Gabriel Yorio González, actual subsecretario de Hacienda, presentó su renuncia, la cual se hará efectiva a partir del 30 de septiembre. Fuentes oficiales confirmaron dicha información a El Universal, señalando que la renuncia se enmarca en la transición hacia el nuevo gobierno encabezado por la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo.
Yorio, es economista de formación y egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, cuenta con dos maestrías: una en economía por el Colegio de México y otra en Gestión de Políticas Públicas por la Universidad de Georgetown.
¿Por qué Yorio es un elemento clave?
Dentro de su trayectoria en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) es considerado una figura clave en la gestión económica del país debido a que en su papel como subsecretario, Yorio trabajó de la mano con el titular de la SHCP, Rogelio Ramírez de la O.
De igual forma, fue responsable de la subsecretaría de Ingresos, una posición que se eliminó durante esta administración como parte de las políticas de austeridad republicana. Antes de asumir este cargo, Yorio se desempeñó como titular de la Unidad de Crédito Público y tuvo a su cargo la Unidad de Asuntos Internacionales, donde generó experiencia en manejo de deuda pública y la emisión de bonos tanto a nivel nacional como internacional.
¿De qué va la Taxonomía Sostenible?
Por otro lado, es reconocido por su innovación en los mercados de deuda, especialmente con la introducción de bonos temáticos y sustentables, que buscan ‘enverdecer’ las finanzas públicas.
Yorio ha impulsado la creación de la Taxonomía Sostenible de México, un sistema de clasificación diseñado para definir qué actividades económicas pueden considerarse sostenibles, lo que facilita la inversión en proyectos que alineen con los objetivos medioambientales y sociales del país.
Este sistema busca, además, incrementar la inversión en actividades que apoyen los compromisos internacionales de México en materia de sostenibilidad y reducir el riesgo de greenwashing, es decir, las prácticas engañosas que prometen sustentabilidad sin fundamentos sólidos. Con esta iniciativa, se busca asegurar un marco confiable y basado en evidencia para atraer capitales hacia actividades realmente sostenibles.