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Pacientes denuncian desabasto en megafarmacia recién inaugurada por AMLO

El peregrinar para conseguir medicamentos en la farmacia que tendrá todos los medicamentos del mundo ha tardado hasta cinco días, sin éxito alguno

El pasado 29 de diciembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio un gran avance en una de sus promesas de campaña que más eco han tenido: dejar un sistema de salud como —o mejor que— el de Dinamarca al final de su sexenio. Sin embargo, los pacientes tienen “otros datos”.

Ese día, López Obrador inauguró la “Megafarmacia del Bienestar”, una bodega en Huehuetoca, Estado de México, en donde se almacenarán “todos los medicamentos del mundo” y que promete combatir el desabasto en los sistemas de salud operados por el gobierno federal: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el recién fortalecido IMSS Bienestar.

A pesar de ello, para los pacientes y sus familiares la realidad es distinta a la promesa presidencial, porque aún en la megafarmacia les hacen esperar más de cinco días por su medicamento —cuando la promesa es que estarán disponibles en máximo dos días—; además, no les informan si hay existencia de los medicamentos solicitados y no se nota que exista la prometida coordinación entre la magna obra y las clínicas y hospitales.

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Andrea Rocha, abogada de pacientes con cáncer, ha documentado cómo la esperanza de la Megafarmacia del Bienestar se convirtió en otra promesa rota para los pacientes, quienes sumaron una estación más al viacrucis que significa en México hacer valer el derecho a la salud.

Ese fue el caso de Irma, de Joana y de Miriam, quienes legalmente son representadas por Rocha. Las tres mujeres, con diversos padecimientos, cuentan con un denominador común: a pesar de cumplir con todos los requisitos, no pudieron obtener sus medicamentos faltantes en la Megafarmacia del Bienestar.

Las recetas de las pacientes —así como audios y videos en poder de Publimetro—, demuestran que la atención que las tres mujeres recibieron se limita al contacto con el operador telefónico del call center de la megafarmacia, quien solamente puede: generar el número de folio, darle seguimiento a ese número de folio y quienes no brindan información sobre si el medicamento se encuentra en la megafarmacia o no.


Otro punto clave en el viacrucis es la lucha contrarreloj. Solicitar un medicamento en la megafarmacia tiene un obstáculo mayúsculo: el tiempo de vigencia de las recetas, que es de 72 horas. Si la receta pasa de ese tiempo, el paciente debe volver a acudir con su médico para solicitar una receta vigente.

Nueva forma de solicitar medicamentos en la Megafarmacia del Bienestar

Además de que es indispensable contar con una receta vigente, es decir, menor a 72 horas de haber sido expedida —algo que jamás se mencionó durante el acto de inauguración del 29 de diciembre, ni el mañanera del mismo día, en la que se explicó el funcionamiento—, en una llamada realizada por Publimetro a la Megafarmacia del Bienestar, los empleados del call center indicaron que también solo el paciente o titular puede recoger el medicamento.

En la llamada, cuyo tiempo de espera fue de cinco minutos, el trabajador explicó que en la Megafarmacia del Bienestar surten los medicamos de recetas que no fueron surtidas en la clínica, ya sea de manera total o parcial, en instituciones como el IMSS, ISSSTE e IMSS Bienestar.

“Puede hablar aquí a la megafarmacia, con su número de receta y su CURP y nos aparece el medicamento que no se le surtió. Le generamos un folio, el cual tiene seguimiento. Va a tener que estar hablando con nosotros para darle indicaciones. Cuando conteste la institución, proporcionamos el medicamento y le llega. Se le manda a su institución que le corresponde y lo recoge con el folio, su credencial de elector (sic) y se le entrega a usted nada más”, explicó el telefonista.


Cuestionado sobre el tiempo de atención, el operador telefónico explicó que solamente se atienden recetas con menos de 72 horas de expedidas, y que el folio de seguimiento se surte en máximo 48 horas. “En las instituciones u hospitales se manejan otras vigencias, pero aquí en la megafarmacia estamos manejando ahorita, por el principio, 72 horas”.

Publimetro preguntó sobre la disponibilidad de “Nintedanib”, un medicamento que se usa para tratar la fibrosis pulmonar y cuya caja con 60 cápsulas tiene un precio que oscila en los 77 mil pesos en farmacias privadas. Al respecto, el trabajador del call center respondió: “Tal cual, no esos medicamentos, pero estamos trabajando con todos”.

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4 preguntas con

Andrea Rocha, abogada y activista por los derechos a la salud en México

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¿Con qué situación se han encontrado al querer surtir medicamentos en la megafarmacia?

– Tenemos tres casos. Irma fue la primera paciente. Acudió a su clínica el día 2 de enero y obviamente le pusieron [el sello] que no le surtieron la receta. El viernes 5 de enero le pedí si me hacía favor de marcar a la megafarmacia porque, ¿qué mejor que marquen los pacientes? Yo lo podría haber hecho como su representante legal, pero lo más importante es que marquen los pacientes.

