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¿Te asusta el maíz transgénico? Pues no es el único de alto consumo, aquí la lista de alimentos

En Publimetro te explicamos de qué manera influyen en la salud las sustancias que se utilizan para modificar genéticamente algunos alimentos

Alimentación
Alimentación Greenpeace tiene una guía sobre alimentos transgénicos (Isaac Esquivel Monroy)

Es un hecho, el consumo de alimentos que han sido modificados genéticamente se normalizó, especialmente maíz importado de Estados Unidos, pero no es el único, también llegan a la mesa de los mexicanos productos como jitomate, papaya, soya, aceite de algodón, aceite de canola y alimentos enlatados, aunque en menor medida, advierten organizaciones.

El primer alimento transgénico que se aprobó para su comercialización en México fue un tipo de maíz llamado MON810, que se autorizó en 2005, y desde entonces, se aprobó la comercialización de otros cultivos transgénicos, como son la soya, la canola y la papaya.

En las últimas décadas con el desarrollo de las tecnociencias y su convergencia, la biotecnología moderna ha planteado nuevas formas de modificación del genoma a través de la edición genética, que la industria que la desarrolla y aplica la presenta como más precisa, pero sobre la cual no se ha demostrado la forma de controlar sus efectos secundarios, señaló la organización Semillas de Vida.

En entrevista con Publimetro, Monserrat Téllez, coordinadora de incidencia política del organismo, explicó que si es preocupante el consumo de alimentos transgénicos, ya que por ejemplo en el caso del maíz, se presume que este producto que es de bajo costo se podría estar mezclando con la harina de maíz que se utiliza en la producción diaria de tortillas, uno de los alimentos básicos en la dieta de los mexicanos.

“Debemos preocuparnos en primer lugar por la condición de transgénicos que tienen, esto es que han sido modificados genéticamente y en segundo lugar por los efectos que podrían tener en nuestro organismo los plaguicidas asociados a su cultivo”, explicó

Sobre el tema, la organización ecologista Greenpeace, elaboró una guía que te permite identificar si un alimento es transgénico o no.

Al no existir un sistema de etiquetado de transgénicos en México solo podemos “confiar” en la palabra de las empresas que dieron información para la elaboración de esta guía e inferir que un producto usa OGM cuando contiene al menos un ingrediente o aditivo producido a partir de cultivos transgénicos comerciales de soya, maíz, algodón y canola.

Algunos ejemplos de ingredientes y aditivos derivados de estos cultivos y por lo tanto ‘sospechosos’ de ser transgénicos son los siguientes:

• Soya: en forma de harina, proteína, aceites y grasas (a menudo se “esconden” detrás del concepto de aceites o grasas vegetales), emulgentes (lecitina-E322), mono y diglicéridos de ácidos grasos (E471) y ácidos grasos.

• Maíz: en forma de harina, almidón, aceite, sémola, glucosa, jarabe de glucosa, fructosa, dextrosa, maltodextrina, isomaltosa, sorbitol (E420), caramelo (E150).

• Algodón: en forma de aceite proveniente de semillas y canola en forma de aceite.

Y sobre la definición de transgénico, la organización ecologista, así lo describe:

“Es un ser vivo creado artificialmente, al que se le inserta un gen de virus para modificarlo, con esta técnica se salta la selección natural y con ello producen su propio insecticida, afectando a diversas especies y alterando el ecosistema”.

Gobierno asegura que son seguros y no dañan la salud

Sin embargo, el gobierno de México ha sostenido que son seguros para comer y que no representan una amenaza para el medio ambiente, también ha argumentado que los cultivos transgénicos son necesarios para mejorar la producción de alimentos y reducir el uso de pesticidas.

La siembra y comercialización de alimentos transgénicos en México están reguladas por la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados. A través de organismos como la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), se supervisan los cultivos para mitigar riesgos ambientales y de salud.

Sin embargo, la comunidad agrícola y las organizaciones no gubernamentales han expresado preocupaciones sobre el posible impacto en la biodiversidad. El temor a la contaminación genética de variedades nativas y a la pérdida de agrobiodiversidad es un argumento central en este debate.

Perspectivas económicas y sociales

De acuerdo con un artículo publicado en la revista Infoagro, los cultivos transgénicos ofrecen beneficios económicos significativos, como mayores rendimientos y resistencia a plagas, lo que podría mejorar la seguridad alimentaria. Sin embargo, también pueden aumentar la dependencia de insumos químicos y de patentes de empresas multinacionales, lo que genera preocupación entre los agricultores locales.

La discusión sobre los alimentos transgénicos en México es compleja y multifacética. A medida que el país navega por los desafíos de la agricultura moderna, es crucial encontrar un equilibrio entre la innovación y la conservación de su patrimonio agrícola. La voz de los agricultores, las comunidades indígenas y los consumidores será fundamental para moldear el futuro de la agricultura en México y su relación con el mundo.

Con una población en crecimiento y la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria, la manera en que se gestione la producción de alimentos transgénicos en México no solo tendrá repercusiones locales, sino que también influirá en la dinámica agrícola a nivel global.

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