A poco más de un año para concluir su periodo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), este martes el ministro Arturo Zaldívar renunció al organismo que presidió entre 2019 y 2022, argumentando que su ciclo había concluido ya que sus aportes al organismo no tenían la misma relevancia que antes y anticipó que buscará continuar con la transformación de México.
“Considero que mi ciclo en la Suprema Corte ha terminado y que las aportaciones que puedo realizar desde esta posición en la consolidación de un mejor país se han vuelto marginales”, señaló Zaldívar en su carta.
“Estimo que es de la mayor importancia sumarme a la consolidación de la transformación de México, desde los espacios que me brinden la oportunidad de tener incidencia en la construcción de un país más justo y más igualitario, en el que sean prioridad quienes menos tienen y más lo necesitan. Espero poder seguir colaborando hacia el México que todas y todos soñamos”, añadió.
Horas después, Zaldívar publicó una fotografía junto a Claudia Sheinbaum, coordinadora de la Defensa de la Cuarta Transformación y próxima candidata presidencial de Morena, hecho que dejó en claro la intención de Zaldívar de continuar, desde fuera de la SCJN, su apoyo a la 4T.
“Las renuncias de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia solamente procederán por causas graves; serán sometidas al Ejecutivo y, si éste las acepta, las enviará para su aprobación al Senado”
— Artículo 98 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, párrafo tercero
Ante este hecho, la SCJN recordó que un ministro solamente puede renunciar por “causas graves”, como lo indica el Artículo 98 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. También, se indica -en el Artículo 101- que a los dos años posteriores a su retiro, un ministro no podría actuar como abogado o representante.
También puedes leer: SCJN advierte que la renuncia de Arturo Zaldívar vulnera la Constitución
Los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, [...] no podrán, en ningún caso, aceptar ni desempeñar empleo o encargo de la Federación, de las entidades federativas o de particulares, salvo los cargos no remunerados en asociaciones científicas, docentes, literarias o de beneficencia.
Las personas que hayan ocupado el cargo de Ministro de la Suprema Corte de Justicia, [...], no podrán, dentro de los dos años siguientes a la fecha de su retiro, actuar como patronos, abogados o representantes en cualquier proceso ante los órganos del Poder Judicial de la Federación.
— Artículo 101 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (fragmentos)
Para Ángeles Estrada, directora de la Iniciativa de Transparencia, Anticorrupción y Digitalización del Tec de Monterrey, la renuncia de Zaldívar aclara muchas cosas. “Ya todas las dudas están disipadas. Efectivamente, Zaldívar le operaba a Andrés Manuel desde dentro de la Corte. Una cosa que a lo mejor algunos hasta nos resistíamos a pensar porque Zaldívar no tenía ninguna deuda política con él”, explicó en entrevista con Publimetro.
“Esto me parece terrible. No me acuerdo que en la historia de la Corte haya sucedido algo así: que un ministro renuncie así como de ‘pues ya no me hacen caso adentro, entonces ya voy a renunciar y ahora pues voy a dedicarme a hacer proselitismo al partido político en turno’. Yo no recuerdo un caso similar siquiera. Eso no quiere decir que no haya sucedido. No quiero decir que otros ministros no hayan hecho eso con el PRI, por ejemplo”, expresó
También puedes leer: Morena abre la puerta al ministro Arturo Zaldívar
Estrada señala que la renuncia de Zaldívar es una radiografía que revela el mal estado de la SCJN. “Es una muy mala noticia y es un mal augurio de lo que está sucediendo dentro de la Corte. El hecho de que a los propios ministros ni siquiera les interese terminar su etapa, su trabajo, porque ahora lo que quieren es seguir la transformación del país, apoyando a un partido político. ¡Híjole! Eso es peligrosísimo. Se lee horrible que la Corte esté contaminándose con el clima político del país, cuando ellos tendrían que mantenerse al margen. No quiero decir que no tengan sus preferencias políticas, las pueden tener sin duda -son ciudadanos y las pueden tener- pero la función pública que ellos ejercen exige que tengan objetividad, y la objetividad incluye que no tengan vínculos políticos, que no deban favores, que no haya ningún tipo de posible presión por parte de otro poder hacia dentro de la Corte”, añadió.
En ello coincide Miguel Tovar, politólogo por el Colegio de México, experto en asuntos públicos y socio de Alterpraxis, quien considera que la cercanía de Zaldívar con el presidente terminó minando su nivel de interlocución al interior de la Corte.
“Creo que la salida de Zaldívar de la Suprema Corte de Justicia marca un quiebre importante que está viviendo el Poder Judicial en relación con los otros dos poderes y, en particular, con el poder Ejecutivo. Marca, también, de manera importante un quiebre muy relevante al interior de la Suprema Corte de Justicia. No es la primera vez que sucede, ya que también dimitió el ministro Medina Mora. Ambas renuncias, que pasaron en el mismo sexenio, marcan una crisis política al interior del poder Judicial”, explica Tovar.