Marcó a las 12 del día y le dijeron: “No, no tenemos el medicamento. Si nos da la oportunidad para poder este revisarlo” y volvió a marcar en la tarde, y le respondieron: “Señora Irma, es usted la que marcó hace prácticamente tres horas. Mire ahorita su medicamento no lo tenemos, lo vamos a rastrear, si nos da la oportunidad vuelve a marcar mañana, por favor”.

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La señora marcó el sábado 6 y aún no lo tenían, aunque le dijeron que ya estaba rastreado. Le pidieron llamar el domingo 7 de enero.

Hace dos años yo me reuní con el secretario de Salud en Palacio Nacional —porque hice una caravana hace tres años con siete mil 500 personas— y él se comprometió a que iba a garantizar el abasto de quimioterapias para las personas que acudieron, que eran de Michoacán. Pasó un año y no lo hizo. Y ya no solo eran las quimios. Por ejemplo en Michoacán no funciona el aparato para hacer radioterapias.

En noviembre, tomamos el aeropuerto y una de las condiciones que puse para despejar esa área era que [las autoridades] firmaran un convenio, porque ya no creía en las promesa de palabra. Lo peor del caso es que se estaban perdiendo vidas.

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Efectivamente, nos reunimos con algunos titulares y firmaron el convenio. A ellos les comenté lo del medicamento [faltante en la megafarmacia] de Irma y me respondieron “se lo vamos a dar el lunes [8 de enero]” porque ya iban a realizar una compra de medicamentos”.

El día lunes, la señora Irma acudió a su clínica y se lo dieron a través del convenio que tenemos. Sin embargo, yo marqué a las 3 de la tarde a la megafarmacia para ver si ya lo tenían surtido y me respondieron que todavía no lo tenían.

Aquí hay algo raro. ¿No se supone que la megafarmacia está en enlace con las clínicas del IMSS? Si la megafarmacia se lo hubiera entregado, a mí me hubieran confirmado “ya se lo dimos”, pero no, ni eso. Me dijeron: “¿Que cree? Todavía no lo tenemos”.

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Y así hay más casos. A la señora Joanna le dijeron que no le podían dar información porque su receta ya no era válida. También a la señora Miriam, que le negaron el ácido folínico el día 5 de enero y el 9 de enero marcó y le dijeron, “no, porque su receta ya no es válida”.

¿Eso que da a entender? Pues que obviamente ellos no tienen el inventario. Hablas y nada más te contesta el call center, pero no está enlazado. Ellos no saben lo que hay o no hay. Con Irma, que su receta estaba válida, no le supieron decir y le dijeron que lo estaban rastreando.

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Entonces, ¿Estos casos significan que la megafarmacia no está sirviendo?

– Aquí hay que dejar algo bien claro. Esa megafarmacia está operada por Birmex. Con lo del tema del desabasto, en algún momento, el presidente los nombró como la empresa que se iba a encargar de distribuir los medicamentos. Birmex, en agosto del año 2022, admitieron públicamente que no podían con el tema de la distribución, por la logística y la complejidad era bastante. Entonces, ahora la megafarmacia, pues está operada por ellos para el tema de la distribución.

No es posible que el call center no esté enterado de lo que hay o no hay, o no pueda dar —por lo menos— esa información. Se supone que estás marcando como una última instancia. Cuando tú vas a cualquier farmacia, y no necesita ser una farmacia de gran renombre, y pides una aspirina, en ese momento te dicen: “hay” o “no hay”. Ya que si hablas de una farmacia más especializada, pues lo checan en el sistema —que es lo que tiene la megafarmacia— , pero no.

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¿Por qué menciono a Birmex? Porque entonces, si es que hay medicamentos —que yo la verdad lo dudo por las llamadas que hemos hecho—, ni siquiera el call center sabe y entonces los poquitos que haya, pues lamentablemente se les van a caducar, porque ni te dan la información y ¿Qué esperanza le das al paciente?

Qué lamentable, porque los pacientes marcan con la esperanza y no les dan información o les dicen que el medicamento lo están rastreando, que marquen al siguiente día y pasan cinco días y les dicen que aún no.

La promesa del presidente de que en 48 horas [estarían los medicamentos] es falsa. Ya lo comprobamos. No lo digo yo, lo dicen los hechos que ya vivimos. Él dice “que llamen los pacientes”, pues sí, pero qué fácil es decirlo desde Palacio Nacional, pero qué triste es estar marcando desde un hospital cuando llevas horas formado.

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Ojo, también hay medicamentos que requieren mezclas. La megafarmacia, no tiene mezcladoras, ¿ahí como le van a hacer? Son muchas deficiencias. La verdad es que ya son cinco años. Yo he amparado a 350 pacientes desde el año 2019 y no es posible que a cinco años sigan las ocurrencias, cuando lo más triste es que se están perdiendo vidas humanas en el país.

