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El sepelio del PRI: derrotas electorales evaporan militancia del Revolucionario Institucional

Desde que se formalizó la alianza con el PAN y PRD, casi un millón de priistas abandonaron el partido que dirige Alejandro Moreno

A 94 años de su fundación, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) atraviesa una de sus peores temporadas, pues en casi tres años, casi la mitad de los militantes abandonaron el partido que dirige Alito Moreno, lo cual podría influir negativamente en su poder territorial.

De acuerdo con el Padrón de Afiliados publicado en la página oficial del Instituto Nacional Electoral (INE), el tricolor cuenta con 2 millones 65 mil 161 militantes, al respecto, se destaca que el registro del organismo autónomo está actualizado hasta julio de 2020; en cambio, la página oficial del PRI, que está actualizada hasta marzo de 2023, refiere que sólo cuentan con un millón 151 mil 640 militantes.

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Esto quiere decir que, entre la primera mitad de 2020 y el primer trimestre de 2023, 913 mil 521 militantes del PRI abandonaron el partido. Sin embargo, vale la pena destacar lo que ha ocurrido al interior del instituto, pues su organización y poder territorial se vio dramáticamente reducido mientras sus bases escapaban del Revolucionario Institucional.

Así empezó la fuga

A finales de 2020, para hacerle frente a Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el PRI se sumó al proyecto de Claudio X. González y Gustavo de Hoyos, quienes a través de Sí por México, materializaron la coalición Va por México, que suma al PAN y al PRD junto al tricolor en una alianza de naturaleza electoral.


Con esto, la oposición creó un bloque para competir en las elecciones intermedias de 2021; sin embargo, la coalición Juntos Hacemos Historia (Morena, PT y PVEM) se vio favorecida por la preferencia electoral, de tal modo que el PRI redujo su presencia en el territorio, una constante que se repitió en 2022 y 2023.

Al iniciar 2021, el PRI gobernaba 12 entidades federativas (Campeche, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Zacatecas); no obstante, después del proceso electoral de ese año, sólo se quedó con cuatro (Estado de México, Hidalgo, Coahuila y Oaxaca).

Para las elecciones de 2022, si bien el PRI recuperó Durango, perdió Hidalgo y Oaxaca; además, para las elecciones de 2023 perdió el Estado de México (Edomex), la entidad con más votantes de toda la república. Con ello, el Revolucionario Institucional llegará al proceso electoral de 2024 con únicamente dos entidades gobernadas de las 32 que integran a la nación.

El único lugar donde crecieron fue en la Cámara de Diputados, pues tras las elecciones de 2018, el PRI pasó de 49 a 69 curules; sin embargo, una tensión exacerbada contra Alito Moreno, hizo que el partido se debilitara en el Senado de la República, pasando de 13 a nueve escaños en la Cámara Alta.

Alito, el sepulturero

Alejandro Moreno Cárdenas asumió la presidencia nacional del PRI el 18 de agosto de 2019, a partir de ahí, el tricolor se ha visto sumido en derrotas electorales y escándalos. Desde las grabaciones difundidas por Layda Sansores, pasando por la pérdida de territorio y la prolongación de su mandato un año más, hasta la fuga de casi un millón de militantes.


Al respecto, se destaca que, desde que se planeó la alianza con el PAN y el PRD, miembros de su militancia dijeron que esa unión atentaría con la ideología del PRI. Asimismo, las discusiones en relación a la Reforma Eléctrica, la prolongación de Alito Moreno en el poder y algunas candidaturas en los procesos electorales, mantuvieron un ambiente de tensión.

Recientemente, la renuncia de los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Eruviel Ávila, Nuvia Mayorga y Diva Gastélum debilitaron al PRI de cara a las elecciones de 2024 y, el mantener el registro del Padrón de Afiliados con 2 millones presenta una falsa apariencia de poder.

El poder de la militancia

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La fuerza de los partidos políticos se mide, inicialmente, por la cantidad de votos que acumulan durante las elecciones; sin embargo, es ingenuo pensar que la militancia no es un factor decisivo para demostrar su presencia territorial. Al respecto, Juan José Tena, Investigador del Tec de Monterrey, explicó a qué se debe la diferencia entre los registros del INE con los del partido, las probables consecuencias que esto puede tener y los puntos que se deben de tener en el radar para poder analizar adecuadamente el porvenir del PRI.

Lo primero que aclaró es que el INE no mantiene actualizada su base de datos de manera continua. Es decir, el número que señala de militancia es probable que se actualice antes de que inicie el proceso electoral de 2024; no obstante, sí advirtió que la fuga de 900 mil militantes puede ser un indicador de que el PRI sigue en picada.

Bajo esta lógica, destacó que lo que no se debe de perder de vista es la militancia activa, es decir, aquella militancia que puede movilizarse para apoyar en los procesos electorales, particularmente, la vigilancia de casillas durante las elecciones. Por ello habría que esperar a que se realicen los comicios de 2024 para que el PRI demuestre el músculo efectivo que le queda.

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