“El presidente López no quiere reformular el Poder Judicial, simplemente quiere descarrilarlo porque se interpuso en su camino con las algunas decisiones que él cree que son importantes, eso es lo crítico. En el largo plazo, es una completa desestabilización de los poderes. También lo hemos visto en más de una ocasión: el presidente López ha jugado mucho esa ficha de no nombrar a nadie. Pasó en el INAI, en la Comisión Reguladora de Energía y pasa mucho en todos estos órganos desconcentrados, descentralizados o autónomos”, concluyó.
Te recomendamos leer: Claudia Sheinbaum se reúne con Arturo Zaldívar “para avanzar en la transformación del país”
5 preguntas con,
José Perdomo Galicia especialista en Derecho Administrativo de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle.
¿Qué lectura da a la renuncia de Arturo Zaldívar a la SCJN?
– Ahí hubo mano negra. El ministro Zaldívar ya estaba ‘quemado’ en la Corte. Si vemos los últimos meses a raíz de su salida de la presidencia, se ha ido alineando, o ha estado alineado. Existen dos frentes en los ministros, uno en el que se quedan dos ministras, dos favorecedores del presidente López y los otros 8 ministros que son independientes.
Su papel en la Corte realmente ya había terminado. Él dice “mi ciclo ya terminó”, pero no. Su ciclo terminaba el año que entra, porque son 15 años de servicio, no 14. Pero él sabe que su ciclo ya terminó en el sentido de que ya no iba a poder servir al presidente López desde la Corte.
Cuando él dice “ahora toca seguir participando en la construcción en la transformación, para tener un México un país igualitario”, pues eso tiene otro sesgo.
Sabemos que el año que entra, en las elecciones del 2024, no las van a ganar los votantes. Va a terminar ganando una resolución judicial, porque las elecciones van a estar tan reñidas, que a menos que existan 15 o 20 puntos de distancia, van a terminar en juzgados. Y la resolución al final no va a ser del pueblo, sino va a ser una resolución procesal.
La elección de los ministros es a través de propuesta del Ejecutivo de ternas, por lo tanto al Ejecutivo federal ahorita le regresó la posibilidad de presentar de presentar una propuesta de personajes a modo al presidente López. Y así, vuelve a tener una persona nueva en el Poder Judicial, recién llegada, que además va a tener voz y voto en el Consejo de la Judicatura y como el Tribunal Electoral pertenece al poder judicial, pues también los ministros ahí tienen una gran carga.
¿Cómo sería el proceso de la renuncia, dado que la Constitución dice que solamente por una causa grave?
– Sí de hecho debe de ser por causas graves. La ley no dice qué es una causa grave porque es un concepto subjetivo, ¿estamos de acuerdo? Tal vez para alguien una causa grave puede ser una enfermedad, mientras que para otros no lo sea.
Últimamente han renunciado titulares de puestos de elección popular, pero éstos son irrenunciables y todos se pueden ausentar por causas graves.
En el caso de Zaldívar, una cosa es la carta mediática y otra cosa la carta real. El ministro Zaldívar es abogado y me imagino que esta no es la carta oficial, me parece más una carta mediática.
Pero parece muy real…
– Yo no estoy tan seguro. Yo creo que es una carta mediática. Lo que sí es importante es que el Senado es el que terminará decidiendo, pero no es bajo el concepto de mayoría absoluta, es decir, dos terceras partes de los votantes. Por lo tanto, si les alcanza a los del oficialismo, los senadores oficialistas, para aceptar la renuncia y de esa manera el Ejecutivo federal va a poder presentar una terna.
¿Cómo puede afectar la renuncia de Zaldívar al funcionamiento de la Corte?
– En este momento no tiene ningún problema. Siguen teniendo a diez ministros, y cuando las decisiones son bajo el concepto de mayoría absoluta, se necesitan al menos ocho votos. Entonces aún en las decisiones más trascendentales, no afecta a la Corte ni a sus máximas decisiones. Es decir, la Corte no va a quedar inoperante.
¿Qué puede suceder con el ministro Zaldívar si no podrá ocupar un puesto en el gabinete?
– Puede sumarse en algo así como consejero honorario. El dinero ya no lo necesita. Me queda clarísimo que el dinero no lo necesita. Va a ser un ministro en retiro, ya no lo va a necesitar. Con toda la tranquilidad puede desempeñar un cargo honorario, sin ningún problema. ,
Pero sí va a ser alguien muy cerca. Alguna vez le escuché decir a Carlos Hank González: “En política, el poder es una enfermedad de la que nadie se muere pero de la que nadie se cura”.