Ante la situación que se vive en Venezuela se espera un éxodo masivo de migrantes hacia México para posteriormente dirigirse a Estados Unidos y conseguir el ‘sueño americano’; sin embargo actualmente de acuerdo con estimaciones de organizaciones civiles alrededor de medio millón de venezolanos se encuentran en tránsito por todo el territorio nacional en espera de su trámite de CBP One para poder llegar a la Unión Americana.
De acuerdo con información del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, la aplicación CBP One es una herramienta gratuita en línea que está disponible desde 2022 para los migrantes del centro, norte y ahora sureste de México y permite que las personas programen citas para presentarse en un Puerto de Ingreso de Estados Unidos, una vez adentro tienen un año para solicitar el asilo humanitario.
Al respecto, Lizbeth Guerrero de la organización Apoyo a Migrantes Venezolanos en México, platicó con Publimetro sobre la problemática que enfrentan sus paisanos en la búsqueda de la cita para poder acceder al trámite que les permita llegar a Estados Unidos.
Denunció que es una ‘trampa’ que ha puesto el gobierno estadounidense para contener el flujo migratorio y evitar que se concentren en la frontera norte, por lo que ahora los migrantes se están quedando en la frontera sur y también en la Ciudad de México.
Expuso que hay migrantes que esperan por este trámite desde dos hasta seis meses y la pregunta es: ¿Cómo sobreviven durante este tiempo?.
“Pues algunos trabajan en fondas, mercados, en La Merced, en otros lugares, otros se agrupan en campamentos para al menos tener un lugar en donde dormir y la comida asegurada, pero en realidad tienen que buscar la manera de sobrevivir al trámite de la CBP One y lo grave del asunto es que en algunos casos tienen suerte y el trámite sale rápido, pero hemos tenido otros que esperan hasta seis meses para la obtención de la cita”, destacó.
Las historias
Rosario es una migrante hondureña de alrededor de 65 años que espera poder llegar a Estados Unidos ‘con la ayuda de Dios’, viaja en compañía de su pareja, dejó a su hijo menor en Honduras con su hermano y actualmente se encuentra en Ciudad de México, afuera de la iglesia de La Santa Cruz y Nuestra Señora de La Soledad en pleno Zócalo capitalino muy cerca de La Merced.
“Yo salí de Honduras por la violencia y la situación económica, espero poder llegar a Estados Unidos, viajamos en caravana y ahora estamos acá en la capital, a veces comemos, a veces no, pero todo sea para poder llegar a Estados Unidos y poder ayudar a mi hijo el más chico porque los demás se casaron e hicieron su vida”.
— Rosario, migrante hondureña
Cuestionada sobre si ya realizó la petición de cita para obtener la CBP One, dice que ni siquiera sabe que es eso, que no cuenta con un teléfono celular para realizar el trámite y que espera en unos días poder seguir desplazándose para llegar a la frontera norte.
Por su parte, Zulay (los nombres se cambiaron para proteger su identidad) es una migrante venezolana que viaja en compañía de sus tres hijos pequeños, en la plática afirmó que lleva alrededor de un mes en el centro de la CDMX y que hace tres meses metió su solicitud para el trámite ante las autoridades norteamericanas pero aún no ha obtenido respuesta, su hermana hace dos meses logró llegar a Dallas, Texas, y ya se encuentra trabajando por allá.
“Yo me entregué hace seis meses y me mandaron a Villahermosa, hace tres meses hice el trámite, pero no sé como va porque ahorita no tengo celular, yo tenía ahorros y me estuve quedando en una casa de huéspedes con mis hijos en donde nos cobraban 3 mil 500 pesos mensuales por la estancia, luego se terminó la plata y pues tuve que llegar a este campamento en donde tengo aproximadamente un mes y estoy esperando la respuesta a mi solicitud”, dijo.
Mientras platicamos con Zulay se acercan varios niños y le preguntamos que aproximadamente cuántas personas se encuentran en este improvisado campamento, a lo que nos responde:
“Yo creo que hay como 500 niños y alrededor de unos 800 adultos, ahora viajan familias completas que quieren llegar a Estados Unidos”, afirmó.
Al respecto platicamos con el padre Benito Javier Pérez Hernández, encargado de la parroquia de La Santa Cruz y Nuestra Señora de la Soledad, quien señaló que día a día se sirven alrededor de 400 desayunos, comidas y cenas para atender a los migrantes.
Resaltó que desde hace diez años iniciaron la labor de atención a personas en situación de calle, pero hace dos años se agudizó la problemática de los migrantes que empezaron a llegar a solicitar ayuda, por lo que se habilitaron todas las áreas de la parroquia a fin de ofrecerles lugar para dormir, regaderas y servicio médico.
¿Cómo está la situación en el sureste del país?
Para conocer como está la situación de los migrantes en el sureste del país contactamos a Guillermo Garduza, encargado de la Casa del Migrante Santa Faustina Kowalska, ubicada en Coatzacoalcos, Veracruz y que apoya a migrantes desde hace alrededor de 28 años.
Resaltó que cada día transitan por el estado alrededor de 900 personas en su camino para llegar al centro del país y posteriormente a la frontera norte con Estados Unidos; sin embargo ha aumentado el número de menores de edad migrantes que viajan solos, pequeños de 9 años, incluso.
Al respecto dijo que hace alrededor de 15 años, los migrantes eran principalmente hombres, de hace tres años para acá ya empezaron a viajar familias enteras y ahora se ha agudizado el problema de los menores de edad, los cuáles son canalizados al Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF).
“Te puedo decir que de 10 migrantes, alrededor de 2 suelen ser niños menores de edad que viajan solos, lo cual es realmente preocupante”, explicó.
Finalmente dijo que se ha multiplicado el número de migrantes que transitan desde Chiapas, pasando por Veracruz, pero ahora usan vías marítimas para llegar al centro del país, algunos transitan por camiones en transporte de pasajeros y por último se ubican los que viajan con los polleros en tráileres.
“El problema no ha disminuido, por el contrario se ha agudizado”, concluyó.