Alrededor de 2.7 millones de niñas, niños y adolescentes tienen problemas relacionados a desórdenes alimenticios -principalmente bulimia y anorexia- y en la mayoría de los casos este tipo de situaciones se asocia con algún trastorno de salud mental, asimismo sólo 10% de los afectados se encuentra en tratamiento y rara vez el paciente está consciente de su enfermedad, señaló el nutriólogo de la FES Zaragoza, José Eduardo Otáñez.
“Esos trastornos –anorexia y bulimia, entre los más conocidos– afectan más a mujeres jóvenes, particularmente adolescentes, aunque al parecer están afectando cada vez más a las infancias, a menores de 12 años”, alertó.
El especialista precisó que además se suman otros desórdenes, por ejemplo: evitación de la ingesta de alimentos, de pica (cuando la persona ingiere cosas que no se consideran alimentos, como barro o arcilla, papel, gises, yeso, etcétera), o por atracón, así como la ortorexia (obsesión patológica e irracional por comer sano y por la calidad de los alimentos).
“En el peor de los casos, las consecuencias de algunos de esos padecimientos puede ser la muerte, si el organismo no adquiere los requerimientos nutrimentales mínimos necesarios para mantenerse funcional”, añadió el nutriólogo.
Al respecto, la nutrióloga Flor Álvarez, especialista con experiencia en el tema, en entrevista con Publimetro coincidió con los datos del estudio de la FES Zaragoza y advirtió que las cifras son alarmantes, ya que las niñas, niños y adolescentes que padecen algún trastorno alimenticio es porque tienen un problema de salud mental, como puede ser depresión, ansiedad o trastorno depresivo-compulsivo.
“El 25% de los niños, niñas y adolescentes padecen un trastorno de la conducta alimentaria, destacando anorexia, bulimia y atracones, comer emocional, el pica y el miedo a la comida, desafortunadamente sólo el 10% de ellos tienen un tratamiento médico”, precisó.
Comentó que para el tratamiento de este tipo de pacientes se debe trabajar de manera multidisciplinaria, en primer lugar los padres deben acudir a buscar ayuda, y, posteriormente tener el diagnóstico en salud mental para posteriormente ver al nutriólogo o en su caso al endocrinólogo.
Trastornos de la Conducta Alimentaria son multifactoriales
Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), de acuerdo con el nutriólogo de la FES Zaragoza, José Eduardo Otáñez, son multifactoriales; sus causas pueden ser de índole neurobiológica, es decir, alteraciones en el proceso de saciedad; socioculturales, ciertos ideales de belleza y de ‘cuerpos perfectos’ o familiares, por estilos de crianza extremos, estrictos y limitantes, o laxos y con poca supervisión.
“Se suman eventos psicológicos, incluso traumáticos, que pueden generar aversión a ciertos alimentos o comorbilidades, como depresión o ansiedad, y baja autoestima. El conjunto de variables que refuerza a los TCA es complejo, asimismo ahora se añade las consecuencias del encierro por la emergencia sanitaria de Covid-19”, expuso.
Resaltó que con el teletrabajo y las clases a distancia se incrementó el consumo de alimentos ultraprocesados como galletas, papitas o refrescos; es decir, ingerir lo primero que se tenía a la mano sin importar su calidad. Y en el caso opuesto comer hasta terminar las clases o el trabajo.
Estereotipos influyen en adolescentes
De acuerdo con la psiquiatra, Aurea Alva, los padecimientos más frecuentes en materia de trastornos alimenticios son anorexia nervosa, bulimia nervosa y el atracón de comida, mediante el cual la persona come y come sin parar para posteriormente tener sentimientos de culpa por la ingesta de alimentos.
“Es una cuestión bastante complicada porque es multifactorial, pero definitivamente están relacionados los problemas de salud mental con los trastornos alimenticios, lo primero que tenemos que saber es la relación que tiene la persona respecto a su propia imagen corporal, cómo se ve a si misma”, manifestó.
Resaltó que los estereotipos en redes sociales influyen en la conducta de los jóvenes e incluso están al pendiente de algunos personajes a quienes siguen y a quienes ven como una imagen a seguir y por tanto quieren parecerse a ellos.
Explicó que en primer lugar para detectar una sintomatología en materia de salud mental el diagnóstico se puede dar en un lapso de tres meses y con eso ya se puede clasificar una enfermedad y por ello, los padres deben observar cualquier señal de alarma que reporten sus hijos.
“Las redes sociales, los influencers, las revistas reflejan muchos estereotipos que influyen principalmente en los jóvenes y esto influye tanto en hombres como en mujeres, el punto clave es la adolescencia e inicio de la adultez temprana”, concluyó.