¿Es la solución a los problemas en temas de Salud que tiene México?

– Yo lo que siempre he dicho y me he cansado de decirlo públicamente: ¿De qué sirve una megafarmacia que en primera ni tiene los medicamentos? Cuando los medicamentos debieran estar en las clínicas, en los anaqueles, porque los pacientes llegan y lo que quieren es que les surtan su receta, ¿no? No que te digan que en 48 horas, ni que marques después o que te digan “pues todavía no”.

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Aquí lo más importante y lo que debieron de hacer las autoridades en materia de salud, pues es garantizar realmente ese esquema de distribución, ese esquema de dónde canalizar esos medicamentos que hacen falta, pero no lo hacen.

Ahora crean esta ocurrencia y lástima de ese recurso, cuando debería estar destinado a que los anaqueles estén llenos de los medicamentos.

Un medicamento tan básico como el ácido folínico química, y que ni siquiera lo tengan. Es un medicamento que no es caro. Ahí te das cuenta que hay una gran deficiencia. Nosotros necesitamos un sistema de salud completo. Hoy en día, ya ni tan siquiera estudios les quieren realizar porque las máquinas simplemente no funcionan.

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Aquí en el Centro Médico Nacional Siglo XXI, al pequeño Alexander —que se atiende ahí— de 14 años no le quieren realizar un estudio porque el aparato no funciona y le mandan el estudio hasta el 26 de febrero y él ya tuvo dos recaídas, como si el cáncer fuera una enfermedad a la que le dijeras “espérate, no avances”.

También en Michoacán no sirve el alineador, que es el que hace las radioterapias. En Querétaro de hecho repararon solo uno, pero uno sigue sin funcionar. En Guadalajara igual repararon uno, pero el otro no funciona y eso no atiende la demanda. Súmale que las citas médicas se las mandan seis meses después.

Por ejemplo, el estudio de Alexander vale 30 mil pesos. Son estudios que son difíciles de costear, entonces ya no solo estamos hablando del desabasto de quimios —que no lo soluciona la megafarmacia—, sino la falta de estudios, la falta de citas médicas. Tenemos un sistema de salud colapsado en todo el país.

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Yo no entiendo el presidente qué presume, no hay nada que presumir. ¿Dinamarca? Pues yo no sé si para él esto sea el concepto de Dinamarca. Simplemente no lo entiendo. Y qué mal porque es mucho el sufrimiento de las familias. Ellas siempre me han dicho “Queremos días de vida. Queremos vivir. Tenemos hijos”. Muchas ya son madres solteras que sus hijos dependen de ellas y que me dicen “Si algo me pasa licenciada, ¿quién se va a hacer cargo de mis hijos?”. Es una situación de verdad muy compleja, muy compleja.

¿Qué mensaje le envía a las autoridades?

– Con el tema de las autoridades, pues ya son cinco años. La verdad es que ya no hay pretextos, ya no hay excusas. Lo único que ya les exigimos —porque de verdad que hemos ido hasta Palacio Nacional y a mí me han recibido los granaderos—, es que cumplan porque, al final, es nuestro derecho, es el derecho de los pacientes, ese es su derecho y ellos como autoridad saben que es la obligación garantizar el abasto y distribución de medicamentos, así como cualquier estudio necesario para el paciente.

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Nosotros mencionamos que vamos a ir a manifestarnos a la megafarmacia, porque hasta la fecha hemos tenido puras negativas. Y vamos a exigir ver los medicamentos, porque ya basta. Hay vidas que se están perdiendo, vidas humanas. Es imposible reparar una vida humana. Digo, aunque te metas en la materia legal, no la reparas. Es imposible reparar la vida de una niña, de un paciente, no se puede. Punto.

Yo tengo cinco años ayudando, de verdad, a muchos pacientes y lo hago con mucho cariño, porque conozco la desesperación, de verdad, que me busquen a través de mi cuenta de Twitter como Andrea Rocha. Lo que hacen es que me mandan un mensajito y ya yo me ponen ahí su nombre y ellos los contactos vía a través de mi celular y pues bueno, me pongo en contacto con ellos y obviamente, pues vemos su caso.

Decirle a los pacientes que no se den por vencidos. Es su vida y que es un derecho. Es un derecho establecido en la Constitución y en los tratados internacionales y que no están exigiendo nada que no sea su derecho a la vida.

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Lo más importante es que hay que ir empoderando a los pacientes. Muchas veces las autoridades abusan de la gente que no sabe. Yo les decía “Si no los atienden, me marcan” y me marcaban y ya después ellos solitos. Es ir empoderando a la gente porque es su derecho. Que no se dejen intimidar por las autoridades, porque luego también los amenazan que les van a quitar el seguro. No les pueden quitar los derechos adquiridos. No se quitan jamás.

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