El Tren Interurbano México-Toluca, que ahora se llama “El Insurgente” de nuevo estuvo en los medios de comunicación, pero no por algún avance significativo en su obra, la cual se esperaba que estuviera lista en 2017, sino porque una dovela cayó sobre una de las trabes y causó daños a la estructura y dos vehículos.
Esta obra ha sido una de las más polémicas de los últimos años, ya que fue en el gobierno de Enrique Peña Nieto cuando se anunció su construcción, la cual inició el 7 de julio de 2014 y se esperaba que tan solo tres años después comenzara a operar, en diciembre de 2017.
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Pero el gobierno de Peña Nieto llegó a su fin y la obra quedó inconclusa, pero el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador decidió concluiría debido al avance que tenía, cosa que no ocurrió con el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
Además, con el paso de los años, el proyecto pasó de un costo 38 mil millones de pesos a 116 mil millones.
Cuando iban dos años de su construcción, la empresa OHL fue sancionada por la Secretaría de la Función Pública (SFP) al encontrar irregularidades en el contrato, la sanción obligó a la empresa a vender su participación del proyecto a la empresa CAF, lo que ocurrió hasta 2018.
Uno de los mayores retos no tuvo que ver con las condiciones del terreno, sino con un juicio que interpusieron pobladores del municipio de Ocoyoacac y que desde el 10 de enero de 2018 detuvieron los trabajos.
En abril de ese mismo años, la entonces Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) afirmó que las personas afectadas fueron indemnizadas y los recursos se entregaron a las comunidades de San Jerónimo Acazulco y Santa María Tepezoyuca.
Las obras se intentaron reanudar el 26 de marzo de ese año, pero los pobladores lo impidieron y exigieron más recursos, “aun sin tener derecho al pago que reclaman”, por lo que culparon a las comunidades de impedir que la obra civil e terminara en mayo como estaba programado.
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Aunque las obras se reanudaron el 24 de abril de 2018 en los kilómetros 31+200 al 34 +400, que corresponden a los parajes Valle La Magueyera, El Venado, La Loma y Pantano, en el Estado de México.
Pero con la llegada al fin de su sexenio y otros problemas con pobladores, la obra se detuvo y fue hasta diciembre de 2019, previo al inicio de la pandemia de Covid-19, cuando el gobierno federal retomó la construcción, que se esperaba que pudiera operar en 2022, pero la emergencia sanitaria retrasó aún más el avance de la obra.
El presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró la primera etapa de ese tren el 15 de septiembre de 2023, en el tramo que va de Zinacantepec a Lerma.
Así destacaba el gobierno de Enrique Peña Nieto, en 10 puntos, la importancia y beneficios de las obra que no pudo inaugurar y heredó a su sucesor:
- La construcción del tren de pasajeros México-Toluca se realizará con el trabajo coordinado y corresponsable de los tres órdenes de gobierno
- Será un medio de transporte seguro, de la más alta calidad y amigable con el medio ambiente
- Los trenes serán 100% puntuales en sus corridas y los usuarios ahorrarán cuando menos 90 minutos en el recorrido del municipio de Zinacantepec a la estación del metro Observatorio, en el Distrito Federal
- Los usuarios dispondrán de más tiempo que pueden destinar para atender a sus familias, inclusive a otras labores productivas
- Se construirá una vía eléctrica de 58 kilómetros, dará cabida inicialmente a 15 trenes que recorrerán su ruta a una velocidad máxima de 160 kilómetros
- El recorrido completo tendrá seis estaciones, el trayecto será de tan sólo 39 minutos
- Tendrá capacidad para transportar a 270 mil pasajeros inicialmente
- Con este tren, comienza una nueva era en la historia de los ferrocarriles de México
- Habrán más oportunidades para los trabajadores, más empleos de calidad, movilidad con seguridad, rapidez, comodidad y a precios accesibles
- Será un medio de transporte a la altura de un México moderno, próspero, seguro e incluyente del Siglo XXI
