Con la llegada de la temporada de lluvias la población cree que es la salvación para la fuerte sequía que se vivió en gran parte del país, pero esto no es así; según especialistas el suelo mexicano corre riesgo de sufrir la erosión.
De acuerdo con José Alberto Lara Pulido, director del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus) de la Universidad Iberoamericana, el inicio de la temporada de lluvias como resultado del fenómeno de ‘La Niña’ significa buenas noticias para el sector agropecuario e incluso se llenarán las presas del país, pero en realidad el suelo termina muy lastimado.
“Al haber mucha lluvia intensa, tenemos problemas, primero sequía que erosiona la tierra y luego fuertes lluvias que también erosionan el suelo mexicano y esto es como el cuerpo de una persona, no se puede someter a cambios tan drásticos”.
— José Alberto Lara Pulido, Universidad Iberoamericana
Resaltó que las intensas olas de calor ocasionadas por el fenómeno de ‘El Niño’ provocaron una fuerte sequía en casi todo el territorio nacional y un incremento sustancial en la temperatura en todo el país, incluso en la Ciudad de México.
Precisó que el cambio climático traerá consecuencias a largo plazo, quizá para el año 2050, y aunque no se tiene la certeza de un promedio a corto y mediano plazo, si persistirá en los próximos años este incremento de temperaturas.
“Lo que estamos viendo ya son efectos que se han ido dando poco a poco, en términos de temperatura, la temperatura del planeta ha aumentado 1.5 grados en algunos años y esta tendencia seguirá con el paso del tiempo”, expuso.
¿Qué es el fenómeno de ‘La Niña’?
De acuerdo con Alejandro Jaramillo Moreno, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, cuando inicia un fenómeno de ‘La Niña’ “las aguas en la región tropical del océano Pacífico se enfrían y la circulación del aire en la atmósfera también cambia, por ello sus efectos son ‘opuestos’ a los de El Niño”.
Explicó que generalmente se habla de ‘El Niño’ y ‘La Niña’ como si fuera una oscilación, pero en realidad es una fluctuación perfecta; se presentan cada dos o siete años y puede haber ciclos de uno y de otra. Por ejemplo, el año pasado fue Niño y los tres años anteriores fueron Niña y este año se conjugaron ambos.
“El periodo de actividad de un evento es aproximadamente de un año. Comienza más o menos en la primavera y termina en la misma temporada del año siguiente, con su mayor actividad en nuestro invierno; el pico de actividad sería en diciembre. Esto porque cuando ocurre un cambio, no necesariamente pasamos a la fase contraria. Por ejemplo, después de una Niña puede ocurrir otra”, explicó.
Aumentan las muertes por calor
Ante la posibilidad de una cuarta ola de calor en México que podría ser aún más intensa que las anteriores y con la cifra actual de 155 muertes reportadas según la secretaría de Salud al 18 de junio, estudios alertan que se ha incrementado el número de fallecimientos a causa de las altas temperaturas ambientales de 2013 a 2022 en un 67%.
Cabe destacar que en 2023, en nuestro país, el número de fallecimientos por esta causa fue de 419 personas, el año fue tan letal que por sí solo representa una quinta parte de las muertes por calor registradas entre 2000 y 2023; en 2022, el número de muertos fue de 42 personas, mientras que en 2021 fue de 33 personas y en 2020 se reportó el fallecimiento de 37 ciudadanos.
Sobre el tema, de acuerdo con el más reciente estudio de The Lancet Countdown Latinoamérica, la mortalidad relacionada con el calor ha aumentado 140% en el continente americano si se comparan los períodos de 2000-2009 y de 2013-2022.
Los países con mayor aumento son Ecuador (339%), El Salvador (230%), Honduras (204%) y Guatemala (202%). Mientras, los países con el menor aumento son México (67%), Argentina (59%) y Uruguay (27%).
José Alberto Lara Pulido, director del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (Centrus) de la Universidad Iberoamericana, explicó que el aumento en las temperaturas tiene que ver con la deforestación y el crecimiento de la mancha urbana como en el caso de México, específicamente en la Ciudad de México, lo que provoca las llamadas ‘islas de calor’.
“La vegetación actúa como un enfriador, ante la falta de vegetación se producen las llamadas islas de calor, éstas se forman en las ciudades y tienen efectos en la salud, y esto tiene que ver con la mortalidad de personas y en los últimos años se ha dado un incremento sustancial e importante en la muerte de personas por efectos del calor”, señaló.