El Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT condenó el asesinato del activista Ulises Nava, activista y defensor de los derechos de las personas de la diversidad sexual, quien fue atacado con arma de fuego en Aguascalientes. Por lo que, a través de un comunicado, el organismo alertó sobre los crímenes de odio en México y llamó a las autoridades a que actúen en consecuencia.
A este homicidio se le suman los asesinatos de Juventino en Sinaloa, de Michel en Puerto Vallarta, de Ruben y Omar en Sonora y el de Natalia en Tlalpan, pues todos ellos ocurrieron en apenas un mes y están supuestamente relacionados con el ejercicio de su vida íntima.
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“Exigimos a las Fiscalías Estatales, así como a la subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, acciones específicas para la investigación, persecución, prevención sanción y reparación del daño”, sentenció el Observatorio.
Este llamado coincide con los señalamientos de Amnistía Internacional y Letra Ese, Sida, Cultura y Vida Cotidiana, AC., asociaciones civiles que advierten una emergencia en relación a estos crímenes en México.
De acuerdo con Amnistía Internacional, además de México, Colombia, Brasil, Honduras y Guatemala concentran muchos crímenes contra la comunidad LGBTIQ+. Asimismo, se concentran índices elevados de discriminación en estos países, ello aún a pesar de los esfuerzos de sus gobiernos para prevenir la discriminación y violencia contra la diversidad sexual.
Por su cuenta, Letra Ese señaló que en 2022 se presentaron 87 muertes violentas contra personas LGBTIQ+ en México. Al respecto, señaló que la cifra va a la alza después de una baja considerable, pues en 2018 hubo 92 casos, en 2019 subió a 117, en 2020 bajó a 78 y en 2021 se presentaron 79.
“Este 2022 reportamos un total de 22 asesinatos de hombres gay, que equivale al al 25.3 por ciento. Para los hombres gay estimamos una tasa de 4.2 homicidios por cada cien mil habitantes. El asesinato de mujeres lesbianas representó el 12.6% con 11 casos”, especificaron.
Asimismo, esta AC identificó a Oaxaca, Veracruz, Chihuahua y el Estado de México como las entidades más peligrosas para la comunidad de la diversidad, pues, de los 87 casos de 2022, esas entidades concentraron 37 muertes violentas a personas LGBTIQ+ (11, 10, 9 y 7, respectivamente).
Acciones de gobierno
En consecuencia, el gobierno de México ha impulsado políticas de visibilidad e inclusión de la comunidad, ello para que puedan acceder a espacios públicos sin que sean discriminados o violentados. Asimismo, se destacan esfuerzos locales que atienden aspectos particulares como las llamadas “terapias de conversión”.
A nivel federal, por ejemplo, se promovieron las acciones afirmativas para la inclusión y representación en el Congreso de la Unión de personas LGBTIQ+. Con ello se garantiza una representación mínima en la Cámara de Diputados, esperando que los representantes promuevan la agenda de derechos especializada en la diversidad sexual.
De tal motivo que Salma Luévano, diputada trans por Morena, promovió una iniciativa de reforma que modifica la Ley de Asociaciones Religiosas y de Culto Público para eliminar el discurso de odio contra las personas LGBTIQ+.
Asimismo, el Congreso de la Unión aprobó una reforma para garantizar la seguridad social a parejas del mismo sexo. Esto quiere decir que, con esta iniciativa, se garantiza la atención médica, la pensión por viudez y el apoyo en caso de orfandad para los beneficiarios de estos matrimonios.
Respecto a los esfuerzos locales, en el Congreso local de la Ciudad de México (CDMX) se promovió la la Ley para el Reconocimiento y la Atención de las Personas LGBTTTI, un decreto con 43 artículos y 12 transitorios para rediseñar otros ordenamientos locales para garantizar el respeto a la integridad, tanto física como emocional y mental, de las personas de la diversidad.
Finalmente, en la CDMX se promovió una iniciativa que tipificaba como delito las “terapias de conversión” y las clasificó como un acto que atenta contra la voluntad de la persona y el libre desarrollo de la personalidad e identidad, pues tratan a la diversidad sexual como una enfermedad.