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Casi 300 mil menores de edad sufrirán daños a largo plazo por el huracán Otis

177 mil 804 estudiantes de educación básica han sido afectados por el cierre de escuelas, indica Unicef

Unos hermanos recolectan agua de un pozo público el viernes 27 de octubre de 2023 tras el paso del huracán Otis en Acapulco, México. (AP Foto/Félix Marquez)
Niños en Acapulco Unos hermanos recolectan agua de un pozo público el viernes 27 de octubre de 2023 tras el paso del huracán Otis en Acapulco, México. (Felix Marquez/AP)

Tras el devastador paso del huracán Otis en el estado de Guerrero, los efectos a corto plazo para niños y adolescentes podrían incluir mala nutrición, contagio de enfermedades y falta de atención médica, además de daño a mediano y largo plazo a su salud, nutrición, educación y protección contra todo tipo de abusos, explicó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Al respecto, Unicef informó que se ha unido a las autoridades estatales y federales en Guerrero, en un esfuerzo conjunto para brindar asistencia humanitaria y protección a la niñez y la adolescencia, que se encuentran en una situación vulnerable.

Además, Unicef considera que más de 296 mil niñas, niños y adolescentes podrían haberse visto seriamente afectados por el huracán Otis.

Fernando Carrera, Representante de UNICEF en México, destacó la importancia de la colaboración entre los gobiernos federal, estatal y municipal, así como las agencias del Sistema de Naciones Unidas, incluyendo a UNICEF, para abordar las necesidades inmediatas y futuras de la población infantil y adolescente.

“Movilizar la ayuda humanitaria lo más rápido posible para la niñez y adolescencia afectadas es esencial en situaciones como esta que ponen en peligro su integridad física y emocional”, señaló Carrera Castro. “Hacemos un llamado urgente a la generosidad del pueblo de México para que se una a nuestros esfuerzos por proteger el presente y el futuro de las niñas, niños y adolescentes afectados en Guerrero”, añadió.

La destrucción de hogares e infraestructura crítica, como hospitales y escuelas, también representa un riesgo especial para esta población. En cinco municipios de Guerrero hay sitios severamente impactados, cinco hospitales con daños moderados y 177 mil 804 estudiantes de educación básica afectados por el cierre de escuelas.

Lo que Acapulco puede aprender de la experiencia internacional

Alrededor del mundo existen desastres naturales que han dejado dolorosas lecciones. Una de ellas fue la catástrofe que siguió a la llegada del huracán María a Puerto Rico, el 20 de septiembre de 2017, que afectó a los 3.3 millones de ciudadanos de Puerto Rico. El número de muertos por el huracán María, dos mil 975 personas, lo ubica entre los desastres naturales más mortíferos en la historia de Estados Unidos.

Las investigaciones muestran que los niños expuestos a desastres pueden sufrir una serie de problemas, incluidos trastornos emocionales, mayor estrés, problemas de conducta, problemas académicos y un mayor riesgo de enfermedad.

Otro ejemplo es el huracán Katrina, que en 2005 azotó la costa del Golfo de Estados Unidos, matando a mil 800 personas. Más de un millón de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares. Los evacuados se dispersaron por todo Estados Unidos, desde Dallas hasta Nueva York.

Cientos de jóvenes víctimas de Katrina fueron entrevistados para el libro de 2015 “Hijos de Katrina”, escrito por Alice Fogerthill, profesora de sociología de la Universidad de Vermont y por la investigadora de desastres, Lori Peek. El libro siguió a un grupo de niños de entre 3 y 18 años, principalmente de Nueva Orleans, durante siete años.

Según escribe Fogerthill en el sitio especializado The Conversation, las historias de los jóvenes ofrecen lecciones fundamentales sobre cómo los supervivientes pueden recibir un mejor apoyo durante el trauma del huracán y sus secuelas”.

Las enseñanzas del huracán Katrina

Las investigadoras descubrieron que los niños víctimas del huracán Katrina tuvieron tres caminos.

  • Encontraron estabilidad. “Algunos tenían fuertes lazos familiares, viviendas confiables, buena salud, asistencia regular a la escuela, amistades que los apoyaban y actividades extracurriculares interesantes”, explicó.
  • Tuvieron una trayectoria fluctuante. “Después de Katrina, otras jóvenes víctimas experimentaron estabilidad y turbulencia, a veces al mismo tiempo. Por ejemplo, los niños pueden estar sanos y bien alojados. Pero, si vivieran lejos de casa (y, a veces, de sus padres), podrían angustiarse y meterse en problemas en su nueva escuela. Los altibajos duraron meses o años. Estos niños no se recuperaron fácilmente de Katrina. Pero tampoco se derrumbaron por completo”.
  • Nunca se recuperaron. “Muchos de los niños y adolescentes tenían entornos inestables: provenían de familias pobres, a menudo con viviendas precarias. Estos niños vulnerables ya enfrentaban un futuro difícil. Katrina aceleró, intensificó y solidificó sus desafíos, desencadenando una espiral descendente que siguió siendo grave incluso una década después de la tormenta. Muchos de los niños quedaron sin hogar. Su alimentación era poco saludable e inestable, lo que les provocó depresión. Los niños de este grupo perdieron años de escolarización o abandonaron la escuela por completo”.

¿Por qué son importantes las escuelas para atender a la infancia?

De acuerdo con la Dirección General de Planeación, Programación y Estadística Educativa, de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en todo el estado de Guerrero existen 11 mil 542 escuelas, de todos los niveles, de las cuales, 10 mil 869 escuelas pertenecen al sistema público y 673 al privado. Hasta este momento, la Secretaría de Educación de Guerrero no ha presentado un balance sobre el número de escuelas dañadas en municipios como Acapulco y Coyuca de Benítez, entre otros.

De acuerdo con Alice Fogerthill, en el sitio The Conversation, las escuelas son clave para el éxito en la atención a las infancias.

“Los desastres amenazan la capacidad de los niños para crecer y prosperar. Dependen de los adultos y las comunidades para que los ayuden a sobrevivir”, considera.

“Aunque algunas escuelas de Nueva Orleans cerraron después de Katrina y más de cuatro mil profesores fueron despedidos, las instalaciones abiertas que quedaron ayudaron a los estudiantes a establecer una rutina diaria regular”, explica.

“Algunas escuelas públicas utilizaron un plan de estudios diseñado específicamente para ayudar a los estudiantes a procesar el desastre, utilizando el arte, la escritura y la terapia”, añadió.

¿Cómo ayudar a los niños a ser más resilientes después de un desastre?

“Lo más importante es conseguir que los niños vuelvan a sus rutinas lo antes posible. Las rutinas son reconfortantes para los niños y les ayudan a sentir que la vida ‘ha vuelto a la normalidad’”, explicó Betty Lai, profesora asistente de Salud Pública de la Universidad Estatal de Georgia en el artículo “Los niños y los desastres: cómo ayudarlos a recuperarse”, publicado en 2016 en el sitio The Conversation.

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