Las divisiones políticas y diplomáticas se acentúan en América Latina, tras las elecciones en Venezuela, que dan un nuevo triunfo a Nicolás Maduro para consumar su reelección, en medio de una serie de protestas de la oposición y parte de la población que se posicionó en contra de los resultados.
“El panorama luego de las elecciones en Venezuela es una división de opiniones en la región latinoamericana por parte de distintos líderes (…) si hay polarización en el contexto de los gobiernos con respecto al resultado electoral”, afirmó Alejandro Martínez Serrano, maestro de la Universidad La Salle.
El experto internacionalista también aseguró que esta polarización se ha replicado de manera global, por lo que se puede considerar que no sólo habrá una repercusión regional, se presentará, de manera positiva o negativa, en el ámbito internacional.
Mientras tanto, países como Perú, Uruguay, Chile, Costa Rica, Panamá, Paraguay, Ecuador o Argentina, han mostrado su rechazo a los resultados. Brasil, Estados Unidos, Guatemala, El Salvador y Colombia han mostrado dudas ante la victoria de Maduro. Por otro lado, naciones como Cuba, Rusia, Irán, Bolivia, Nicaragua y Honduras reconocieron la votación reportada por el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Líderes como Gabriel Boric, Nayib Bukele o Javier Milei condenaron el hecho enérgicamente y dudaron de los resultados. Otras respuestas más duras vinieron de José Raúl Mulino de Panamá, quien retiró a sus diplomáticos del país y suspendió relaciones con Venezuela, a la par que el Gobierno exigió a Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay “el retiro, de manera inmediata, de sus representantes en territorio venezolano”.
Organizaciones internacionales como Human Rights Watch (HRW) pidieron a los gobiernos mundiales no reconocer victoria de Maduro hasta la publicación de todos los resultados y Amnistía Internacional hizo un llamado a la “protección irrestricta del ejercicio del derecho humano a la reunión pacífica”, por las personas que salen a las calles a manifestarse.
Repercusiones en México
“Será importante el manejo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y del presidente Andrés Manuel López Obrador (…) lo más probable es que respalde el resultado electoral, lo que podría traer consecuencias al interior de México, con críticas por parte de líderes opositores”, explicó el analista.
Hasta ahora, México no se ha posicionado en alguno de los “bandos”, al explicar que eso se hará hasta el recuento oficial por parte del órgano electoral y quede oficial el triunfo de Maduro, hecho que ya sucedió hace algunas horas, pero hasta ahora no ha habido respuesta de la SRE o del propio López Obrador.
Democracia y violencia
“La democracia a la usanza estadounidense estará cuestionada si se toman las denuncias de la oposición al no aceptar el resultado, por lo que sería cuestionado el proceso electoral, también está el tema de la libertad de expresión o la prohibición a algunos políticos de participar en el proceso o la limitación a observadores electorales, todos esos aspectos estarían ensuciando el proceso”, añadió el también docente en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con Martínez Serrano, se espera que sea ratificado el triunfo de Maduro por parte del CNE, así como impugnaciones por parte de la oposición, comandada por el candidato Edmundo González y la líder opositora María Corina Machado.
Además, se esperan movilizaciones sociales en contra del gobierno de Maduro, quien tiene el control de las Fuerzas Armadas, que pueden generar violencia y represión por parte de las autoridades, producto de esta situación.