reconoció que el gobierno de AMLO incrementó la recaudación, aseguró que dichos recursos se despilfarraron. Por ello prometió incrementar la recaudación de manera equitativa y proporcional y, con ella, evitar el despilfarro para invertirlo en las instituciones mexicanas, particularmente las de salud, educación y seguridad. Aunque planteó el acceso a servicios privados pagados por el Estado, esto en lo que se consolida el sector público.
Cuando se habló del campo económico, se preguntó si estaba de acuerdo en que el crecimiento económico no necesariamente se ve manifestado en bienestar social; es decir, para ganarle a la pobreza, no basta el crecimiento, sino se debe de hablar de distribución. Para ello se puso el ejemplo de Guanajuato, que, de acuerdo con el Inegi, crece 1.7% más en materia económica que la media nacional y, a pesar de ello, de acuerdo con el Coneval, su pobreza crece en una proporción similar (1.5%).
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Ante ello, sostuvo que cada estado tiene factores particulares, por lo que los programas sociales son de suma importancia, pues el está convencido que los más pobres serán los últimos en verse beneficiados del desarrollo económico. Por ello planteó “darle más dinero a los programas sociales”.
“Sostengo que se requiere mantener y mejorar los programas sociales para atender en el corto plazo a quienes no pueden esperar al desarrollo económico. Tarda tiempo en que se sienta el resultado”, abundó.
Además, planteó inducir al desarrollo económico impulsando a los emprendimientos, desde las micro empresas hasta las grandes corporaciones; junto con ello, planteó la posibilidad de detonar un nuevo acuerdo con Estados Unidos para acelerar el desarrollo económico de México.
Ante esta respuesta, que implica la iniquidad entre las bases trabajadoras con los grandes empresarios, se le peguntó si está convencido de que el pueblo quisiera votar por un empresario, esto debido a la carga simbólica que podrá representar en relación a la iniquidad, a lo que contestó que él no se percibe como un representante de las élites. “Yo no represento a los muy ricos de este país”, declaró.
“Yo represento mucho más al emprendedor familiar que son millones de ciudadanos en este país, que tienen aveces un puesto de tacos o una limpiaduría”, recalcó ante la pregunta.
Finalmente, resumió: “Se quedan los programas sociales. Se les aportan mayores recursos y se organizan mejor para asegurar una distribución más equitativa […] Impulsar como nunca el crecimiento del salario (y prestaciones) […] La recaudación se debe de ir (principalmente) a mejorar la seguridad y mejorar servicios públicos, señaladamente, educación y salud”.