A cinco años de la implementación del etiquetado frontal de los productos existen resultados positivos para la población, dado que con esta política se podrán prevenir 1.3 millones de casos de obesidad cada cinco años, aseguró Alejandra Contreras, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública.
Ello debido a que en 2025 con la Fase 3 del etiquetado, únicamente el 19% de los productos estarán libres de sellos, a diferencia de la Fase 1 que inició en 2020 y en ese entonces el 25% de los productos estaban sin el nuevo etiquetado.
Mientras, en la Fase 2 en el año 2022, el 20% de los comestibles estaban sin sello, por lo que una parte de la industria generó nuevos productos o reformuló los mismos a fin de hacer un producto más saludable para el consumidor.
¿Qué diferencia marcó el etiquetado?
Durante un foro de salud en la Ciudad de México, la investigadora destacó que a partir del nuevo etiquetado, se registró un 67% de cambios en las compras de las personas adultas y un 80% en las compras de madres y padres.
Asimismo, Contreras destacó que las mujeres, niñas y niños, además de adultos mayores de 45 años, personas con sobrepeso, personas indígenas y personas con conocimiento en nutrición, son quienes más hacen uso del etiquetado durante sus compras.
“Las personas que dicen que no cambiaron sus compras por el etiquetado, aproximadamente, tienen 300 mililitros más de consumo de bebidas azucaradas, en comparación a las personas que cambiaron sus consumos”, externó.
En tanto, la industria alimentaria coloca a los productos, con mayor frecuencia, el sello de azúcares, exceso de calorías y grasas saturadas, informó la académica.
Frase
“La industria tiene una voracidad enorme para que sus ingresos sigan creciendo, sin importar que sea a costa de la salud de los consumidores, en especial de las infancias”
— Alejandra Contreras, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública