El Senado de la República aprobó la Ley Ingrid, iniciativa que surgió del reclamo de miles de mujeres que salieron a marchar para que los periódicos no lucren con las imágenes de mujeres asesinadas. Ahora, se podrán aplicar penas de hasta 36 años de prisión a quien incurra en este delito.
Con 86 votos en favor, todos los senadores que acudieron a la sesión ordinaria de este martes 12 de septiembre aprobaron la reforma al Código Penal Federal (CPF) en la que se castiga a exhibición de cuerpos de mujeres, adolescentes y niños víctimas de violencia.
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Al respecto, se destaca que las personas servidoras públicas corren el riesgo de recibir penas más severas, pues el modelo de castigo estableció sentencias de seis a 12 años a periodistas, youtubers y cualquier persona que difunda este tipo de imágenes, mientras que a los funcionarios se les pondrá una mínima de 12 y una máxima de 18 años de prisión.
Además, la Ley Ingrid establece que las penas se duplicarán si las imágenes son difundidas en internet.
Martha Lucía Mícher, senadora de Morena que impulsó esta iniciativa, señaló que “esta reforma es un paso importante para garantizar el derecho a la memoria y a la dignidad de las víctimas de violencia [...] No podemos permitir que se siga difundiendo imágenes de cadáveres de mujeres, adolescentes y niños sin su consentimiento. Esto es una forma de violencia más”.
Como la minuta recibida de la Cámara de Diputados fue modificada, pues en el Senado se incrementó la severidad en los castigos a quien infrinja este ordenamiento, la nueva minuta fue remitida a San Lázaro para que sea ratificada. Después, será publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) para entrar en vigor.
Con esta iniciativa se espera impactar positivamente en la generación de contenidos informativos, pues la prensa sensacionalista suele difundir este tipo de imágenes en sus páginas para garantizar un número mayor de ventas.
De tal modo que, con la ratificación de esta iniciativa, se espera que el público no consuma más contenidos innecesariamente violentos y, al mismo tiempo, las empresas y generadores de contenido, ya no lucrarán de la exhibición de los cadáveres de las personas víctimas de violencia.
