Probablemente, la cantidad de hijos que incide negativamente en el ingreso corriente promedio generado por mujeres. Datos publicados por el INEGI apuntalan a que los recursos generados disminuyen a partir del segundo hijo, por lo que se deben de explorar las particularidades que orbitan este tema.
La capacidad de decidir sobre la maternidad (si se ejerce o no, la cantidad de hijos, la edad en la que se desean tener, etc), es uno de los derechos por los que han luchado millones de mujeres, por lo que los métodos de planeación familiar juegan un papel importante para su empoderamiento económico.
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Actualmente, se cuentan con múltiples métodos para evitar embarazos no deseados. Desde la implementación de preservativos, pasando por tratamientos hormonales y quirúrgicos, hasta el aborto, el sector salud oferta opciones para la maternidad deseada.
Anticonceptivos y sus riesgos
Los métodos disponibles para mujeres (a excepción del condón femenino) plantean más riesgosos que los de los hombres, pues suelen representar mayor cantidad de efectos secundarios o comprometen su integridad física.
Las pastillas y parches anticonceptivos, el Dispositivo Intrauterino (DIU) y el Sistema Intrauterino (SIU) son los más populares; sin embargo, la exposición constante a sus componentes tiene efectos secundarios que no se tienen con el uso correcto del condón.
Por ejemplo, el DIU puede provocar el aumento del sangrado menstrual y calambres durante los períodos menstruales, presenta la posibilidad de infecciones en el canal vaginal y existe el riesgo de la expulsión del Dispositivo, por lo que se recomiendan revisiones constantes.
Además, el SIU puede genera cambio en los patrones de sangrado, como sangrado irregular o ausencia de menstruación, este método también puede entrar calambres abdominales y molestias en los senos. Otras posibles afectaciones son cefalea (sensación dolorosa de intensidad variable localizada en la bóveda craneal, parte alta del cuello o nuca y frente) y dolor de mamas (mastalgia) de manera intermitente y cíclico, además de que se pueden experimentar cambios de humor, dolores de cabeza o acné leve.
Por su cuenta, los parches y píldoras pueden ocasionar sangrado intermenstrual o manchado, sensibilidad en las mamas, dolores de cabeza, náuseas hinchazón abdominal y aumento de la presión arterial. En cambio, los hombres no tienen un tratamiento hormonal similar como para cotejarlo.
Intervenciones quirúrgicas
Las intervenciones quirúrgicas que previenen embarazos son la vasectomía y la ligadura de las trompas de falopio; sin embargo, de nueva cuenta, el método femenino representa un riesgo mayor que el masculino. La fundación Planned Parenthood advierte que, después de la ligadura de trompas, existe la posibilidad de que aparezca sarpullido, se presente una hinchazón, fiebres de 38 grados, dolor intenso y continuo en abdomen, mareos/desmayos y vómitos.
Además, al tratarse de un proceso quirúrgico mayor, se deben de hacer pruebas de reacción a la anestesia e implementar cuidados postoperatorios más estrictos que el de la vasectomía, que, contrastablemente, se trata de un procedimiento ambulatorio, donde se recomienda dejar pasar tres días para reanudar la actividad sexual.
También están los riesgos a la salud por aborto, el cual se puede practicar con pastillas o por succión. Ambos generan riesgos a la salud; por un lado, con el uso de pastillas se corre el riesgo de que queden restos del tejido del producto en el útero o que se generen coágulos en el mismo, lo que incrementa el riesgo de infección. También se pueden presentar sangrados muy largos.
Mientras que el legrado o aspiración puede tener como consecuencia infección, daño en cérvix, endometritis, laceración del útero, hemorragia, trombosis, dejar estéril a la mujer y otras complicaciones más. Al respecto, se destaca que, tras la legalización de la interrupción del embarazo, la seguridad clínica en las ciudades donde se lleva a cabo esta práctica en México es elevada; sin embargo, existe la limitante geográfica, pues el aborto no es legal en toda la república.
Consecuencias de no planear la familia
Además de que la mayoría de los tratamientos relacionados a la planificación familiar pueden atraer afecciones a la salud de las mujeres, la falta de ésta puede abonar negativamente a la brecha salarial de género.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres que tienen sólo un hijo, promedian un ingreso trimestral de 22 mil 504 pesos; en cambio, las que tienen dos, promedian 20 mil711; con tres hijos, baja a 17 mil 421; con cuatro o más, se reduce a 13 mil 583.
En cambio, para los hombres la circunstancia es diferente, pues con un hijo, el ingreso trimestral es de 35 mil 248; con dos, 38 mil 168; con tres, 37 mil, 290; y con cuatro o más, 31 mil 267 pesos. Esto quiere decir que, mientras más hijos, más es la brecha salarial entre hombres y mujeres.
Con un hijo, la brecha salarial entre hombres y mujeres es de 12 mil 744 pesos trimestrales; con dos, sube a 17 mil 457; con tres, llega a su límite en 19 mil 869; y con cuatro o más, se fija en 17 mil 684.
Para entender estos números, se debe de estudiar el tiempo dedicado a las tareas del hogar y al cuidado de los hijos por parte de padres y madres. De hecho, el INEGI también tiene un análisis sobre el trabajo en el hogar no remunerado en relación al PIB nacional, donde las mueres, históricamente, cumplen con la mayor parte de estas tareas.
De acuerdo con el Instituto, las mujeres se responsabilizan del 73.9% del trabajo al interior del hogar, mientras que los hombres cumplen con el 62.1% de éste. Esto presenta la posibilidad de que, mientras más hijos haya en casa, son las mujeres quien se hacen cargo la mayor parte del tiempo, limitando su participación en el mercado laboral.