En México el Día del Niño se caracteriza por los juegos, dulces y regalos, todo lo que tenga que ver con la felicidad para los niños; sin embargo, un gran número de infantes padece violencia de algún padre para dañar a su expareja, es decir, convierten a los hijos en su propia arma para lastimar, lo que se conoce como violencia vicaria que sólo en 2022 tuvo un crecimiento de 14% con respecto a 2021, al ubicarse en 22 mil 904 casos, de acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República.
Hasta ahora, más de la mitad de los estados del país, es decir 18 entidades, tienen tipificado en sus códigos penales el delito de violencia vicaria, cuando exparejas utilizan a sus propios hijos para violentar a las madres, estos son: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Hidalgo, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Tabasco, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas.
En el resto, 14 estados, esta situación sólo se encuentra descrita en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LAMVLV), pero aún no se tipifica como delito, como en el caso de la Ciudad de México o en Coahuila, Guerrero y Querétaro, donde está aprobada la iniciativa por los congresos locales, pero aún no se publica.
La violencia vicaria es la acción u omisión cometida contra una mujer (principalmente), por la persona con la que tenga o haya tenido una relación de matrimonio, concubinato o relación de hecho, con la intención de causarle cualquier tipo de daño o sufrimiento, separarla de sus hijas e hijos y causar desapego en el vínculo materno-filial, utilizando la violencia física, psicológica, económica o sexual.
¿Quién ejerce violencia vicaria?
- Quien sustraiga, retenga, oculte, maltrate, amenace, ponga en peligro la integridad y salud, violente física, económica, psicológica o sexualmente a las hijas e hijos de las mujeres.
- Quien interponga procedimientos judiciales falsos o conductas procesales dilatorias para impedir la convivencia o guarda y custodia con el propósito de dominar, someter, manipular, controlar o agredir de manera física, verbal, psicológica, patrimonial, económica o sexual a las mujeres e incluso provocar el suicidio, feminicidio u homicidio de las madres y de sus hijas e hijos.
En general se presenta en momentos de separación de la pareja y en la mayoría de los casos se ejerce a través de las hijas, hijos e hijes e incluso de mascotas, señaló Lucía Nuñez, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
De acuerdo con la especialista, “Que llegue al código penal tiene implicaciones importantes porque al ser un delito autónomo no necesita de otro. En sí misma, la violencia vicaria configura una conducta prohibida y en el momento en que se pruebe hay una sanción específica para ella, pero de momento existen lagunas legales sobre el tema”, resaltó.
En España en 1999, el antecedente de la violencia vicaria
De acuerdo con el abogado, Rodrigo Guerra Wong, quien representa a algunas víctimas en la Ciudad de México, el término violencia vicaria data de 1999, luego de un caso desgarrador que sucedió en España.
En entrevista con Publimetro, relató que una señora de nombre Ángela González, quien tuvo una hija con su entonces esposo Felipe Rascón, se separa del cónyuge y pide protección a diversas autoridades, alegando violencia física, psicológica y económica, pero desafortunadamente no fue escuchada.
Cuando su hija tiene 7 años el padre pierde la guarda y custodia, el exesposo amenaza a la madre de la niña durante la audiencia, diciéndole que le va a dar en donde más le duele; 4 o 5 horas después de la decisión del juez a favor de la madre, el padre secuestra a su propia hija, la mata, mata a su mascota y posteriormente se suicida, a partir del caso nace en España la Ley Vicaria; asimismo, recordó que en 2012, la psicóloga argentina Sonia Vaccaro acuña el término de violencia vicaria.
“Si los hombres llegan a promover actos o juicios para separar a las mujeres de sus hijos, a fin de que pierdan guarda y custodia, o incluso llegan a acusarlas de malos tratos contra sus propios hijos, esto se considera ya como violencia vicaria”, explicó.
Viridiana cuenta su caso para apoyar a otras mujeres
Viridiana tiene 37 años y un hijo de 8 años de edad, envuelto en la lucha que ha enfrentado su madre contra su padre por violencia vicaria y desde 2018 enfrenta un proceso legal contra su exmarido.
“No ves cuando cruzas la línea de diversas situaciones y la pareja en la cual tú confías te va aislando poco a poco, la violencia que no detectas como violencia se transforma y esa persona llega a controlar todo tu entorno”, recordó.
Cuenta que se casó enamorada, pese a que había banderas rojas que debieron alertarla durante su relación de noviazgo; sin embargo no hizo caso a éstas y tras un año de matrimonio nació su hijo y ahí empezó su calvario. Su esposo empezó a acusarla de que no cuidaba bien al niño, de que todo lo hacía mal y de que no era una buena madre, incluso la denunció ante las autoridades por presunto maltrato infantil.
Explicó que cuando su hijo tenía 4 años decide separarse de su marido e irse a vivir a casa de sus padres y justo ahí empezaron los problemas: “Él llegaba a gritarme a casa de mis padres, me grababa, le tomaba fotografías a mi familia, me amenazaba con que me iba a quitar a mi hijo”, recordó.
Viridiana expuso que decidió buscar ayuda legal y psicológica, pese a que el delito de violencia vicaria no está tipificado como tal en la Ciudad de México, consiguió que sus abogados obtuvieran una orden de restricción contra el padre de su pequeño para evitar las agresiones en su contra, el cual desde hace dos años alega que no cuenta con recursos para mantener a su propio hijo.
“Quiero que las mujeres que están en una situación similar a la mía sepan que no están solas, que hay que buscar ayuda, redes de apoyo, pero sobre todo hablar de lo que está pasando, no quedarnos calladas y confiar en que si se puede salir de una situación como la que estamos viviendo”, concluyó.
EL DATO
22 mil 904 casos de violencia vicaria se documentaron en 2022, lo que significó un incremento de 14% con relación a 2021.